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TECNOLOGÍA

La increíble historia de un verdadero "Slumdog Millionaire"

Ambarish Mitra, joven indio fundador de la aplicación Blippar, pasó nueve años intentando llevar a la práctica sus ideas, Hasta que una broma le cambió la vida.

Alianza BBC
5 de agosto de 2016

Ambarish Mitra huyó de casa a los 15 años para vivir en los barrios pobres de Nueva Delhi.

A los 17, ya tenía a 55 personas trabajando para él. Ahora, cerca de 20 años después, es el fundador y jefe de Blippar, una aplicación para teléfonos celulares valorada en US$1.500 millones.

No sorprende que Ambarish describa su vida como "una aventura".

Lanzada en 2011, Blippar es una aplicación de realidad aumentada. Usando la cámara de tu teléfono celular, superpone animaciones o gráficos en los objetos que te rodean.

Por ejemplo, si usas el programa para enfocar una lata de edición limitada de Coca Cola, compañía asociada con Blippar, se convierte en un reproductor de música animado.

O si diriges la cámara hacia una manzana, aparece una imagen de la fruta en la pantalla más una guía detallada de su historia.

La aplicación también sugiere cosas sobre las que te puede ayudar a saber más, como la sidra o un huerto.

Ante la popularidad de Pokémon Go, que ha llamado la atención sobre la realidad aumentada, el lanzamiento de Blippar en 2011 parece particularmente premonitorio.

Blippar también es popular. La compañía asegura que la aplicación ha conseguido más de 65 millones de usuarios en 170 países desde 2011.

"Muy ingenuo"

Criado en una familia de clase media en un pueblo minero llamado Dhanbad, en el estado de Jharkhand, al este de India, Ambarish decidió escaparse después que empezó a faltar a clases en el colegio.

Tampoco quería estudiar ingeniería, como su papá esperaba, sino trabajar con computadoras.

Un día, después de una semana de planificación, escribió una carta a sus padres anunciando su partida, empacó sus cosas y se fue.

"Escribí ‘me voy a Bombay‘", que era algo que la gente siempre decía en las películas. Era muy ingenuo", dice Ambarish, ahora de 37.

En vez de Bombay, Mitra fue a Nueva Delhi y compartió "un cobertizo clásico indio, hecho de barro", en un barrio pobre en el sudoeste de la capital india.

El lugar no tenía servicios sanitarios y dormía en el piso con otras seis personas.

Trabajaba vendiendo revistas y en un restaurante. Cuando estaba en uno de los dos empleos, se topó con un aviso en un periódicosobre un concurso que ofrecía US$10.000 por una idea de negocio.

La idea del joven de 16 años, de proveer internet gratis a mujeres que ganen menos de cierta cantidad de dinero, fue la premiada.

Mitra se había inspirado en las diferencias que veía entre las mujeres fuertes de su familia y el resto de mujeres de la sociedad de India.

Con el dinero del premio, lanzó Women Infoline (Línea de Información Femenina). El modelo de negocio de la firma consistía en que el dinero que recibiría por publicidad serviría para dar internet gratis.

En su apogeo, Mitra tenía 125 personas trabajando para él, pero dice que en ese momento "no era muy buen líder".

Añade que la compañía, a la que renunció en 2000, era "muy poco rentable".

Inspiración en un bar

Después de reunir dinero de Women Infoline y reconciliarse con su familia, Ambarish se mudó a Reino Unido.

Quería empezar una empresa de tecnología, pero el éxito no le sonreía.

"Casi nueve años pasaron desde 2001 a 2010 y todo lo que hice fue un desastre", dice.

"Todas las ideas eran buenas, pero no podía hacerlas realidad. No tenía dinero", cuenta.

Pasó una temporada trabajando para una compañía de seguros, en el nivel más bajo, donde podía terminar en seis horas su trabajo de toda una semana.

Ambarish dice que se sentía frustrado y empezó a beber alcohol "en gran cantidad". Pero entonces, una tarde en un bar de Surrey, en el sur de Londres, todo cambió.

"Estaba tomando con Omar (Tayeb, cofundador de Blippar)", cuenta.

"La última ronda de tragos costó £15 (US$20). Puse un billete en la barra y dije de broma ‘imagínate que la reina Isabel se saliera del billete‘. Fue un chiste tonto", recuerda.

Omar, a quien Ambarish describe como "el inteligente, el educado", hizo un prototipo de aplicación con la cara de su amigo superpuesta sobre la de la reina.

Ambarish dice que lo mantuvieron como un truco que mostraban a la gente en bares, hasta que se le ocurrió que debían crear una aplicación "que pueda enfocar cualquier cosa en el mundo y ofrecer contenido sobre esta".

Y así nació Blippar.

"Sobrevivir a cualquier cosa"

Blippar creció rápidamente y ahora tiene 12 oficinas repartidas por el mundo, incluyendo Londres, Nueva York, San Francisco, Nueva Delhi y Singapur.

"Somos grandes para ser una compañía joven", dice Ambarish.

Agrega que pese a que el ritmo rápido de crecimiento ha sido desafiante, sobre todo en relación a la contratación de trabajadores, Blippar no ha tenido problemas en reunir fondos.

La firma y su fuerza laboral de 300 personas ha asegurado US$99 millones en inversiones, de los que US$54 millones vienen del gobierno de Malasia.

Blippar hace dinero asociándose con marcas como Condé Nast (compañía de medios impresos), Jaguar (fabricante de autos), Unilever (fabricante de alimentos y productos del hogar) y Nestlé (alimentos y bebidas), para añadir contenido adicional a sus productos, en vez de simplemente decir qué son.

La aplicación también es usada por cerca de 67.000 colegios en países como Reino Unido, Estados Unidos, India y Canadá.

Chris Green, analista de tecnología, dice que una de las razones de la creciente popularidad de Blippar es el hecho de que no se necesita ningún equipo especializado para usarla.

Basta con un teléfono inteligente. "El momento en el que apareció y su habilidad para colocarse en la cima de la tecnología existente son clave, en vez de requerir equipo especializado, como Google Glass", comenta.

"Usa un hardware con el que los usuarios ya se sienten cómodos, así que hay una barrera cultural de uso mucho más baja", agrega.

En el futuro, Ambarish quiere que la aplicación sea capaz de reconocer cualquier cosa del mundo físico.

Otro de sus objetivos es que Blippar ayude a informar y educar a gente analfabeta, por medio de audioguías.

Hace poco, Ambarish regresó a Nueva Delhi para visitar a unos amigos, y dice huir de casa cuando era adolescente: "Me ayudó a pensar que si podría sobrevivir a eso, podía sobrevivir a cualquier cosa". Añade: "Estoy emocionado por la aventura y feliz de estar vivo".