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ELECCIONES 2010

Martes clave para rojos y azules

Tras el estrepitoso golpe que supuso los resultados de las elecciones del 30 de mayo, liberales y conservadores adoptarán decisiones determinantes. No solo está en juego su participación inmediata en la segunda vuelta, su futuro puede depender de las posturas que asuman.

1 de junio de 2010

Un día después de las elecciones presidenciales, los cimientos del Partido Conservador y el Partido Liberal se movieron con fuerza. No era para menos, el escrutinio de las urnas los situó como la quinta y sexta opción de poder, respectivamente, incluso, por debajo de Cambio Radical y el Polo Democrático, dos partidos con menos de una década de consolidación y con poca representación parlamentaria.

A pesar de la escasa votación que obtuvieron sus candidatos, Noemí Sanín y Rafael Pardo, no superaron el millón de votos, conservadores y liberales no quieren ser excluidos de la segunda vuelta, incluso, del próximo gobierno.

Desbandada o decisión colectiva

En las toldas rojas hubo de todo. Tras la propuesta de Pardo, de dejar en libertad a dirigentes y electores, tres notificaciones llegaron a la Dirección del partido. Una encabezada por senadores del valle del cauca, como Griselda Janeth Restrepo; otra, por los lados de Santander y orientada por el actual presidente de la Cámara de Representantes, Édgar Gómez; y la tercera, de cerca de 18 representantes que pidieron ruta para actuar.

Los dos primeros, con la decisión clara de adherir a Juan Manuel Santos. Ratificando que el Partido liberal debería ser parte del proyecto de “unidad nacional” que el candidato de la U quiere consolidar, y en la que recordaron el origen liberal de Santos.

Más allá de lo que advierten, en un amplio sector del liberalismo ha nacido la necesidad de acercarse al poder. Completan doce años ajenos a él, como institución. El representante Guillermo Rivera calificó esas propuestas como el afán de ganar un “espacio burocrático”.

Pero el temor que hay en varios dirigentes liberales es que los parlamentarios adopten posturas individuales, como la que ya asumió el representante Édgar Gómez, de representativa votación en Santander, porque podría quebrantar aún más al partido, como sucedió hace ocho años con las disidencias que se alinearon en otras colectividades que fortalecieron el ‘uribismo’.

Por eso, el senador Juan Fernando Cristo, quien ofició como jefe de debate de Pardo, insistió en una cosa: “el liberalismo debe adoptar una decisión colectiva”.

Este martes se discutirá, en junta de parlamentarios, no solo la propuesta de “libertad” planteada por el jefe del liberalismo Rafael Pardo. También los argumentos de aquellos que tienden su balanza hacia Juan Manuel Santos.

Aún no se ha confirmado la presencia del ex presidente César Gaviria, pero también, esos 18 representantes que pidieron “ruta para actuar”, han pedido al ex mandatario que oriente algún tipo de negociación con Santos, quien en su gobierno fue ministro de Comercio.

Arias, ¿jefe del Conservatismo?

Este martes también habrá junta de parlamentarios con la Dirección Nacional del Partido Conservador. De allí, es casi un hecho que se produzca un respaldo colectivo y oficial de los azules a la campaña de Juan Manuel Santos.

Esta tesis puede alimentarse por dos hechos. Aunque Noemí Sanín pueda tener más identidad con Antanas Mockus, los resultados de las elecciones fueron tan poco favorables y decepcionantes que lo más seguro es que se imponga la línea de Andrés Felipe Arias, quien tras su derrota en la consulta lideró la discusión interna en el partido de optar por mantener la coalición uribista, de la que los azules fueron piedra angular.

Tras las elecciones, Arias invocó la necesidad de que su partido oficializara el respaldo a Santos, una tesis que tiene arraigo en una pléyade importante de representantes a la Cámara, especialmente.

Y además, este lunes, Arias declaró que el partido Conservador “tiene listo su ejército para trabajar por Juan Manuel santos, el candidato que mejor representa la continuidad del proyecto de Álvaro Uribe Vélez, el mejor presidente de la historia”.

Pero más allá, hay intenciones de convocar al Congreso del Partido, la mayor instancia de la colectividad, para modificar los cuadros directivos. Esa idea ha surgido, precisamente, en el seno de los representantes que en la consulta conservadora apoyaron a Arias. Y la idea es ungirlo como el líder natural de la colectividad.

El ex ministro pidió “responsabilidades políticas” a la cúpula del conservatismo, encabezada por Fernando Araújo, presidente del Directorio Nacional. Araújo respondió y señaló que los responsables son todos, desde la candidata Sanín, pasando por las directivas, hasta los congresistas. En su afirmación hubo un cierto tono de inconformismo, pues todos los congresistas aceptaron apoyar a Sanín tras la consulta, pero hay cierto ambiente interno que el apoyo fue de dientes para afuera.

El martes, las cosas en el conservatismo podrían advertir nuevos panoramas.