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El senador liberal, Héctor Helí Rojas, fue quien más se indignó por la posición del gobierno y la bancada cristiana contra el pluralismo y la diversidad. | Foto: Daniel Reina

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Religión puso en aprietos la Reforma Política

El artículo que buscaba premiar a los partidos que estimulen el pluralismo, la diversidad y la participación de la mujer finalmente quedó excluido debido a la oposición de la bancada cristiana.

17 de junio de 2009

Este miércoles el Senado reanudó la discusión de la Reforma Política en la plenaria del Congreso tras tres intentos fallidos para su aprobación. Este será su último debate. No obstante, como el Senado cambió varios artículos en su segunda vuelta para evitar su hundimiento, el proyecto deberá ir a conciliación con la Cámara de Representantes para que pueda convertirse en Ley.
 
Tras un acalorado debate que arrancó este martes, un artículo que buscaba incentivar a los partidos al pluralismo y la diversidad, quedó excluido del proyecto.

El asunto del articulito había empezado al filo de la media noche del martes, después de más de tres horas de discusión de los impedimentos de dos decenas de congresistas que están ocupando curules -en reemplazo de los vinculados a las investigaciones y condenas de la parapolítica. De pronto, varios senadores cristianos amenazaron con votar negativamente la propuesta.

“¡Ay, de los que aprueban leyes injustas!”, dijo el senador del Movimiento Colombia Viva, Víctor Velásquez, citando la Biblia y agregó que no se debían consagrar en la Constitución estímulos para los partidos que aboguen por la diversidad sexual. De esta manera se apartó de la discusión de los impedimentos para rechazar un párrafo del proyecto, que fue defendido por el senador de La U, Armando Benedetti en la Comisión I del Senado.

El párrafo que causó escozor en la bancada cristiana es el que dice que “la ley establecerá incentivos a los partidos y movimientos políticos que creen condiciones de representación pluralistas de acuerdo con criterios de equidad de género y respeto por la diversidad”.

Según la interpretación de Velásquez y de otros que lo secundaron como Charles Schultz, de la U, y Édgar Espíndola Niño, de Convergencia Ciudadana (los tres están reemplazando a senadores incursos en el escándalo de la parapolítica) es que el incentivo a la diversidad en los partidos equivale a premiar la participación de homosexuales en la política. En su criterio esta es una medida inequitativa “y va contra la moral”.

El creador de la propuesta, el senador Benedetti le respondió a Velásquez leyendo nuevamente el artículo y le preguntó “¿en dónde hay una mención a la diversidad sexual?”.
 
 Explicó que su propuesta lo que hace es ratificar lo que dice la Constitución del pluralismo y la diversidad de la población colombiana y que si el Estado otorga incentivos en ese sentido no son económicos y que no se está excluyendo a nadie sino todo lo contrario. Además, "antes de que hagan como Pilatos que condenó a Jesús y soltó a Barrabás" dijo que este inciso había sido acordado con el gobierno y con la senadora cristiana, Claudia de Castellanos.

Ante la amenaza de la bancada cristiana de votar negativamente el proyecto si se incluía ese inciso, el Ministro del Interior, Fabio Valencia, convino en que el senado retirara ese párrafo.

Otros legisladores como Samuel Arrieta expresaron su inconformismo con esa interpretación de la diversidad y el pluralismo. Pero quien más se enfureció, no sólo con la posición de los cristianos sino con la calidad del debate fue el senador liberal Héctor Helí Rojas quien pidió que votaran la propuesta de su partido que pide el archivo de la Reforma Política y así dejar saldada la discusión, “porque aquí uno tiene que soportar discursos de pastores que creen que el pluralismo es igual a homosexualismo y que la Constitución es igual a la Biblia”.

Además dijo “hay que delatar al gobierno que negó (con su postura) la diversidad de este país, las etnias, el pluralismo y multiculturalismo” y agregó que su partido no se podía prestar para convertir el Congreso en una sinagoga en la que se discute la Biblia y no las leyes. “Esta es una sociedad civil y pluralista, o si no pongámonos sotana y vámonos a rezar”, concluyó.

Pero después de su intervención vino una perla del senador conservador Roberto Gerlein, quien calificó como “problema” a la diversidad y dijo que lo tenían “todos los partidos”. Al final no se supo si se refería a la presencia de homosexuales, específicamente, o de otras minorías en la política.

A pesar de que el debate no había comenzado formalmente (apenas estaban levantando los impedimentos de los congresistas), comenzó la discusión de uno de sus puntos que según sus promotores estaban seguros de que causaría polémica.
 
 Este miércoles, en la continuación del debate, el Senado votó una proposición para retirar el inciso de la polémica. Sin embargo, a pesar de que la mayoría, 50 senadores votaron a favor, y 21 en contra, la proposición no alcanzó la mayoría que eran 52 votos.
 
Según el senador liberal, Rojas, el párrafo que busca estimular la participación en todas sus expresiones, no solo la de una tendencia sexual, debería incluirse en la reforma pese a que el gobierno, al igual que a los cristianos, no gustaba de la propuesta.
 
Al final del debate, cuando se conoció qué fue lo que votaron los congresistas en medio del despelote del miércoles, se supo que aprobaron el artículo sin el inciso. Es decir que los partidos que promuevan el "pluralismo", la diversidad y la equidad de género se quedaron sin incentivos.

Queda la duda si los congresistas sí leen los proyectos antes de sus discusiones, y si los leen, por qué niegan una iniciativa que podría aumentar la participación de las mujeres, las etnias y por qué no, de los homosexuales.