Más de 450 habitantes del municipio de Roberto Payán se encuentran afectados por el derrame de petróleo en dos ríos de esa población de Nariño. Foto ilustración: archivo /Semana.

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Más de 450 familias afectadas por derrame de petróleo en río de Nariño

Los habitantes de siete veredas, incluido un resguardo indígena, se encuentran damnificados por el derrame de crudo. Alcalde de Roberto Payán pidió a las autoridades ambientales y nacionales entrar a mitigar de inmediato la emergencia. Cenit descartó falla operacional.

21 de septiembre de 2020

Una espesa mancha de petróleo viene circulando desde hace más de 24 horas por las aguas del río Saundé en el departamento de Nariño

El derrame, cuyo origen aún se desconoce, ha afectado a más de 450 familias debido a que el crudo cayó sobre los afluentes de los que esa población se abastece de agua. Se advirtió, además, que habían resultado damnificadas siete veredas, incluido un resguardo indígena. Se trata de Tasdan, Cualiman, Brisas de Muñambí, Limonada, La Ola Marina, Gualpi-La Honda, Gualpi Pedrero y la Sirena. 

"Nuestros ríos Saudé y Gualpí se están viendo daminificados tanto en la parte ambiental como agrícola. Hacemos un llamado urgente e inmediato a las autoridades ambientales con el fin de que nos ayude a determinar el impacto ocasionado por este suceso", indicó Juan Carlos Sinisterra Angulo, alcalde de Roberto Payán, municipio que es bañado por el río Saudé, el cual se ubica a pocos metros del casco urbano. 

El mandatario también hizo un llamado a Ecopetrol y a sus operadores para que se mitigue de imediato el hecho y, además, se adelante la respectiva compensación ambiental y agrícola tras los perjucios ocasionados en detrimento de esa comunidad

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Las autoridades advirtieron que los daños ambientales hasta ahora eran incalculables e hicieron un llamado al Gobierno nacional para controlar de manera urgente el derrame de petróleo en los dos ríos.

El crudo proviene, al parecer, de piscinas ilegales tras el robo de combustible en el oleoducto Trasandino. En varias oportunidades se había denunciado el hecho que el intento de robo de este producto podría terminar impactando negativamente en el medioambiente.  

Robo de crudo, la causa

La empresa Cenit, filial del Grupo Ecopetrol, dedicada al transporte y la logística de hidrocarburos, denunció que las afectaciones registradas sobre el río Saundé, en inmediaciones del municipio de Roberto Payán, eran consecuencia del hurto de crudo, que - según esa entidad- es utilizado por grupos armados ilegales para la refinación clandestina. 

"Una vez la empresa conoció la afectación, que fue advertida por el Consejo Municipal de Gestión de Riesgo, puso en marcha tareas de verificación sobre el trazado del Oleoducto Trasandino (OTA), lo que permitió descartar que la situación fuera producto de alguna falla operacional o de un atentado contra esa infraestructura", indicó la empresa a través de un comunicado. 

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Desde Cenit señalaron que en la región, la fuerza pública ha detectado alambiques que son instalados por los delincuentes para procesar el crudo hurtado y elaborar una sustancia que luego utilizan en el procesamiento de alcaloides.

"El apoderamiento de hidrocarburos es un delito que pone en riesgo la integridad de las personas y del medioambiente, ya que el hurto se materializa con la instalación de válvulas ilícitas sobre las tuberías que transportan el petróleo, lo cual ocasiona fugas de crudo que afectan suelos y recursos hídricos e impactan la flora y la fauna", expresaron. 

Informaron, además, que en lo corrido del año hasta el 31 de agosto se detectaron 706 válvulas ilícitas sobre el Oleoducto Transandino, la mayoría de ellas en los municipios de Tumaco, Ricaurte y Barbacoas, en Nariño, mientras que el Caño Limón – Coveñas se identificaron 27 válvulas ilícitas, la mayoría en los municipios de Tibú y El Tarra, en Norte de Santander.

Ecopetrol señaló por su prte que entre enero y agosto de 2020, se han identificado y retirado cerca de 900 válvulas ilícitas en los ductos de transporte de hidrocarburos en todo el país, lo que  significa que cada día, en promedio, ocurren tres conexiones ilícitas a través de las cuales grupos al margen de la ley hurtan petróleo crudo o combustibles refinados.