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Noemí Sanín y Carlos Rodado Noriega. Dos conservadores por caminos distintos | Foto: SEMANA

ELECCIONES 2010

El Partido Conservador y los temores de desbandada

Los temores de una posible desbandada de dirigentes hacia la campaña de Juan Manuel Santos motivaron a los conservadores a alinear sus fuerzas en torno a Noemí Sanín, incluso con sanciones para quien renuncie a hacerlo. ¿Tendrán efecto?

25 de marzo de 2010

La renuncia de Carlos Rodado Noriega a la Embajada en España, y su decisión de vincularse -como jefe de debate- a la campaña de Juan Manuel Santos, encendió las alarmas al interior del Partido Conservador, donde se revivieron los temores de división que parecían zanjados.

Nadie en el Partido lo confiesa públicamente, pero tras el resultado de la consulta interna, concretamente tras la derrota de Andrés Felipe Arias, hay mucho nerviosismo en el Directorio Nacional Conservador porque se pueda presentar una desbandada de militantes hacia la candidatura de Santos.

Una circunstancia similar minó, hace ocho y cuatro años, al otro partido tradicional del país, el Liberal. Ahora, los conservadores andan inquietos por la posibilidad de que esa experiencia se repita al interior de su colectividad.

El impacto del caso de Rodado Noriega fue evidente. El ex gobernador de Atlántico, que recientemente se desempeñaba en uno de los fortines más defendidos por el Partido Conservador, la Embajada en Madrid, es una de las figuras de mayor prestigio del Partido. Incluso, hasta hace un año, era uno de los posibles presidenciables del conservatismo.

La decisión de Rodado, de deslizarse a favor de la candidatura de Juan Manuel Santos, motivó una reunión urgente y extraordinaria entre los directivos del Directorio Conservador. El miércoles en la noche, esos temores de indisciplina fueron creciendo y como resultado el Partido optó por aferrarse de sus estatutos y buscar los mecanismos jurídicos más ‘sugestivos’ para evitar réplicas de lo que ya empezó a llamarse el ‘caso Rodado’.

Prueba de ello fue la resolución 009 de 2010 que firmó el presidente de la colectividad, Fernando Araújo Perdomo. En ella se resolvió castigar a aquellos militantes del partido, especialmente a quienes hayan sido elegidos a un cargo de representación popular (senadores, representantes, diputados, alcaldes, gobernadores, concejales), si no se alinean en torno a la candidatura de Noemí Sanín.

La resolución es clara. Ningún militante podrá apoyar otra candidatura. Si lo hace, será investigado por los órganos de control del Partido, que podrá sancionarlo hasta con la expulsión. Incluso, el propio Partido anunció que tramitaría eventuales demandas de pérdida de investidura en caso de comprobar que algún servidor público, elegido con el aval del conservatismo, no cumple esta disposición.

Carlos Rodado Noriega puede ser la primera ‘víctima’ de esta sanción. La ley no impide que los dirigentes se cambien de partido, por eso los conservadores optaron por esta resolución para tratar de mantener alineados a sus militantes.

Rafael Nieto, ex viceministro de Justicia, dice que esa resolución es un mecanismo interno, amparado en la Ley de bancadas, para “garantizar la disciplina del Partido”. Pero poco efectivo para que el caudal electoral del conservatismo, reflejado en los resultados de la consulta –algo más de tres millones de votos- se traduzca como respaldo a Noemí Sanín. “La resolución sólo aplica a miembros carnetizados del Partido, no a militantes ni mucho menos a simpatizantes”.

Carlos Holguín Sardi, ex ministro de Interior y una de las figuras visibles del conservatismo en el segundo gobierno de Álvaro Uribe, dijo que la resolución, que muchos ven como amenaza, es una respuesta del Partido “que fue desafiado por Santos” al traerse a Carlos Rodado a su campaña.

“Es lo menos que puede hacer el Partido. Es una prevención natural para preservar la solidez, la integridad y la opción de poder”, dice Holguín.

Nieto considera que en el partido hay “un importante numero de conservadores ‘uribistas’ que se sienten más identificados con la candidatura de Juan Manuel Santos. Para Holguín los temores de desbandada son exagerados, y lo argumenta en que ninguno de los congresistas electos hicieron campaña sin adherirse a uno u otro candidato.

Apoyos de Arias, en la mira

Las especulaciones sobre cuáles conservadores se podrían apartar de Noemí, lógicamente conducen a quiénes respaldaron la precandidatura de Andrés Felipe Arias. Por eso, el ex presidente Andrés Pastrana le pidió al ex precandidato que "apoyara públicamente a Noemí".
 
Pero este viernes, días después de jaberse reunido con Juan Manuel Santos, Arias se pronunció. Aunque cuestionó esa "disciplina para perros", que según él quiere aplicar el Partido Conservador,  aseguró que su palabra está comprometida y continuará como miembro del conservatismo, respetando esos compromisos.
 
Lo que negó Arias es que haya puesto a disposición a las maquinarias que lo respaldaron al servicio de Juan Manuel Santos. "Nadie puede decir que he llamado a algún cuadro político que me acompañó, para que se vaya a otro partido. Voy a respetar la disciplina del partido", dijo Arias este viernes a Radio Caracol.

En esas mismas declaraciones, Arias dejó en libertad a sus electores, que sobrepasaron el millón, frente a las próximas elecciones presidenciales. 
 
Pero los dirigentes que respaldaron a Arias, concentrados en su mayoría en la bancada de la Cámara de Representantes, no estaban “muy convencidos” de respaldar a Noemí. “Hay quienes aún no están convencidos de que Noemí los represente”, dijo un funcionario del Partido Conservador.

Pero uno de esos representantes conservadores, Heriberto Sanabria, desmintió tal inconformismo. El pasado martes, tras una reunión en el Capitolio, los representantes ratificaron el respaldo a Noemí, pero con condicionamientos. El primero, que la candidata elabore un programa de Gobierno, que incluya algunas de las políticas que representaba Andrés Felipe Arias.

Entre estos, según señala Sanabria, no ceder ni un ápice en la política de seguridad democrática, mantener la política agropecuaria y la defensa jurídica de las Fuerzas Militares. Dice Sanabria que algunos de ellos ya fueron acogidos por la candidata.

La otra condición, para garantizar el irrestricto apoyo a Noemí, es definir el papel que desempeñará la bancada de representantes en la campaña presidencial, pues la mayoría de respaldo de Noemí provino del Senado.

Los representantes sostendrán una reunión con Andrés Felipe Arias el próximo 5 de abril. Un día más tarde, la reunión será definitiva, pero con Noemí Sanín.

Fórmulas de unidad

Aunque la resolución del presidente del Partido Conservador intente mantener todas las fuerzas azules alineadas, hay quienes consideran “otras fórmulas” como mejor garantía para la unidad.

Carlos Holguín Sardi recomienda a la campaña de Noemí “una gran convocatoria, llamar a todos los sectores sin distingo e incorporarlos a la campaña con responsabilidades concretas”.

Rafael Nieto es partidario de que Noemí no aplique el garrote de las sanciones y opte por la fórmula de la zanahoria: “generar la confianza a través de mecanismos que garanticen a todos los sectores que van a quedar bien representados”.

De momento, los ex presidentes conservadores Belisario Betancur y Andrés Pastrana han tomado la iniciativa de generar esa confianza, al respaldar la candidatura de Noemí.

En carta enviada a Fernando Araújo, los dos ex presidentes consideraron que “en manos de Noemí Sanín el mensaje Conservador es de futuro, no de pasado”.

“Ni un solo conservador va a quedarse por fuera del propósito de duplicar los esfuerzos hacia la primera vuelta presidencial”, aseguraron los ex mandatarios.

El respaldo de los dos ex presidentes lo ha tomado el Partido como “el ejemplo a seguir”, sobre todo después de que el presidente del Conservatismo calificara de “mal ejemplo” el deslizamiento de Carlos Rodado Noriega hacia el nombre de Juan Manuel Santos.