Paz

Talleres de Reconciliación, una guía para Colombia

Martes 04. Hernando Cáceres escribe sobre los Talleres de Reconciliación que se están adelantando en Burundi para sanar las heridas de la guerra

Hernando Cáceres Dueñas*
22 de noviembre de 2005

La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, recientemente creada por el gobierno tiene la responsabilidad única de unir nuevamente a los colombianos separados por el conflicto, una tarea de enormes magnitudes y consecuencias, pues de fracasar el ciclo de violencia no será detenido. Por esto, es importante tener en mente que la reconciliación debe llegar a ser palpada por todos los colombianos. Para crear un mapa de sus actividades, perspectivas y planes de acción y saber por dónde empezar, la nueva Comisión debe apoyarse en parte en algunas de las experiencias de los países que hayan vivido una situación similar a la colombiana. Una de las más recientes es la de Burundi, país africano que acaba de lograr el fin de las hostilidades (causadas por el conflicto entre Hutus y Tutsis), y la elección de un nuevo gobierno democrático avalado por la comunidad internacional, compuesto mayoritariamente por ex rebeldes. Como lo ha de saber la Comisión, la reconciliación no se puede ni imponer ni decretar. Por esto es necesario crear mecanismos y espacios de interacción en los cuales las partes divididas puedan dialogar, exponer sus puntos de vista, encontrando los desacuerdos para poderlos conciliar. Estos mecanismos, llamados Talleres de Reconciliación, realizados principalmente por la ONG Search for Common Ground, son una técnica que está siendo aplicada en Burundi. Estos consisten en reunir durante dos o tres días en cada vereda del país a un grupo compuesto por desplazados, reinsertados, desmovilizados, repatriados, miembros de las iglesias, de la alcaldía, jueces locales y agricultores, entre otros, garantizando así una pluralidad de voces y de actores de una misma comunidad. Durante estos talleres los borundeses se reconocen a sí mismos y a los demás como víctimas y verdugos del conflicto mediante charlas guiadas. Igualmente son sensibilizados sobre los alcances de la reparación y de la justicia transicional, no creando así falsas expectativas, que pueden llevar a fracasar todo proceso. Mediante estos talleres, la verdad de lo sufrido durante el conflicto por cada comunidad es puntualmente expuesto y aclarado, llegando así en la gran mayoría de casos a la reconciliación y a la aceptación entre todas las partes. Así recobran la confianza en sí mismos, en su comunidad y en el país. Una vez terminados los talleres de reconciliación, los moderadores invitan a la comunidad a crear asociaciones, microempresas y fundaciones, con la participación de cada sector presente, con el fin de canalizar la ayuda nacional e internacional o la proveniente de los fondos de reparación destinada a la reparación de víctimas. Gracias a esto, se tienen hoy en Burundi asociaciones de excombatientes trabajando a favor de las víctimas. Como último paso, los talleres son acompañados por sesiones de sicólogos, trabajadores sociales y abogados, quienes atienden las necesidades puntuales del grupo y las individuales. La Comisión en Colombia puede adaptar estos talleres, convirtiéndolos en una herramienta regional de reconciliación. Esta debe ser apoyada por otros instrumentos, como programas de radio, cursos en escuelas, colegios y universidades, campañas publicitarias y por qué no, hasta con telenovelas. Lo que no nos enseña el caso burundés es si la reconciliación se puede llevar a cabo cuando todavía el conflicto sigue vivo y nos seguimos haciendo daño. Puede ser que hoy algunos grupos estén dejando las armas, pero las víctimas en Colombia siguen y seguirán siendo las mismas, es decir los civiles, hasta que todos los grupos hayan dejado de combatir. Sólo hasta entonces podremos comenzar a hablar de una reconciliación total. *Hernando Cáceres Dueñas Jurista Internacional Director del proyecto de Observación Internacional Fundación Dignidad y Desarrollo Bujumbura, Burundi. www.digdes.org hernando.caceres@digdes.org

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