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El martes, en su último día de sesiones, varios ministros seguían tratando de sacar adelante la turbulenta y desordenada agenda legislativa. | Foto: Guillermo Torres

JUDICIAL

Lo bueno, lo malo y lo feo de la Reforma Política

El proyecto de ley prohíbe los reemplazos injustificados, pero no establece castigos claros para a partidos cuyos miembros resulten cómplices de grupos armados. Análisis Semana.com.

César Paredes, periodista de Semana.com
16 de diciembre de 2008

El gobierno, los partidos políticos y las organizaciones ciudadanas reclamaron este año la creación de una reforma constitucional que blindara las instituciones democráticas de los embates de la mafia, castigara a los partidos que fueron irresponsables con la selección de sus miembros y dejaron infiltrar la política de los grupos ilegales, y que fortaleciera la cohesión y la ética partidista..

Sin embargo, la Reforma Política que fue aprobada en su cuarto debate, fue el resultado de una pobre discusión sobre estos temas de tanta importancia para el futuro de la democracia colombiana. Semana.com presenta un balance sobre lo bueno, lo malo y lo feo que tiene el proyecto de Ley que fue aprobado en cuarto debate, y al que le hace falta una segunda ronda de debates.

Lo bueno

-El proyecto de Ley aprobado retomó la cuota de género, que había sido sacada en el segundo debate. Este punto establece que no podrá haber una lista con más del 70 por ciento de hombres o de mujeres. El objetivo es incentivar la participación femenina, aunque hay quienes argumentan que este mecanismo no es suficiente, pues no garantiza su elección.

-El proyecto reglamenta la participación del Estado en la financiación de las campañas y de los partidos. La mayoría de los analistas aducen que la financiación política debe ser preponderantemente estatal, para darle oportunidad de hacer campaña quienes no consiguen donantes privados y ayuda a controlar la financiación ilegal de la campañas. Sin embargo, el proyecto de reforma dice que la financiación estatal será parcial. El texto aprobado incluyó a los grupos significativos de ciudadanos, para el acceso a la financiación de sus campañas. En los proyectos anteriores no estaban incluidas estas organizaciones.

-El proyecto impide que los funcionarios públicos nombren a familiares en otros cargos del Estado. También dice que el gobierno no podrá dar empleo a Magistrados de las Altas Cortes, ni al Fiscal, ni al Contralor, ni a sus familiares, hasta después de un año de su retiro. El anterior texto permitía al gobierno dar empleo a estos funcionarios en cargos diplomáticos, lo que motivó las críticas de sectores de oposición que argumentaron que este era un salvavidas para funcionarios que podrían tener deudas con la justicia.

-La Reforma Política aprobada vuelve al principio que fue consagrado en la Constitución de 1991, que prohibía los reemplazos de los congresistas –a menos de que sea por asuntos de fuerza mayor, como la muerte o la incapacidad permanente-, en el Legislativo.

-El proyecto aprobado reglamenta las consultas internas de los partidos y obliga su cumplimiento. Dice la iniciativa que perderán la personería jurídica los partidos que no hagan convenciones, por lo menos cada dos años, que permitan a sus miembros influir en las decisiones de la organización.

Lo malo

-El proyecto revuelve las sanciones a los partidos políticos que avalen candidaturas de personas que después sean condenadas por su relación con grupos ilegales, con las de los partidos que no hagan el esfuerzo por democratizarlos o con los que no presenten sus cuentas claras. Aunque menciona cuales podrían ser las sanciones, no define cuáles son las causas y dice que será otra ley la que las determine.

-Pese a que no permite los reemplazos injustificados en el Congreso, la norma no regirá sino a partir de 2009. Es decir no hay una sanción explícita a la parapolítica, que fue la que inspiró el proyecto, sino que los partidos que tienen miembros investigados o detenidos podrán seguir disponiendo de sus curules hasta que termine esta legislatura.

-El artículo cuatro dice que quienes fueren condenados en cualquier tiempo por los delitos de pertenencia, promoción o financiación de grupos ilegales no podrá aspirar a un cargo público. El texto, como está, no permitiría que ex militantes de la guerrilla que fueron indultados puedan ingresar al servicio público.

-Aumenta al 3 por ciento el porcentaje mínimo de personas que deberá tener un partido para poder tener personería jurídica. La norma vigente es del 2 por ciento. Esto quiere decir que varios partidos pequeños podrían desaparecer.

-Aunque el proyecto faculta al Consejo Nacional Electoral con la posibilidad de que niegue candidaturas de personas que están inhabilitadas, no cambia el mecanismo de elección de los integrantes del organismo. O sea le da más facultades al CNE, pero lo deja en manos de los propios partidos y no como un órgano técnico independiente. 

Lo feo

La jornada de votación de la Reforma Política fue una de las más desordenadas que ha tenido la plenaria del Senado. Así lo han denunciado varios congresistas. Después de la aprobación del proyecto de Ley, algunos senadores consultados por Semana.com no sabían qué parágrafos fueron aprobados y cuál fue su texto.

Uno de los ejemplos de la falta de seriedad de la discusión fue la manera como se aprobó el artículo 4, que impide a los ex guerrilleros indultados ocupar cargos públicos, lo cual ha sido motivo de discordia entre los partidos de la oposición y los de la coalición del gobierno.

Este artículo dice que “no podrán ser inscritos como candidatos a cargos de elección popular, ni elegidos,…, quienes hayan sido condenados (en cualquier tiempo) por delitos relacionados con la pertenencia, promoción o financiación de grupos ilegales o con el narcotráfico en Colombia o en el exterior”.

En la discusión de ese artículo hubo varias propuestas. Unas incluían un parágrafo que permitía que los paramilitares desmovilizados pudieran acceder a cargos públicos, otras pedían que se dejara el articulo tal y como estaba. El senador Parmenio Cuellar, del Polo, pidió en una de sus intervenciones que se incluyera la expresión “salvo por delitos políticos” y así no había necesidad de incluir el parágrafo de aclaración. Sin embargo, aunque la propuesta fue respaldada por el senador de Cambio Radical Alfonso Valdivieso y fue votada favorablemente, no estaba redactada y quedó prácticamente igual.

Ya el senador Gustavo Petro, del Polo, había denunciado que este artículo contravenía el acuerdo de paz entre varios grupos guerrilleros y el gobierno. Aún así quedó como salió del debate anterior de la Comisión Primera de la Cámara en donde no hubo discusión, pues la oposición no estuvo en el debate. En esa ocasión, antes de retirarse, la bancada de la oposición dijo que el proyecto no había sido anunciado por lo que la mesa directiva incurrió en un vicio de forma.

“No me extraña que un Congreso, del que se ha demostrado su relación con el paramilitarismo, reaccione con una retaliación contra quienes nos hemos atrevido a denunciar la parapolítica”, dijo el senador Petro a Semana.com.

Sobre el desorden que imperó durante la aprobación del proyecto, la senadora Cecilia López, del Partido Liberal, dijo al finalizar el debate “nadie entendió qué se aprobó. Este debate fue un desastre y es vergonzoso que una reforma constitucional de tanta importancia para el país se haya aprobado de esa manera”.

La senadora además se refirió a la presión que ejercieron los ministros sobre los senadores, pues toda la cúpula del gobierno se encontraba en el recinto haciendo lobby. Incluso corrió el rumor de que los ministros llevaron abogados para que los congresistas que se declararan impedidos estuvieran confiados de que no incurrirían en una irregularidad con la que pudieran perder la investidura. El senador del Polo, Jaime Dussán, criticó el hecho diciendo que era insólito que los ministros se prestaran para eso y dijo que muchos de ellos ni siquiera sabían qué era lo que se estaba discutiendo.

Otro hecho que empaña la iniciativa es que no concilió las diferencias con la oposición sino que se impuso por la mayoría uribista. En varias ocasiones los congresistas del liberales y del Polo se retiraron del recinto y la iniciativa pasó sin el merecido debate.
 
Sectores de la ciudadanía, que al comienzo acompañaron la discusión también se apartaron de su trámite al ver que sus propuestas y críticas no hicieron eco. Siendo esta una reforma tan trascendental para el país, que cambia la Carta Magna  y finalmente afecta todo el sistema político no es muy ortodoxo que no se incluyan otras voces ni que se haya construido sobre consensos sobre cuáles deben ser las reglas del juego de la democracia.