Problemas en el suministro de agua potable y energía eléctrica, además de dificultades en el acceso a combustible fueron algunos de los indicadores presentados por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE Libertad) en su más reciente monitoreo sobre la calidad de vida, los servicios básicos y el poder adquisitivo en Venezuela.
El informe se financió con recursos del sector privado y los datos fueron obtenidos mediante el monitoreo de redes sociales, revisión de prensa digital, al igual que con base en encuestas sobre la calidad de los servicios básicos realizadas a 1.060 personas de siete de las ocho regiones que componen al territorio venezolano. De acuerdo con Raúl Cordoba, encargado del Monitor de Servicios Básicos de CEDICE, la mayor parte de la muestra (62%) estuvo concentrada principalmente en los estados de Miranda, La Guaira y Distrito Capital, al igual que en los estados Zulia, Falcón y Lara.
De acuerdo con el reporte, correspondiente a diciembre del 2020, al menos el 99% de la población del vecino país enfrenta algún tipo de dificultad en el suministro de agua potable. Así, mientras el 39% de los encuestados denunciaron un “suministro irregular y de baja calidad en el agua potable”, otro 39% señaló que enfrentó cortes en este servicio por más de una semana. Un 21% reportó fallas en el suministro de agua por un periodo de al menos 15 días y sólo el 1% aseguró no tener problemas.
Otras cifras drámaticas reflejadas en la encuesta de CEDICE evidencian que el 97% de los venezolanos tienen que hacer largas filas para surtir combustible en las ciudades principales, y el 76% de estos ciudadanos tiene intermitencia generalizada del servicio de internet.
El deterioro y el impacto en la calidad de vida son las principales razones por las cuales los venezolanos son expulsados forzadamente de su país. Según datos de las Naciones Unidas desde el año 2015 se contabilizan 5,4 millones de refugiados y migrantes venezolanos por todo el mundo, siendo Colombia el principal país receptor de este éxodo, con 1,7 millones de estos ciudadanos.
El informe de esta organización también mostró dificultades en el acceso al servicio de energía pues el 80% de los encuestados denunció que han tenido dos o más apagones que se extienden por más de cuatro horas, mientras que un 19% señaló que en diciembre se enfrentó a dos o más apagones de más de una hora.
«La falla de los servicios públicos hace que muchos venezolanos tengan que buscar un ingreso extra para pagar leña, cisternas y plantas eléctricas»
Cedice Libertad
Los obstáculos en el acceso a estos dos servicios básicos se ven agravados por la inseguridad alimentaria a la que se enfrentan los venezolanos por cuenta de los altos precios en los alimentos y la devaluación del bolívar, como consecuencia de la hiperinflación que afecta a la economía desde hace tres años y que ha deteriorado la calidad de vida de la población.
En cuanto a la cantidad de bienes y servicios que las personas están en capacidad de adquirir, el estudio de CEDICE se centró en la población de la capital, Caracas. Allí encontró que, entre mayo y diciembre del año pasado, el consumo promedio de una familia de tres personas varió considerablemente. Mientras en mayo los gastos eran de unos 56,81 millones de bolívares, para diciembre el gasto pasó a representar cerca de 350 millones por cuenta de la inflación que, de acuerdo con el observatorio de gasto público, provocó un aumento del 2.747% en el precio de los alimentos, del 1.651% en los servicios y del 4.637% en el rubro del transporte.
Por: Laura Cristancho @Lauracamila_cc
