El último presidente en ocupar la Casa de Nariño en compañía de sus hijos pequeños fue Andrés Pastrana.

ELECCIONES 2018

Con Luciana, Matías y Eloisa los niños regresan a la Casa de Nariño

La última vez que hubo niños en el palacio presidencial fue durante el gobierno de Andrés Pastrana, que para ese momento tenía dos hijos adolescentes y una niña.

17 de junio de 2018

Durante el primer discurso de su padre como presidente, los tres niños permanecieron a su lado, sentados en unas pequeñas sillas azules, algo inquietos, sobre todo Matías y Eloisa quienes jugaban con el confeti que caía del techo para festejar el triunfo del nuevo mandatario. El pequeño celebraba con el puño arriba cada vez que la multitud gritaba el nombre de su padre y no dejaba de jugar y moverse, como cualquier niño de su edad. En cambio Luciana, la mayor de los tres, estuvo callada y distraída con los papeles que recogía del suelo.  

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Después de 16 años, por los pasillos de la Casa de Nariño volverán a escucharse risas y juegos. Con el triunfo de Iván Duque, Luciana de 11 años, Matías de 8 y Eloisa de 6 años, sus pequeños hijos, ocuparán el palacio presidencial. Durante la campaña, el entonces candidato tuvo mucha cautela en no exponerlos tanto a las cámaras. Sin embargo, en cada jornada electoral los tres pequeños, siempre felices y al lado de su papá, terminaron siendo tan protagonistas como él.

Colombia se había desacostumbrado a tener ese tipo de escenas. Desde el gobierno de Andrés Pastrana, cuando dos adolescentes y una niña pequeña también habitaron ese Palacio, no se veían ese tipo de imagenes. Antes que él, César Gaviria, ya había aterrizado con Simón y María Paz, quienes para ese entonces tenían 10 y 6 años.


La familia Gaviria con sus hijos Simón y María Paz.

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Después, Ernesto Samper duró un periodo junto a Andrés, Miguel y Felipe.


Ernesto Samper en campaña con dos de sus hijos. 

Andrés Pastrana, jefe de estado entre 1998 y 2002, fue el último mandatario colombiano en protagonizar la postal de la familia presidencial, que hizo famosa la frase “Nohra, los niños y yo”, al lado de sus hijos pequeños Santiago, Laura y Valentina que llegaron a la Casa de Nariño a los 15, 13 y 3 años de edad.

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La postal presidencial del último mandatario con hijos pequeños en la Casa de Nariño. 

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El 11 de marzo, luego de haber ganado la consulta interpartidista, los niños subieron por primera vez a una tarima, todos, incluidos sus compañeros del colegio los vieron por televisión y fueron ellos quienes les sembraron el temor de pensar que era muy posible dejar la casa en la que hasta el momento viven para llegar a una mucho más grande.

A pesar de que sus hijos siempre han estado presentes en sus discursos e intervenciones, después de ese día sus rostros y nombres empezaron a protagonizar las apariciones de Duque en redes y propagandas políticas. Uno de los más recordados es el video en el que le escribe una carta a Eloisa, que causó polémica porque tenía un gran parecido con otra pieza publicitaria de un político español.

También fueron protagonistas el 27 de mayo cuando antes de acompañar a su padre al lugar de votación, mostraron en redes sociales el regalo que le dieron al lado de su madre, un pastel con la foto de ellos tres con la frase "papá será presidente". Sus rostros también estuvieron presentes las últimas semanas con un emotivo comercial donde habló al lado de sus hijos sobre los compromisos que tiene con el país.

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Otro de los videos que demuestran la importancia de los pequeños en la vida del próximo mandatario es donde habla sobre cómo se transformó su vida después del nacimiento de su primera hija Luciana en el 2007. “Ese año para mí, mi forma de ver el mundo, mi forma de actuar, mi forma de entender y de conocerme a mí mismo, cambió”, y agrega, “hoy Luciana tiene diez años, somos muy felices los dos, tiene dos hermanos que son nuestra alegría, Matías y Elosia y todos los días pienso cómo serán sus próximos diez años”.

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Lo acompañaron tomados de la mano e incluso en sus hombros a las últimas presentaciones de campaña, a la primera y por supuesto a la segunda vuelta. En cada foto posaban sonrientes, tal vez sin imaginar la relevancia de lo que hacía su padre en cada acto. Lo cierto es que los pequeños ahora le darán un cambio y un nuevo aire a la próxima postal presidencial.