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El controvertido ex embajador en Sudáfrica, Carlos Moreno de Caro, aspiraba a ser la cabeza de lista del partido. A su derecha, Juan Carlos Rizzeto y Adriana Blanco. | Foto: Daniel Reina

ELECCIONES 2010

¿Para dónde va ADN?

Después de haber perdido su personería jurídica, los candidatos al Congreso de este partido aún no saben qué rumbo tomarán. La mayoría se inclina por agruparse en el nuevo Partido de Integración Nacional, PIN.

29 de enero de 2010

La dirigencia del partido Alianza Democrática Nacional, ADN, está en cónclave tras el anuncio que hizo el Consejo Nacional Electoral, CNE, de revocar la personería jurídica de ese partido, el pasado miércoles 27 de enero.

La drástica medida la tomaron tras hallar serias irregularidades en la manera como se llevaron a cabo modificaciones a sus estatutos, entre ellos el cambio de nombre o razón social con el que dieron origen al nuevo partido: ADN.

El CNE consideró que la organización violó los procedimientos legales al hacer esos cambios en una asamblea en la que supuestamente participaron ex congresistas del extinto partido Colombia Viva, que se encuentran detenidos en la cárcel la Picota por parapolítica, como Jorge castro Pacheco y Vicente Blel.

La metamorfosis hacía parte de una estrategia electoral que buscaba borrar del imaginario colectivo de los votantes las huellas del polémico partido de la coalición uribista Convergencia Ciudadana, caído en desgracia tras la captura de varios de sus dirigentes involucrados en parapolítica y narcotráfico. Entre sus peces gordos salpicados por los escándalos se encuentran los ex senadores Luis Alberto Gil y Juan Carlos Martínez Sinisterra.

Pero la reciente decisión del CNE dio al traste con las proyecciones del partido que quería lucir nueva ropa con la marca ADN. El problema es de gran tamaño, pues la fecha de cierre de inscripciones de candidaturas vence el próximo martes 2 de febrero.

La organización tiene dinero y votos, pero se quedó sin razón social. Los cerca de 300 huérfanos de ADN entre almuerzos y reuniones privadas hasta altas horas de la noche, en Bogotá y en Cali, definen su suerte.

Semana.com consultó con algunos integrantes de ADN por el camino que cogerán los candidatos que aspiran a participar en las próximas elecciones. La mayoría de las directivas se inclinan por agruparse en el también nuevo Partido de Integración Nacional, PIN, donde se alojaron otros militantes de Convergencia Ciudadana. Al respecto, Samuel Arrieta, presidente de PIN, no dudó en hacer público a través de medios radiales, su interés en acogerlos.

De optar por esa posibilidad, la situación más incómoda será para los aspirantes al senado, quienes tendrán que cambiar de número en el tarjetón, puesto que los primeros de la lista ya fueron asignados. Mejor suerte correrían los candidatos a la cámara por el Valle, ya que PIN no tenía listas a esa corporación por ese departamento, lo que deja el camino expedito para que los huérfanos de ADN se acomoden.

Como plan B, la cúpula del nuevo partido no descarta hacer uso del antiguo nombre: Colombia Viva, de donde surgieron los cambios de razón social en sus estatutos, hecho que hoy los tiene contra las cuerdas.

“Lo único claro por ahora es que nos mantenemos unidos a la espera de una decisión conjunta, la cual esperamos esté lista para el próximo lunes a más tardar”, explicó un integrante de ADN quien pidió reserva de su nombre. 

La organización descartó hacer uso del antiguo nombre del Movimiento Popular Unido, MPU, partido fundado por el ex congresista Carlos Herney Abadía, padre del actual gobernador del Valle Juan Carlos Abadía -de quien se dice es el poder detrás del trono en ADN-.

El MPU es el movimiento donde el ex senador Juan Carlos Martínez –llamado a juicio por sus presuntos vínculos con alias H.H- inició su carrera política y amasó el poder que hoy ostenta en la región.

Sólo hasta la próxima semana conoceremos con certeza cuál será el nuevo traje que lucirán los integrantes de ADN. Y lo más importante, sabremos si es suficiente que la “mona se vista de seda” para conquistar a los electores.