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Los papables

Antonio José Caballero, quien ha cubierto el Vaticano desde Juan XXIII, presenta algunos de los candidatos que se barajan para suceder a Juan Pablo II

28 de febrero de 2005

Desde cuando la salud de Papa Juan Pablo II comenzó a empeorar dramáticamente, en los últimos días en la Ciudad Eterna se respira 'aire de cónclave'. Si tenemos en cuenta los numerosos consistorios que durante su largo pontificado ha citado el Papa polaco que llegó de la'iglesia del silencio' y que nombró a 126 del total de purpurados del Colegio Cardenalicio, la elección del sucesor de Karol Wojtyla no será una tarea fácil ni rápida.

Hay que tener en cuenta que el 'grupo italiano' desearía recuperar el solio de Pedro para dirigir a los más de 1.500 millones de católicos del mundo, y para entrar en la elección ya tiene sus cartas definidas que escogerían un papa 'Wojtyliano sin ser Wojtyla' que seguiría ese 'fuerte conservadurismo doctrinal' que ha caracterizado el papado de este minero-actor que vino desde Wadovice, donde nació hace 84 años.

En este grupo figura el cardenal Dionigi Tettamanzi, de69 años, Arzobispo de Milán, a quien citan como líder de "los moderados" dentro de la ortodoxia doctrinal. Le sigue en favoritismo interno Giovanni Batista Re, de 70 años y actualmente Prefecto de la Congregación de Obispos; es el candidato de la curia romana y quien se entiende con todos los obispos del mundo.

Figura también el cardenal Tarcisio Bartone, de 68 años, de la comunidad salesiana, siempre simpático desde su arquidiócesis de Génova y también moderado. Cierra la lista el arzobispo de Florencia, cardenal Ennio Antonelli, de 66 años y bastante abierto a las conductas modernas de la vida "para discutirlas con moderación dentro de la doctrina". Para todos, y esto por sucesos en votaciones anteriores, es necesario tener en cuenta al patriarca de Venecia, cardenal Ángelo Scola, quien parece fundamental para una elección sorpresa.

Hablando en español aparece, a pesar de sus quebrantos de salud, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, muy apreciado en Roma, de 67 años, que en caso de ser una votación larga, como parece esperarse, sería el candidato de consenso entre latinoamericanos, españoles y alemanes, máxime cuando se destaca su amistad con el actual 'guardián de la fe', el cardenal germano Joseph Ratzinger.

Llegada la hora para América Latina, como una gran mayoría de vaticinistas opina, suena en primera instancia el cardenal-Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, de 60 años, gran crítico del capitalismo neoliberal y defensor de la justicia social, aunque obediente a Roma y para muchos, demasiado joven para este encargo.

También suena en los pasillos cardenalicios el nombre de Darío Castrillón Hoyos, de 70 años y actual Prefecto de la Congregación del Clero, por lo que además de haber llevado a la Iglesia al modernismo total en lo que a comunicaciones se refiere, es quien tiene el contacto directo con los más de 500.000 sacerdotes del mundo y de línea conservadora romana.

Con menos fuerza se habla del arzobispo de La Habana, Jaime Lucas Ortega Alamino, de 68 años y defensor de los derechos humanos en el régimen de Fidel Castro, por lo que goza de aprecio en la curia internacional.

Nunca se descarta a Brasil, 'la gran reserva de la iglesia' y la comunidad episcopal más grande del mundo cuya representación unifica el cardenal-arzobispo de Sao Paulo Claudio Humees, de 69 años, y de comunidad franciscana; se le ha visto siempre interesado en la plena aplicación del Concilio Vaticano II para acercar nuevamente la Iglesia a la sociedad.

De todas maneras debe mirarse también hacia Europa, en caso de que la decisión cardenalicia se aferre también a ese continente, eliminando los candidatos italianos. Entonces los votos se irían hacia Viena; en la sede arzobispal, Christoph Shoenborn, de 60 años y el más culto de todo el Colegio Cardenalicio; se le conoce como teólogo brillante y progresista en temas como los preservativos, el sida y las mujeres aspirantes al diaconado.

Hay quien no descarta la hora de África para un 'Papa negro', y subrayamos la espiritualidad, honestidad y trabajo del cardenal nigeriano Francis Arinze, de 71 años y muy respetado entre los cardenales de su continente y de la curia romana.

Así de complicado será el próximo 'cónclave' que tendrá todo el legado de Juan Pablo II, quien no ha descuidado ni la fórmula secreta de 'compromiso para el secreto de los votantes' en la que según su Constitución Apostólica 'Universi Diminci Gregis', acerca de la Sede Apostólica Vacante y la Elección del Romano Pontífice, el purpurado votante dirá: "Yo prometo y juro observar el servicio absoluto con quien no haga parte del Colegio de Cardenales Electorales, y esto para siempre, a menos que reciba especial facultad dada expresamente por el nuevo Pontífice o sus sucesores, acerca de todo lo que tiene que ver directa o indirectamente con las votaciones y escrutinios en las que participo para la elección del Sumo Pontífice".

Colombia participa con tres cardenales electores: Alfonso López Trujillo, presidente de la Comisión Pontificia para la Familia; Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero, y Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia. Cabe recordar que los romanos saben mucho de cónclaves y por eso siempre afirman que "quien entra Papa sale cardenal".