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Los ex alcaldes de Bogotá, Lucho Garzón, Enríque Peñalosa y Antanas Mockus compiten el próximo 14 de marzo en la consulta del Partido Verde por la candidatura de esa organización.

ELECCIONES 2010

¿Qué tan maduros están los verdes?

Los tenores han generado una gran expectativa. Pero su real fuerza en las urnas está por verse. Ellos confían en alcanzar cuatro curules en el Senado y superar el umbral para quedar en el mapa político.

8 de marzo de 2010

En las próximas elecciones al Congreso, el Partido Verde no solo buscará marcar en Senado y Cámara de Representantes y escogerá su candidato a la Presidencia, sino que se dejará contar para preservar su personería jurídica.

La organización política, que antes se llamaba Partido Verde Opción Centro, en 2006 obtuvo un poco más de 80 mil votos, los cuales le bastaron para alcanzar la curul de las minorías políticas. Sin embargo, el Partido Verde saltó a las ligas mayores cuando decidió apostarle a conseguir curules en el Senado.

El reto que ahora enfrenta es conseguir más de 210 mil votos, (equivalente aproximado del 2 por ciento de los votos válidos del Senado o de la Cámara), para así preservar su personería jurídica y, además, no tener problemas con la inscripción de su candidato a la Presidencia.

Según el abogado especializado en derecho electoral, José Vicente Sánchez, “si no logran el umbral mínimo podría perder la personería jurídica y estaría en riesgo la inscripción de su candidato”.

Varias circunstancias juegan a favor de los verdes, lo que hace que sus integrantes estén confiados en que, no solo alcanzarán los votos suficientes para preservar la personería jurídica, sino que obtendrán más de una curul.

La llegada de Antanas Mockus, Enríque Peñalosa y Luis Eduardo Garzón, conocidos como los ‘tres tenores’, al partido, impulsó la fuerza verde. Ellos son conocidos por su forma de hacer política con transparencia, educando a la ciudadanía y sin apelar a las viejas mañas como el clientelismo y la manzanilla.

A los tres los une el hecho de haber sido alcaldes de Bogotá, es decir, de haber ocupado el segundo cargo más importante del Ejecutivo en Colombia. Su trabajo en aras de la modernización de la ciudad y manejo de los recursos los catapultó como figuras públicas de reconocimiento nacional.

En la última encuesta de Ipsos Napoleón Franco, el 17,5 por ciento de los mil encuestados dijo que participaría en la consulta del Partido Verde. La cifra es casi cuatro puntos por encima de quienes tienen la intención de votar en la consulta del Partido Conservador, que ostenta más de 150 años de años de tradición.

Para el politólogo de la Universidad del Norte, Carlos Guzmán, los resultados de la encuesta se deben a la imagen que proyectan los tres candidatos en el público bogotano que conoció de cerca sus gestiones. Para el analista, también es el resultado de una imagen favorable del partido, en oposición a la imagen que proyecta la campaña conservadora.

“Es probable que los ‘tenores’ también encarnen el sentimiento de rechazo de quienes han sido testigos de la campaña conservadora: las peleas entre Noemí Sanín y Andrés Arias, y la poca trascendencia de José Galat y Álvaro Leyva”, explicó Guzmán.

Otra de las circunstancias que juegan a favor de la organización es que figuras de la política que representaban lo que los analistas llaman el voto de opinión, no participarán en las elecciones. Personajes como Gina Parody, de La U; Gustavo Petro, del Polo; Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical; Cecilia López, liberal, entre otros, no estarán en la carrera por el Congreso.

Por esta razón, Daniel García, secretario del Partido Verde, dice confiado “no tenemos ningún riesgo para las próximas elecciones. Creemos que podemos conseguir cerca a un millón de votos en la consulta, 500 mil votos en Senado y 500 mil en Cámara”.

Con calculadora en mano explica que en las elecciones regionales de 2007 entre los 25 alcaldes, los dos gobernadores y más de 300 concejales y diputados, el partido obtuvo cerca de un millón de votos.

Sin embargo, para el politólogo Guzmán es muy ambicioso comparar la votación de una elección regional con la de una nacional. Cada elección es distinta de otra. “Una cosa es la dinámica de las elecciones locales y otra muy distinta la de las elecciones nacionales. En las primeras, los electores logran mayor identificación con los candidatos, porque los conocen. En cambio, en las elecciones de Congreso, funcionan más las maquinarias que el nivel de identificación”, explicó Guzmán.

La lista al Senado del Partido Verde, la encabeza la ex concejala Gilma Jiménez, quien se dio a conocer por haber liderado la campaña del referendo para castigar a los violadores de menores con prisión perpetua; le sigue Jorge Eduardo Londoño, ex gobernador de Boyacá y fundador de la organización; en tercer lugar está Jhon Sudarsky, un empresario y ex consejero de planeación de la administración Mockus, entre otros. El partido también presentó listas a la Cámara en 22 circunscripciones.

Para el secretario del partido, la ex concejala Jiménez se proyectó como figura nacional con su propuesta del referendo. Sin embargo, la agrupación carece de maquinaria política y aunque el referendo de cadena perpetua obtuvo más de dos millones de rúbricas de respaldo, eso no se traduce en apoyo en las urnas, pues una cosa es el sentimiento de rechazo generalizado a los abusadores de menores y otra distinta la filiación política.

En las elecciones pasadas, Mockus y Peñalosa intentaron llegar al Congreso. Paradójicamente, la lista de Peñalosa obtuvo más de 160 mil votos en las elecciones de 2006 pero no logró una curul, mientras otros aspirantes llegaron al Congreso, tiempo después, con menos de la mitad de sus votos en remplazo de quienes terminaron involucrados en el escándalo de la parapolítica.

Mockus solo alcanzó un poco más de 70 mil votos con lo cual su movimiento ‘Visionarios con Mockus’ no alcanzó a constituirse jurídicamente.

La experiencia les enseñó a los dos que una cosa era la imagen como mandatarios locales y otra muy distinta el respaldo en las urnas a nivel nacional. En las próximas elecciones sabremos si los ex alcaldes lograron capitalizar a su favor esas experiencias negativas.
Aunque es improbable que los verdes pierdan la inscripción de su candidato a Presidente -en caso de que no alcancen a superar el umbral de votos necesario para mantener la personería jurídica el 14 de marzo-, la falta de votos los podría convertir en un partido sin electores.

Estar al lado de cualquiera de los tenores es una garantía simbólica de prestigio político. Sin embargo, eso no es sinónimo de la capacidad de llegar al poder. Por eso, si los verdes no obtienen una suficiente votación en el Congreso, su capacidad de negociación con otros partidos, en caso de que haya segunda vuelta para Presidente, sería mínima.

En resumen, alcanzar el umbral será un triunfo, pues podrán mantenerse políticamente, pero obtener dos curules significará una hazaña.