Política
“Parece que los ministros tuvieran miedo; deben recordar que ejecutar recursos públicos se traduce en beneficios para los ciudadanos”: Saray Robayo
La vocera del Partido de la U habló sobre la economía del país, la baja ejecución del Gobierno Petro, la decisión de la Corte Constitucional de tumbar el artículo controversial de la reforma tributaria que prohibía la deducción de regalías y la propuesta del presidente Petro para modificar la regla fiscal.
SEMANA: ¿Qué opina del comportamiento de la economía en el 2023?
SARAY ROBAYO (S.R.): Este año hemos tenido noticias dulces y amargas. Por un lado, hemos visto que la tasa de desempleo ha disminuido, en enero iniciamos el año con una tasa de desempleo del 13,7 % y en septiembre fue del 9,3 %. Esto, sin duda, es una buena noticia, porque representa una disminución del 32 %.
Sin embargo, sigue preocupando la tasa de informalidad, aún tenemos esta tasa muy alta, porque entre las personas que reportan “no estar desempleadas” el 51,1 % es porque son informales. Es decir, puede que no tengan las necesidades básicas laborales, sus ingresos pueden estar por debajo del salario mínimo y no tener prestaciones sociales.
Por otro lado, la inflación ha ido dando tregua. En enero iniciamos con la inflación más alta reportada en más de 30 años, era del 13,25 %, y en octubre alcanzó a ser del 10,48 % anual. Esto representa una disminución del 21 %.
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No obstante, frente a este aspecto me preocupan varias cosas: la primera, que aún estamos viviendo una inflación de dos dígitos. La segunda, que estamos 3,5 veces por encima de la meta del Banco de la República. La tercera cosa que me preocupa son los anuncios del Gobierno nacional sobre los incrementos de la gasolina y el ACPM.
Estuve revisando investigaciones para conocer el efecto que tienen estos incrementos y encontré que un incremento del 1 % del valor de los combustibles (gasolina y ACPM) genera un incremento de 3.46 puntos porcentuales en el IPC. Este año ha incrementado la gasolina en un 34,23 % según el Dane, lo que ha llevado a que el ítem de transporte incremente 13,57 % y, en últimas, a que la inflación no desacelere como esperaríamos los colombianos en un año en el que la economía no va a crecer a más del 1,2 %.
Lo más preocupante de esto último es que, en el último trimestre, la economía decreció en un -0,3 %. Desde pandemia no veíamos un crecimiento negativo de la economía. Esto, sin lugar a duda, nos prende una gran alarma porque, definitivamente, la calidad de vida de los colombianos no va a ser buena si seguimos en un escenario de alta inflación y bajo crecimiento económico.
SEMANA: ¿Cree que la reforma tributaria que aprobaron el año pasado ha afectado el crecimiento económico del país?
S.R.: Yo pienso que sí. La verdad es que el Gobierno ha tenido una apuesta muy ambiciosa frente al recaudo y acá debemos dejar un punto de referencia. Coincido con el Ejecutivo en la necesidad de incrementar el gasto social y así dar alivio a las familias más vulnerables del país. Sin miedo a equivocarme, coincido en que debemos luchar contra la pobreza y desigualdad en el país. No es justo que más de 14 millones de colombianos no puedan comer tres veces al día por cuestiones económicas y que aún haya personas que incluso comen una vez o menos al día, esto tiene que acabar.
Sin embargo, hay aspectos ante los cuales me he opuesto y reitero que sí han afectado el crecimiento económico del país. El primero es la no deducibilidad de las regalías. Hay muchas discusiones sobre si deben o no tomarse como ingreso las regalías que las empresas de extracción le pagan a la Nación y que en últimas llegan a las regiones. Sin embargo, no podemos ocultar que es uno de los sectores económicos que generan mayor aporte al PIB, mayor empleo y que atrae mayor inversión. Además, no hay ningún país en el mundo que no las deduzca.
Creo que ese fue un punto de honor del Gobierno nacional, pero es de esos temas en los que como país nos equivocamos. El mensaje de inestabilidad y falta de garantías jurídicas para las empresas no estuvo bien, ahuyentó la inversión, sacó divisas en su momento, con lo que incrementó el precio del dólar, que en últimas afectó los insumos de la producción de alimentos y que se reflejó en el costo de los alimentos y del costo de vida de los colombianos.
Como también lo dije en las reuniones de ponentes y en los debates, en las regiones es donde más se siente que se desincentive este sector, porque si no se activa otra fuente de generación de empleo directo e indirecto y no se fortalecen las rentas municipales y departamentales, termina siendo un tiro en el pie ahuyentar los recursos que estas empresas generan.
Acá quiero hacer una aclaración y es que el Estado (no digo Gobierno) no genera riqueza, es el sector privado el que lo hace. La principal responsabilidad del Estado es la de garantizar derechos, supervisar, controlar, pero no puede pasarse la mano y apretar al sector privado de tal forma que impida su crecimiento. Así que, en situaciones como la que estamos viviendo actualmente, necesitamos generar incentivos para activar la economía, que en últimas es la que puede proveer condiciones adecuadas para que las personas vivan bien.
SEMANA: ¿Cree que es responsabilidad del Banco de la República que la economía no crezca?
S.R.: Creo que el Banco de la República ha hecho la tarea y ha controlado el crecimiento desbordado de la inflación. Yo confió plenamente en la fortaleza institucional que tiene el país y este es un claro ejemplo de eso.
El Banco de la República es una institución independiente y ha mantenido su postura para poder controlar el incremento del costo de vida. Algunos culpan al Banco de la República, pero para mí la causa principal no es el incremento de las tasas; por el contrario, creo que el decrecimiento se da por haber tenido una inflación que estaba creciendo muy aceleradamente.
Colombia siempre ha sido un país que ha controlado la inflación, es más, históricamente ha podido tener inflaciones de un solo digito, la de dos dígitos la empezamos a ver apenas en 2022. Eso sí, hay que aclarar que fue desde antes que el Gobierno del presidente Petro iniciara, pero no estamos acostumbrados. Hay países de América Latina, como Argentina, que históricamente han tenido inflación muy alta y tasas de cambio en extremo volátiles. Eso no les hace bien al bolsillo de las personas y menos a la hora de comer. Por eso no culpo ni responsabilizo al Banco de la República, creo que fue una decisión sensata y responsable.
Pero no podemos dar más mensajes que generen instabilidad, ni tampoco podemos implementar medidas que conlleven a incrementar de manera premeditada el costo de vida, porque en últimas vamos a seguir promoviendo que las tasas de interés sean altas y, en últimas, que se siga desacelerando la economía.
Es como cuando una persona tiene fiebre y llega al médico: lo primero que hacen es identificar la causa y controlar los síntomas. La fiebre solamente es un síntoma, pero si no se controla la causa, va a seguir generando otros problemas. En el país necesitamos identificar y trabajar para acabar la causa, no solamente el síntoma.
SEMANA: ¿Cómo se puede impulsar la economía?
S.R.: Definitivamente, necesitamos atraer inversión, proveer créditos flexibles para los microempresarios, generar incentivos y, sobre todo, dar mensajes de estabilidad institucional, esto último es fundamental. Las personas no invierten en lugares en los que no confían y creen que les van a cambiar las reglas de juego sobre la marcha.
SEMANA: El presidente está pidiendo que se cambie la regla fiscal para que vía ejecución en gasto social se pueda activar la economía. ¿Qué opina de eso?
S.R.: Creo que lo primero que deben hacer los ministros es gastar el presupuesto que ya se les asignó. No es posible que, en el último informe de la Contraloría General de la Nación, se encuentre que aún hay $ 19,2 billones de pesos de inversión sin comprometer. Ahora bien, se complica más la cosa si tenemos claro que no es lo mismo comprometer que ejecutar. El mismo Presidente Petro reconoce que muchos de los recursos reportados como comprometidos se encuentran en fiducias, por eso es que sale la directiva presidencial 06.
La plata que se aprueba en el Presupuesto General de la Nación es para apoyar a los más vulnerables y claro mover la economía al dar mayor poder adquisitivo a las personas más vulnerables, pero como ya lo dije, el Estado no genera riqueza, esa es la función del sector privado y creo que lo hace mejor.
Creo, además, que modificar la regla fiscal requiere de un debate amplio y transparente. Este tipo de discusiones y de mensajes puede dar pie a la inestabilidad institucional que ya vimos le hace daño al costo de vida y de nuevo al crecimiento económico.
Sin embargo, sí debemos dar el debate sobre el marco fiscal de mediano plazo. Hace poco estuve reunida con el Director del CARF (Comité Autónomo de la Regla Fiscal), y hablábamos sobre esto. Hay que actualizar el Marco Fiscal de Mediano Plazo para que se ajuste a las necesidades de la realidad, por ejemplo, cambiar la forma de ver el gasto que disponemos para el medio ambiente. Pero esto requiere de trabajo técnico y de responsabilidad antes de emitir cualquier concepto.
SEMANA: Usted ha advertido de la baja ejecución del presupuesto general. ¿Cree que el Gobierno Nacional va a ejecutar este año lo que pidió?
S.R.: Me preocupa lo que ya le compartí. Los ministros parece que tienen miedo de ejecutar y deben recordar que ejecutar los recursos públicos se traduce en garantizar los derechos de los ciudadanos. Así que quiero ser optimista y darles un voto de confianza en que sí van a ejecutar, pero se tienen que activar. No tiene mucho sentido que $ 19,2 billones de inversión estén sin comprometer a un mes de terminar el año, porque, aunque se comprometan no se van a ejecutar, es decir, no van a beneficiar a los colombianos este año. Acá no se trata de hacer una tarea, se trata de entender que hablamos de derechos de las personas.
SEMANA: ¿Cómo vio la decisión de la Corte Constitucional sobre la deducibilidad de las regalías?
S.R.: Reitero la confianza que tengo en la separación de poderes, en el sistema de frenos y contrapesos, y en la estabilidad institucional que tenemos en el país. A uno pueden gustarle o no las decisiones de cualquiera de los tres poderes en el país. Sin embargo, lo más importante y más allá de los comentarios, es que mantengamos instituciones sólidas porque eso garantiza que el país se mantenga.
Yo por mi parte, como ya lo dije, coincido con la decisión de la Corte Constitucional, creo que no estuvo bien hacerlo y creo que, al pronunciarse, se dan condiciones de seguridad para las empresas y personas que quieran traer inversiones al país y sobre todo da un mensaje para que no se lleven la inversión ya existente en Colombia.