Guadalupe Salcedo, al centro, nació en Tame, Arauca, en 1924.

LIBRO AL VIENTO

La espiral de la violencia

La obra de teatro 'Guadalupe, años sin cuenta' es “no solo un mapa artístico de nuestro terrible pasado, sino también una guía –llena de clarividencia– para evitar lo que nos impediría construir un futuro diferente”. Es uno de los textos distribuidos, sin costo, por la iniciativa 'Libro al viento'.

Felipe Camaert
9 de diciembre de 2016

La historia de nuestro largo, doloroso y complejo conflicto armado ha sido abordada por las artes desde los más variados ángulos. Sin embargo, la obra de teatro Guadalupe, años sin cuenta ocupa un lugar privilegiado en los anaqueles de la literatura de la violencia. Creación colectiva del Teatro La Candelaria, estrenada en 1975, miles de veces montada y representada en Colombia y en el extranjero, esta historia puede leerse a la vez como una radiografía de la época de La Violencia y como una metáfora del período actual en el que se encuentra nuestro país.

Guadalupe Salcedo fue un líder de las guerrillas de los Llanos Orientales asesinado tras haber dejado las armas en los años cincuenta (sin cuenta…). La puesta en escena es el proceso judicial, en el que se debaten las dos versiones de los hechos: ¿ejecución a sangre fría por parte de las fuerzas del orden, o legítima defensa ante la amenaza del bandolero? Este dilema es, lamentablemente, un leitmotiv de nuestra historia. La obra de teatro recrea, pues, una visión de los inicios del conflicto armado colombiano que abarca igualmente elementos del contexto histórico mundial.

Daniel Coronell, quien escribió recientemente una columna de opinión sobre esta obra, afirma que tal vez Guadalupe, años sin cuenta “…no sea solo un mapa artístico de nuestro terrible pasado, sino también una guía –llena de clarividencia– para evitar lo que nos impediría construir un futuro diferente”. Y concluye Coronell: “Solo habrá paz si se garantiza la supervivencia de quienes dejen las armas. Ningún asesinato es bueno”. Si, como dice el proverbio, una sociedad que no conoce su historia está condenada a repetirla, este ‘libro al viento’ debería ser de lectura obligatoria, ampliada al 150%, por encima de cualquier trámite de RUT, NIT, RUNT, etc.

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