Roy Barreras se 'traga' el primer plantón ciudadano contra el Congreso

Con pancartas, pitos, micos y gorilas de peluche, algo más de una decena de ciudadanos, con camisetas sugestivas a la revocatoria del Congreso, llegó en la mañana de este viernes a la estrecha calle séptima del centro histórico de Bogotá.
 
Allí, a menos de 10 metros del Palacio de San Carlos, donde funciona la Cancillería, se encontraba gran parte del poder legislativo. En el Hotel de la Ópera, en la oficina 206, que había sido alquilada por Roy Barreras desde el pasado lunes, se trataban de sellar los acuerdos políticos para la conformación de las nuevas mesas directivas del Senado.
 
Pero esa oficina no era el único punto de atención. Porque en ese mismo hotel se encontraba, en el primer piso, los parlamentarios del Partido de Integración Nacional (PIN). En el auditorio más grande del hotel, también en el primer nivel, todos los congresistas de La U. Y en el cuarto piso, todo el Partido Liberal.
 
Liderados por Armando Novoa, Pablo Bustos y Gustavo Bolívar, ciudadanos que en el último mes han liderado demandas a curules, y hasta la revocatoria del Congreso, les recordaban a la clase política la indignación que algunas de sus actuaciones han generado en la opinión pública.
 
Cantando el “baile del gorila”, la manifestación se veía reducida frente al numeroso grupo de escoltas que esperaban a que salieran todos los parlamentarios del hotel, que se convirtió en el cuartel general de los partidos políticos, y donde se definirán sus respectivas líneas de acción en la decisiva tercera legislatura.
 
Mientras tanto, se conocía que La U certificaba su respaldo a Roy Barreras y Augusto Posada como presidentes del Senado y la Cámara, respectivamente. Que los liberales votarán públicamente y de cara al país todas las decisiones que haya que asumir en el parlamento, incluidas las de la elección de los secretarios de la Cámara y del Senado. Y los reclamos del PIN por integrar la nueva mesa directiva del Senado.
 
El Partido Verde y el Polo Democrático estaban reunidos en sus sedes, muy lejos de aquel centro de operaciones, también en la mecánica de escoger a quienes serán sus voceros en la tercera legislatura. La atención la acaparaban los conservadores que estaban en el Hotel Tequendama, definiendo su relación con el Ejecutivo.
 
En medio de ese ambiente comenzó la actividad política que antecederá al inicio de la tercera legislatura.