Jaime Aguirre, Decano de la facultad de ciencias y Pedro Mancebo, director general de Bio-Pharma. Foto: agencia de noticias de Universidad Nacional de Colombia

INVESTIGACIÓN

Bio-Pharma y la Universidad Nacional firman convenio para investigación científica

En un hecho poco usual en Colombia, la farmacéutica multinacional financiará una investigación sobre la utilidad del óxido de grafeno para limpiar aguas contaminadas por la minería.

9 de febrero de 2016

Una constante queja de la comunidad científica colombiana es la falta de apoyo de la empresa privada a las actividades de ciencia, tecnología e innovación (CTeI). Según cifras del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, en 2014 las empresas del país financiaron un 25 por ciento de estas actividades. Cifra bastante baja si se tiene en cuenta que en algunos países de la Ocde, este indicador sobrepasa el 70 por ciento.

Por esta razón no deja de ser noticia que una farmacéutica multinacional de la talla de Bio-Pharma Chemicals haya decidido apostarle al talento científico de la Universidad Nacional y financiar varias de sus investigaciones. “Aunque muchos no lo crean nosotros estamos en una posición científico- tecnológica bastante alta. Eso fue lo que vio Bio-Pharma. Ellos se dieron cuenta que nuestra capacidad investigativa era bastante robusta para lo que ellos necesitaban” afirmó Fernando Cristancho, director del grupo de Física Nuclear de la Universidad Nacional de Colombia.

De acuerdo al convenio, Bio-Pharma financiará durante 18 meses un proyecto en el que los investigadores del grupo de Física Nuclear determinarán la efectividad y el modo que se debe usar el óxido de grafeno para descontaminar el agua cargada con partículas radioactivas naturales que se produce en la explotación petrolera.

En el subsuelo existen partículas radioactivas naturales que salen a la superficie con el agua utilizada en las distintas actividades mineras extractivas, incluida la petrolera, y que van parar en las fuentes hídricas como los ríos. Explica Cristancho que durante mucho tiempo no se supo de los riesgos que estas partículas implicaban para el medioambiente, pero cuando empezó a conocerse su peligrosidad, científicos y empresas comenzaron a buscar la manera de solucionar el problema.

En un principio se trataron las aguas contaminadas con carbón activado, pero estudios posteriores indicaron que podría haber una mayor efectividad de limpieza de las partículas radiactivas con el grafeno. Precisamente nosotros vamos a comprobar esa efectividad y a desarrollar unos protocolos para su uso”.

Motivos en común

El convenio entre la Universidad Nacional y Bio-Pharma no es fortuito. Desde hace algunos años esta farmacéutica tiene la patente de un método para producir grafeno a partir del coque. Para buscar mayores usos a este cristal de carbono y así ampliar su comercio, Bio-Pharma comenzó a buscar grupos o centros de investigación.

Por su parte Cristancho, con el ánimo de encontrar financiación a los proyectos que él y su equipo llevan a cabo, muchos de ellos relacionados con el estudio de partículas radioactivas, decidió desde hace algunos años salir de su laboratorio a hacer lobby.

En esa búsqueda se encontraron Bio- Pharma y el profesor Cristancho, quienes comenzaron contactos en octubre del año pasado. Durante los diálogos se dieron cuenta que una asociación entre ellos solucionaría sus respectivas necesidades. La farmacéutica española hallaba un grupo de investigación de alta calidad que contribuiría a determinar la efectividad del grafeno en la descontaminación del agua residual producto de la extracción minera, y Cristancho y su grupo obtenían financiación para hacer investigación científica pura.  

Ambos protagonistas están muy optimistas de la alianza. Pedro Mancebo, director general de Bio-Pharma Chemicals, declaró a Unmedios: “Estamos convencidos que este proyecto con la U.N. tendrá una repercusión en la industria, el medio ambiente, y por ende en la sociedad”. Por su parte Cristancho afirmó que este convenio no sólo potencia las capacidades científicas y tecnológicas de la universidad sino también podrá mejorar la economía del claustro ya que “también se negoció la propiedad intelectual de los resultados de investigación que beneficiaran a las dos partes”.