En aras de procurar un nivel de vida adecuado para los habitantes de la zona, entre ellos las personas venezolanas que están migrando hacia Colombia y otros destinos, y aquellos que hacen parte de la población pendular, la Cámara de Comercio Colombo Americana propone una hoja de ruta clara para los próximos meses.

Uno de los desafíos más grandes para las autoridades con respecto a las personas que viven en la frontera, entre ellas los migrantes y refugiados venezolanos y los retornados colombianos que están en ruta hacia Colombia y otros países, es garantizarles la consolidación de una mejora sostenible en la calidad de vida.

En ese sentido, la Cámara de Comercio Colombo Americana considera que  fortalecer el trabajo mancomunado entre las autoridades de Venezuela y Colombia será una de las claves para el despegue definitivo de la economía, y con ello una nueva realidad para las personas del vecino país que salieron huyendo de la crisis humanitaria.

“Una vez restituido el tránsito en la frontera entre Colombia y Venezuela, el paso a seguir es restablecer la institucionalidad para atender a la población de ambos países y los trámites de comercio exterior que serán el motor económico de la región y el mecanismo para la generación de ingresos que ayude a superar la pobreza y el desempleo.”, aseguró María Claudia Lacouture, presidenta de la entidad.

Desde hace más de un mes y medio, autoridades de ambos países están analizando las condiciones mínimas para restablecer progresivamente la cotidianidad que existía hasta antes de la ruptura de relaciones comerciales.

La apuesta de ambos Gobiernos es fortalecer la economía como un primer y gran paso para recuperar ese nivel de vida que disfrutaron los habitantes de la zona fronteriza.

En ese sentido, la creación de empleo será clave para que muchas de las personas venezolanas que ingresarán por los pasos migratorios, tengan la oportunidad de trabajar o de emprender en nuestro país, con el apoyo estatal requerido, y con la intención de garantizar un ingreso que les permita subsistir y ejercer sus derechos con dignidad.

“Venezuela puede jugar un papel clave como proveedor de insumos para la industria colombiana, que a su vez está en capacidad de ofrecer productos agroindustriales y manufacturas. En tiempos de crisis económica, la recuperación paulatina del mercado venezolano ayudará a las empresas en Colombia y con ello el empleo formal e ingresos sostenibles”, aseguró Lacouture.

Según las estimaciones del Ministerio de Comercio de Colombia, la balanza comercial entre los dos países podría llegar a los 1200 millones de dólares al finalizar 2022; ese incremento de la actividad significará la creación de miles de puestos de trabajo directos e indirectos, muchos de los cuales podrán ser ocupados por personas venezolanas migrantes, refugiados y colombianos retornados.

Por: Mario Villalobos @maritovillalobo