Home

Política

Artículo

El marco legal para la paz sufrió una transformación en menos de tres semanas. Ahora está enredado y es posible que se hunda en el Congreso.

CONGRESO

Marco para la paz pierde respaldo

El gobierno pide que se apruebe el proyecto, negando la vocería política desmovilizados. Partido Liberal, uno de los principales aliados, advierte que no es el momento para el proyecto y piden aplazar la discusión.

29 de noviembre de 2011

En menos de tres semanas, la suerte del llamado marco jurídico para la paz dio un giro de 180 grados. Si tras la muerte en combate de alias ‘Alfonso Cano’ había un relativo consenso político en diseñar herramientas legales para garantizar eventuales desmovilizaciones de miembros de grupos ilegales, tras la masacre de los cuatro uniformados secuestrados por parte de las Farc la lectura es distinta.
 
Este martes, el Partido Liberal, que había venido acompañando, con algunas observaciones, este proyecto de reforma constitucional, decidió bajarse del respaldo de la iniciativa, y el sugirió al gobierno un debate “más sereno y tranquilo” al considerar que actualmente no es el momento oportuno para discutir beneficios jurídicos a los victimarios.
 
La nueva postura asumida por el Partido Liberal parece determinante para el futuro del proyecto, que adportas de su tercer debate, parece enredado y con todas las posibilidades de hundirse en el senado de la República.
 
Aunque en principio los liberales iban a pedir la ‘sepultura’ del proyecto, matizaron su posición y le pidieron al gobierno y los ponentes aplazar la discusión, por lo menos para el año entrante.
 
“El país y la comunidad internacional están esperando del Senado un debate mucho más mesurado, mucho más tranquilo. No podemos ‘pupitrear’ este acto legislativo, menos después de esa expresión de salvajismo, de barbarie, miserable que cometieron las Farc. Sería enviar un mensaje equivocado a la subversión en esa materia”, fueron las palabras del senador Juan Fernando Cristo, vocero de la dirección liberal, para definir la postura.
 
El Partido Liberal, en la Cámara de Representantes había expresado numerosos reparos y observaciones a este proyecto a través de su vocero Guillermo Rivera. Sin embargo, ante el reclamo del presidente Juan Manuel Santos, que consideró que la iniciativa sería una llave para la paz, decidieron acompañarlo.
 
En ese entonces, los reparos se concentraban en que el proyecto, al elevar a rango constitucional mecanismos de justicia transicional para futuros desmovilizados, podría contribuir a la impunidad sobre los delitos cometidos por los miembros de organizaciones ilegales.
 
Ahora, al menos para los liberales, estos reparos podrían convertirse en argumentos insuperables para la aprobación del proyecto.
 
Incluso, Juan Fernando Cristo consideró que el marco legal para la paz, tal y cómo lo está discutiendo el Congreso, podría convertirse más en una ley para los victimarios, que en beneficio de las víctimas.
 
“No tenemos ánimo de confrontación. Buscamos que se garanticen vías para la paz pero que no se abra camino a la impunidad y que no se ofende la memoria de las víctimas”, señala el vocero de la dirección Liberal.
 
Cristo también advierte que el compromiso del gobierno Santos, en materia legislativa, ha sido del lado de las víctimas y a su juicio se debe “seguir en esa línea”.
 
Es significativo que dirigentes liberales, que históricamente han abogado por salidas negociadas, modifiquen su postura. Antes el expresidente Ernesto Samper, abanderado del acuerdo humanitario, admitió que ese escenario ya nadie lo reclama.
 
Cristo también admite que estamos “lejos de la solución política aunque cree en ella. Pero que no es el momento. Por el contrario, afirma que hay que persistir en la ofensiva militar. “A los violentos hay que demostrarle la fortaleza del estado colombiano”.
 
Gobierno reclama el marco para la paz
 
Luego de conocer esta postura del Partido Liberal, uno de los principales aliados del gobierno, el ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, afirmó que el proyecto de reforma constitucional debe ser aprobado, a pesar del asesinato de cuatro uniformados secuestrados por las Farc.
 
Esguerra le pidió al Senado “pensar con visión de futuro” y refiriéndose a la masacre de los uniformados dijo que “no podemos cerrar los ojos frente a lo que es el sueño que tiene el país hacia el futuro: el día en que prevalezca la sensatez y el espíritu de paz”.
 
El ministro de Justicia aclaró que el marco para la paz es una herramienta necesaria para el futuro, y aclaró que la ponencia para tercer debate no permitirá concesiones con las Farc, al señalar que no se aprobará la propuesta de otorgar vocería y representación política a los desmovilizados.
 
En eso fue claro el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, quien fue tajante al afirmar que la posibilidad que futuros desmovilizados puedan hacer política “es una puerta que definitivamente está cerrada”.
 
El senador Roy Barreras (la U), presidente de la comisión de paz del Congreso y autor del proyecto, fue otro de los que hizo un reiterado llamado para la aprobación de la iniciativa. “El quinto muerto no puede ser la paz”, dijo al advertir que el ambiente del proyecto afectó la masacre perpetrada por las Farc.
 
Pese a estos llamados, los partidos políticos siguen indecisos. Aunque los conservadores adujeron estos argumentos hacia el futuro para seguir acompañando la iniciativa, según lo manifestó el senador Hernán Andrade.
 
La palabra final la tiene la comisión primera del Senado que este miércoles deberá decidir si sigue adelante o no con el marco para la paz.
 
Lo cierto es que este proyecto, que el gobierno adoptó como necesario, sufrió una transformación en menos de tres semanas. Si tras la muerte en combate de alias Alfonso Cano se hacía necesario y contaba con pleno respaldo, hoy tras la masacre de los cuatro uniformados secuestrados, el marco para la paz está muy enredado y con todas las apuestas en contra para que se hunda definitivamente en el Congreso.