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Antanas Mockus prefirió no hacer un acuerdo con el Polo, porque en su criterio, así mantiene la coherencia.

ELECCIONES 2010

¿Por qué Mockus dice no a las alianzas?

La coherencia es el fundamento de los verdes para preferir el apoyo ciudadano al de los partidos. Los analistas dicen que no será suficiente para obtener los votos que necesita en la segunda vuelta presidencial.

2 de junio de 2010

En el momento en que desde varios flancos le han pedido un timonazo a la estrategia de campaña, el Partido Verde parece empeñado en no hacer grandes cambios. Eso ha generado al menos dos interpretaciones: Una, falta de determinación para buscar fórmulas que le permitan remontar la amplia diferencia que tiene a su favor Juan Manuel Santos. Y dos, que Antanas Mockus actúa de manera coherente, al pensar más en el futuro que en la simple coyuntura electoral.

La discusión ha gravitado en torno a si los verdes deben buscar o aceptar una alianza con el Polo. El martes, esa posibilidad se diluyó después de una rueda de prensa que dio en compañía de los ex alcaldes Luis Eduardo Garzón y Enrique Peñalosa.

Casi al mismo tiempo, el Polo emitía un comunicado en el que ponía sobre la mesa cinco puntos programáticos para una discusión con los verdes: Superar la influencia de la mafia en la política; procurar la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas de crímenes de lesa humanidad; extinguir las tierras de los narcotraficantes para dárselas a campesinos y desplazados; mejorar la relación con los países vecinos; y crear un sistema de salud y uno de educación públicos.

Y advertía: “declaramos explícitamente que no aceptamos conversaciones o pactos sobre cuotas burocráticas, ni participaremos en un eventual gobierno del Partido Verde dadas nuestras profundas diferencias en las concepciones sobre el modelo económico y social”, dice el comunicado. La declaración está firmada por el candidato derrotado el pasado domingo Gustavo Petro y su fórmula vicepresidencial, Clara López.

Mockus en la mañana de este miércoles reiteró que las alianzas interpartidistas estaban descartadas y que su partido buscará los votos entre los abstencionistas, que fue el 51 por ciento de las personas aptas para votar.

No obstante, el candidato del Partido Verde no se negó a estudiar la propuesta de los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta para incluirlas en su programa. Y, según indicó Mockus después de estudiarlas, estuvo de acuerdo con los tres primeros puntos, de los cinco anotados.

"Lo de mafia (limpiar la política) y tierras (quitárselas a los narcotraficantes) es lo razonable, el tema de la extinción de dominio y devolverle tierras a los desplazados está muy bien”. Sobre los otros puntos, expresó, “la dirección nacional del Partido Verde debe tomar posición pues la estatalización de la educación y la salud, no suenan mucho”.

Esas declaraciones, de parte y parte, eran posteriores a una declaración de Mockus en la que dijo que era mejor que “cada loro (estuviera) en su estaca”.

“Estamos en un proceso de transición democrática y tememos que se repita el expediente del frente nacional. Hoy por los acuerdos entre partidos podrían desdibujar su identidad y generar desconfianza entre los ciudadanos”, aseguró en ese momento el candidato.

Quedaba claro que el candidato verde coincidía en algunos puntos con el Polo, pero se negaba a recibir ese apoyo en condición de alianza partidista, eso sí, sin negarle la opción a los electores de Petro a que lo respaldaran el 20 de junio.

¿Por qué Mockus no estuvo de acuerdo con la alianza?

La razón principal por la cual el Partido Verde dio un “no” rotundo a las alianzas con otros partidos es porque quiere ser coherente con su origen. La ‘Ola Verde’ nació como una tercera vía en medio de la polarización del país. No hay que olvidar que la consigna de Sergio Fajardo era “ni uribista ni antiuribista”.

Mientras que unos buscaban capitalizar los errores del Gobierno a su favor, otros buscaron capitalizar sus logros. En ese escenario creció la ‘Ola Verde’ como una propuesta capaz de conquistar los votos del centro ideológico. Como dice Pascual Gaviria en su reciente columna de El Espectador:

“De pronto, sus salmos a la legalidad comenzaron a identificarlo como el imán de cierto antiuribismo alejado del tono y los viejos silogismos de la izquierda”.

Por esa razón, este martes Mockus insistió en que buscaba ganar, “pero no a cualquier precio”. En otras palabras, la conquista del solio de Bolívar se debe hacer sin desdibujar lo que significa su propuesta ideológica de centro.

“Mockus, antes que filósofo, es matemático. Él sabe cuál es el costo y el beneficio de una alianza”, dijo a Semana.com el director del Grupo de Investigación de la Universidad Nacional, David Roll.

En criterio del profesor, el candidato del Partido Verde no hizo una alianza formal con el Polo después de hacer cálculos. El resultado, así el Polo fuera capaz de transferirle a los verdes el 1.329.512 de los votos que obtuvo, sigue siendo desfavorable para ganarle a Santos.

“Yo creo que el Partido Verde está pensando en las elecciones de 2011. Por eso su negativa a las alianzas es razonable. Quiere enviar el mensaje de que no va a ser más de lo mismo”, explicó Roll.

No obstante, la posición de Mockus es difícil de entender para una parte de sus seguidores. Por ejemplo, la columnista María Jimena Duzán, quien no ocultó su favoritismo por el candidato antes de la primera vuelta, escribió en su más reciente columna en Semana.com que en su discurso después de las elecciones del domingo, “esperaba que dijera cuál iba ser el camino a seguir en la segunda vuelta y cómo iba a tender puentes con el Polo y con una parte del Partido Liberal que no vota por Santos. Pero no lo hizo o si lo hizo el mensaje no fue claro”.

El concejal del Polo Carlos Vicente de Roux, quien fue uno de los defensores de apoyar a Mockus en su segunda vuelta dijo que no entiende por qué el Partido Verde insiste en hacerle el feo al Polo.

“Me parece extraño, más cuando lo que le dijo el Polo fue que lo apoyaría en las elecciones, sin pedirle puestos, y después pasaría a ser oposición. Es decir, el acuerdo no dejaba amarrado a nadie”, dijo de Roux.

El concejal es consciente de las diferencias ideológicas de los dos partidos. Pero señaló que los acuerdos se hacen entre opuestos que tienen puntos de convergencia, “pues entre iguales no se llamaría acuerdo, sino fusión”, dijo.

En su criterio, lo que está haciendo el Partido Verde es tratar de buscar los votos en un sector de derecha, con lo cual al Polo no le quedan sino dos salidas: llamar a la abstención o a votar en blanco.

¿La alianza es conveniente, o no tanto?

El politólogo de la Universidad del Norte, Carlos Guzmán explicó que las alianzas políticas se ven mal cuando se hacen con base en el reparto burocrático. Pero, indicó que son convenientes cuando se hacen entre partidos que se parecen. “Lo que es incomprensible son las alianzas entre partidos opuestos”, dijo.

En su criterio, el Polo es un partido de izquierda, en el que el sector moderado es minoritario; y el Partido Verde es un movimiento del centro ideológico, que no se identifica con los extremos.

“En otras palabras, el simbolismo de mockusiano riñe con el pragmatismo de Petro”, dijo.
El analista político Rafael Nieto dijo en varias ocasiones que una alianza entre el Polo y los verdes era como el abrazo del oso. Es decir, que los reparos de un sector del electorado al partido de izquierda terminarían perjudicando a Mockus.

En el mismo sentido esta semana, Jorge Londoño, gerente de la firma encuestadora Invamer Gallup, dijo que esa alianza desembocaría en un deslizamiento de votos uribistas, que sufragaron por Mockus, hacia Santos.

Para el profesor Roll, el propósito de los verdes es buscar la cohesión interna, pero de cara al futuro. De hecho, dijo Roll, la advertencia que hizo Mockus de que Santos buscaba crear un nuevo Frente Nacional tenía el propósito de ratificar su posición: ser una antítesis de los partidos tradicionales. Por esta razón, “las alianzas de Santos podrían fortalecer su movimiento”, argumentó Roll.

Mockus se ha caracterizado por su rechazo a los partidos tradicionales y a “su forma de hacer política”. No está de acuerdo con la negociación de las cuotas burocráticas a cambio del apoyo. Sin embargo, los resultados de las pasadas elecciones no son suficientes para ganar en segunda vuelta, razón por la cual los avezados en política esperaban su apertura a las alianzas.

El Partido Verde obtuvo mucho en muy poco tiempo. Sin embargo, los verdes quedaron atrapados en una paradoja: o buscar el triunfo, para lo cual son indispensables las alianzas, con las que no están de acuerdo; u optar por la derrota, pues es muy difícil conseguir cuatro millones de votos más de los que obtuvieron en la primera vuelta.

Parece que prefirieron la segunda vía en aras de ser coherentes. Sólo el tiempo dirá si esa decisión se traducirá en la formación de un proyecto político sólido, con vocación de poder, para dejar de ser lo que apuntan sus críticos: una expresión emotiva y de coyuntura.