Twitter es una red en la que hay menos censura que en la competencia. | Foto: Pixabay

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Los 10 años de Twitter, ¿se estancó?

La red social pasó de ser una plataforma de la comunicación a una que da pérdidas y es superada por Instagram.

20 de marzo de 2016

Newton siempre explicó que todos los cuerpos al llegar a su altura máxima sólo pueden caer. Eso le ocurrió a Twitter. En el 2006 irrumpió como una plataforma de microblogging que derribó barreras y generó todo un nuevo paradigma de comunicación. Pero con el correr de los años no se supo reinventar y se quedó estancada en cuanto a nuevos usuarios.

Instagram, por ejemplo, llegó a 400 millones de usuarios en menos años. Ni hablar de Facebook, que multiplica por varios dígitos el número de personas que se conectan. Que Instagram supere a Twitter en un período de tiempo relativamente corto retrata una realidad: redes tradicionales como Facebook y Twitter, se están estancando.

Llegaron a ese punto cero de crecimiento donde no ofrecen diferenciales notorios para sus usuarios, que se aburren rápidamente de esta plataforma. El editor de tecnología del diario La Nación (de Argentina), Ariel Torres, explica que Instagram “parece no perder su frescura”. Su propuesta sencilla y su esencia visual han marcado la diferencia. Aunque se pueden agregar párrafos descriptivos, comentarios y hashtags, “el mensaje es en esencia visual, algo que todos, de los adolescentes a los veteranos, tienden a disfrutar sin pensarlo demasiado. Somos una especie visual”, señaló.

Aunque parezca paradójico, para los más jóvenes redes como Facebook y Twitter son para “padres y abuelos”. Esa es otra razón de la desaceleración económica. Usuarios que no conocen la cédula tienen cuenta en estas redes, pero no son tan activos como en Instagram, donde encuentran mayor dinamismo. La razón: el tipo de contenido es mucho más demandante y noticioso en las redes tradicionales, lo que no es tan atractivo para las nuevas generaciones.

Pero la falta de frescura no es la única razón del estancamiento. La calidad de las interacciones cada vez se degrada más entre los usuarios activos. Los insultos vuelan a diestra y siniestra. Las mentiras virales se multiplican día a día. Las cuentas falsas son una vena rota que no han podido afrontar. Y para completar, grupos terroristas usan Twitter como insumo para expandir su poder.

Y bien se puede explicar que la plataforma no es la culpable, sino los usuarios, es claro que la plataforma no ha dado con las soluciones para erradicar de forma efectiva estos problemas que alejan a los nuevos usuarios.

Twitter es una red en la que hay menos censura que en la competencia, y casi ningún control ante el abuso de unos usuarios hacia otros. En su momento, el Harvard Business review señaló que “el problema central de Twitter es su interacción de baja calidad: el abuso, pues en esta plataforma es posible ser insultado y agredido por completos extraños”. Y lo más grave es que estas conductas se quedan impunes. Para un agresor es muy sencillo volver a abrir una cuenta para escribir lo que le quiera contra el que quiera.

Los primeros 10 años de Twitter le llegan en un momento de transición. Durante el 2015, llegó a un punto de crisis en la bolsa y tuvo un cambio radical en su mesa directiva.