Jaime Andrés Monsalve. Ilustración: Nicolás Gutiérrez.

Música

Los 5 mejores discos de 2018, según Jaime Andrés Monsalve

Estos son, para Jaime Andrés Monsalve, los 5 mejores trabajos discográficos de 2018.

Jaime Andrés Monsalve
27 de noviembre de 2018

Este artículo forma parte de la edición 158 de ARCADIA. Haga clic aquí para leer todo el contenido de la revista.

Un año en que John Coltrane se hace artista multiventas, medio siglo después de su fallecimiento, no puede considerarse ni mucho menos un mal año. Y este fue especialmente pródigo en arqueologías, no solo por la aparición del álbum perdido de Trane, Both Directions at Once, sino por la publicación de conciertos de Charles Mingus, Miles Davis, Dexter Gordon y Woody Shaw, haciéndonos sentir a todos como habitantes de la mejor época del jazz. Y si bien 2018 siguió siendo un año de tiranía del reggaetón y el trap, la aparición de fenómenos como la cantaora flamenca Rosalía, que en su segunda producción sonora se apropió del sonido urbano como herramienta para acercar el cante jondo a los mercados más estacionarios, parece ser un nuevo punto de inflexión para la convivencia entre la tendencia y lo raizal.

Los siguientes son, para este servidor, sin ningún orden específico, los trabajos discográficos de 2018.

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Bobby Valentín, Mind of a Master

Cuando el sueño del pibe (parafraseando un viejo tango) se antoja una realidad, y esa realidad sobrepasa la expectativa, uno se alegra de que el pibe se lo haya soñado. Era el deseo del septuagenario Bobby Valentín, miembro discreto pero absolutamente relevante de la pléyade salsera. Con su bajo y su técnica no solo ha comandado por casi seis décadas una orquesta de sonido consecuente con los tiempos que le han tocado, sino que además ha hecho lo suyo cimentando, con sus arreglos, buena parte del sonido Fania. Lo único que le faltaba por hacer era ofrecer un disco dedicado por completo al jazz latino. Y lo hizo en un trabajo donde, de nuevo, la mesura es protagónica. Lo suyo es la ejecución sin estridencia, tanto en el bajo como en el fliscorno, instrumento de juventud al que volvió como parte de esta sabrosa y definitiva aventura.

Colectivo Colombia, Soplo de río

Hubo que esperar muchísimo, pero no desencantaron. Desde hace quince años, el saxofonista Antonio Arnedo ha promovido una unión entre músicos de diferentes regiones del país, en aras de revisar todos los sonidos con la tesitura de instrumentos musicales del Caribe, el Pacífico, la región andina y los Llanos Orientales. El Colectivo Colombia también se ha dado a conocer con el nombre de La Casa; pocas denominaciones podrían dar cuenta de resultados tan entrañables. La primera vez que uno escucha Soplo de río se siente nadando en un afluente que recién ha descubierto, pero cuyas aguas se antojan perfectamente familiares. Secunda esta aventura el virtuoso de la marimba Hugo Candelario González y un grupo de acompañantes tan conocedores como ellos del devenir de los sonidos colombianos. Esta música casi que puede olerse, y en su olor se encuentran la salinidad, la humedad y el fresco de la pátina de la selva al lado del andén de la urbe.

Niño de Elche, Antología del cante flamenco heterodoxo

Quienes leyeron con beneficio de inventario las despiadadas críticas de las que fue objeto el cantaor ilicitano Francisco Contreras, por atreverse a desacralizar con su obra la Bienal de Sevilla, seguramente lo habrán emparentado mentalmente con antiguos aspirantes a la hoguera: Stravinsky, Piazzolla, el propio Camarón. Y al igual que a ellos, de seguro el tiempo le dará la razón. Este ambicioso trabajo doble en el que Niño de Elche explora, desconstruye y reinventa los cantes más tradicionales del flamenco, con apoyo del no menos revolucionario Raül Refree, tiene todo para ser considerado una pieza rayana en la genialidad: reflexión, conocimiento profundo del pasado, impecable producción, poesías y músicas de poder hipnótico, y una distancia kilométrica de aquella solemnidad acartonada de un par de las viejas antologías de cante flamenco.

Sons of Kemet, Your Queen Is a Reptile

Más allá de un disco, es una prueba de la imposibilidad de las barreras entre etnias y naciones. Sons of Kemet es un grupo representativo de un mundo globalizado, donde el jazz es una herramienta de comunicación; un crisol sobre el cual se vierten todas las influencias posibles. Solo así se puede entender el atípico formato de saxo alto, clarinete, tuba y dos baterías propuesto por su líder, el inquieto Shabaka Hutchings, londinense hijo de inmigrantes, como buena parte de los actuales jazzistas de Londres y Manchester. El álbum debut del grupo para el popular sello Impulse! (el mismo de Coltrane) es una mueca iconoclasta y emancipada frente a la rancia tradición de la monarquía inglesa, con la mejor arma posible para ello: la sorpresa en la improvisación y un sabor nunca visto en el jazz británico.

Laurie Anderson & Kronos Quartet, Landfall

Probablemente se trate del álbum más sobrecogedor que se haya podido escuchar este año. Landfall es elegía y homenaje, una pieza maestra que se sale de los terrenos de lo auditivo para incidir en los demás sentidos. No por nada su autora es Laurie Anderson, una de las mentes más brillantes e integrales de su generación. Cineasta, artista plástica, violinista, cantante y compositora, la neoyorkina se aterrorizó y se conmovió, al igual que 8,5 millones de personas más en 2012, con el ingreso a la costa este del huracán Sandy, el tercero más devastador de la historia de su país. Como consecuencia de ello, nació esta suerte de oratorio para una voz y cuarteto de cuerdas, con el apoyo del celebérrimo Kronos Quartet, de David Harrington. Todo el horror se convierte aquí en materia que conmueve e invita a una inusitada empatía.

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