El caimán aguja hembra recorrió más de 700 kilómetros entre Magdalena y San Andrés. Foto: Corpamag.

FAUNA

Por satélite monitorean a caimán aguja liberado en la Ciénaga Grande

El animal, que anduvo más de 700 kilómetros entre el Magdalena y San Andrés y fue regresado al complejo de humedales a finales del 2020, realiza recorridos diarios que alcanzan hasta 4 kilómetros y se mueve por diferentes ecosistemas de la Ciénaga.

28 de febrero de 2021

Mediante tecnología satelital le hacen seguimiento al comportamiento, rutas y posiciones del caimán aguja hembra que fue reintroducido a la Ciénaga Grande de Santa Marta, después de haber sido traído de San Andrés, tras haber recorrido 700 kilómetros, entre el Magdalena y la mencionada Isla, luego de que escapara de un zoocriadero. 

El trabajo de monitoreo desarrollado por la Corporación Autónoma Regional del Magdale (Corpamag), genera conocimiento clave para la conservación de la especie, que se encuentra críticamente amenazada y además brinda información oportuna de accidentes con estos ejemplares, lo que permite a la Corporación implementar acciones en el desarrollo de Programa de Protección del Caimán Aguja en el departamento del Magdalena.

Esta hembra de caimán aguja (Crocodylus acutus),  apodada “La viajera”, fue liberada en el Río Frío, en la Ciénaga Grande de Santa Marta y ha sido objeto de seguimiento desde el 18 de noviembre de 2020 hasta la fecha.

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Para el reporte, se utilizaron las locaciones de alta calidad con el fin de evitar errores de ubicación por cobertura satelital hasta el 18 de febrero de 2021. Durante este tiempo se obtuvieron registros para 79 locaciones desde donde se ubicó la posición del caimán.

De acuerdo con los análisis realizados, "la viajera" se encuentra activa, desplazándose a una distancia total de 24,55 km, desde el día de su liberación. La distancia máxima recorrida desde el lugar de liberación fue de 7,95 km, lo cual indica que el hábitat donde fue liberada proporciona las condiciones óptimas como suficiente profundidad y disponibilidad de alimento. El promedio de distancia diaria recorrida estuvo entre 1,292 km y máximo 4,197km.

 

Desplazamientos diarios que realiza el individuo. Foto: Corpamag. 

El área donde se encontró las posiciones del animal durante el tiempo de monitoreo equivale a 101,69 km2. El seguimiento satelital también ha permitido cuantificar el grado del uso de los distintos hábitats o coberturas naturales que se encuentran en la zona de liberación de Rio Frio y se ha determinado que utiliza seis cobertura diferentes para el refugio y actividad de la especie entre las que se encuentra el arbustal denso, laguna, laguna costera, manglar de aguias mixohalinas, pastos y zonas pantanosas. 

Reintroducción a su hábitat

La hembra de C. acutus, rescatada de San Andrés fue movilizada hacia el Magdalena, utilizando un método de desorientación implementado en México, en donde por medio del uso de magnetos, puestos alrededor de la cabeza del animal (detrás de las aperturas óticas y encima de la bóveda craneal), se bloquea el sentido de orientación, que en esta especie se basa en el magnetismo de la tierra.

Posteriormente, el animal se recuperó luego de un periodo de adaptación en el Cebtro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Corpamag, para luego ser liberado en la Ciénaga Grande, centrando su punto de orientación en la ciudad de Santa Marta. El propósito de usar magnetos en la relocalización de caimanes es asegurarse que no volverán a los sitios donde fueron capturados.

La traslocación de este caimán aguja a Santa Marta desde San Andrés fue un esfuerzo mancomunado con la Corporación Coralina, que gracias a la Armada Nacional y la Fuerza Aérea colombiana, logró que “La Viajera” se mantuviera con vida en un sitio construido para su recepción temporal y fue una de las especies favorecidas por la implementación de la resolución 2064 de 2010.

Este caimán aguja hembra fue liberado a finales de noviembre en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Foto: Corpamag 

Allí fue rehabilitada y recibió albergue temporal durante dos años. La traslocación de esta hembra es algo simbólico ya que representa un acto de reconciliación con la naturaleza y sustenta que muchos animales, como los caimanes, no tienen límites geográficos dentro de la gran nación que es Colombia, con la inmensa reserva marina Sea Flower, de la cual también hace parte el caimán aguja como una especie migratoria.

Las autoridades ambientales esperan que la hembra marcada al igual que otros individuos identificados como parte de este estudio  sigan transmitiendo información valiosa sobre sus comportamientos, territorios y uso de hábitat en los meses subsiguientes.

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Corpamag hace un llamado a la ciudadanía para que se una a la protección de esta especie, que podría representar entradas económicas para las familias que habitan la Ciénaga Grande, ya que  los habitas utilizados por el caimán aguja, son los que sostienen la mayor diversidad de especies por debajo y por encima del agua, sitios propicios para el avistamiento de aves y fauna silvestre en general.  

Otra especie en riesgo

El caimán aguja, por desgracia, es otra especie en peligro de extinción en el país. Es ampliamente distribuido en las aguas del Pacífico y Caribe y su nombre se debe a que está presente desde el sur de Estados Unidos hasta Perú. 

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Una de las características más importantes de este reptil es que se adapta fácilmente para resistir las migraciones oceánicas que solo las hacen los ejemplares adultos. Tienen glándulas sublinguales, especializadas y ubicadas bajo su lengua, que se encargan de expulsar el exceso de sal de su sangre hacia el exterior. De esta manera pueden vivir también en agua salada e incursionar en territorio oceánico.

El caimán aguja liberado se mueve por diversos ecosistemas de la Ciénaga Grande de Santa Marta. Foto: Corpamag

Los caimanes alcanzan la edad subadulta cuando miden más de dos metros, siendo ese el momento donde sus órganos reproductivos se encuentran listos para la reproducción. Esta madurez sexual tarda entre 8 y 9 años.

El caimán aguja está catalogado en grado de amenaza a nivel mundial como vulnerable y en peligro a nivel nacional. También está en el Apéndice I de la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de La Flora y La Fauna Silvestre (Cites).