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Los relojes inteligentes representan una oportunidad para Bluetooth. | Foto: BBC Mundo

Resistente

¿Por qué la tecnología del Bluetooth nunca desaparecerá?

Muchos daban por muerta a la tecnología inalámbrica de intercambio de archivos. Les explicamos por qué está más viva que nunca.

30 de enero de 2014


Cuando Bluetooth comenzó a ser popular lo hizo de la mano de los entusiastas que comenzaron a intercambiar canciones o fotos de un teléfono a otro.

Llegó para reemplazar la tecnología de Infrarrojos que se utilizaba en los teléfonos celulares de antaño pero que no se encontraba en todos los modelos.

La lógica del Bluetooth no es tan diferente a la de otros protocolos de internet. Los datos que se transmiten entre uno y otro dispositivo se dividen en paquetes (así también funciona internet) y estos se transmiten en uno de las decenas de canales que existen, cada uno con su propio ancho de banda. Cuando todos los paquetes se han enviado, la transmisión termina.

Por lo general se dice que la máxima distancia que la tecnología puede cubrir entre dos aparatos es de hasta 100 metros, pero en la práctica suele ser no más de 30 metros. De hecho las primeras versiones del protocolo (vamos en la número 4) sólo alcanzaban una distancia máxima de 5 metros.

Pero en los últimos años los guardianes del Bluetooth -el Grupo de Interés Especial en Bluetooth o SIG por sus siglas en inglés- ha estado trabajando para asegurarse que la tecnología no sólo sobreviva sino regrese al centro del escenario con toda la fuerza posible.

Su nueva versión 4.1 logra, por ejemplo, reducir la cantidad de batería que el protocolo requiere lo que es una gran ventaja para los dueños de teléfonos inteligentes y tabletas. También tiene otras ventajas como el hecho de que aumenta el tiempo de desconexión entre aparatos de tal modo que si un dispositivo se aleja de otro durante cierto tiempo, se reconectará en forma automática al regresar al rango de distancia.

Pero quizá una de las nuevas características más interesantes es el hecho de que ahora los dispositivos Bluetooth podrán ser periféricos o centros de conexión.

Lo anterior significa que un reloj inteligente, por ejemplo, puede solamente recibir información de un teléfono (actuando como periférico) o puede también comunicarse con otros dispositivos recibiendo información de una tableta y transmitiéndola después a una computadora (como centro de conexión). 

Esta característica le permitirá al Bluetooth -si todo funciona bien- convertirse en una red ambulante para dispositivos móviles.Otras tienen que ver con la salud. Hay quienes insisten en que al utilizar microondas, esta tecnología podría representar problemas para la salud, pero al momento de escribir estas líneas no hay consenso en la comunidad científica ni un estudio que pueda decir con toda seguridad que éste es el caso.

Mientras tanto Bluetooth sigue expandiéndose y reinventándose. No está muerto, está resucitando.