astronautica

2015: odisea del espacio

La Nasa planea lanzar en 2006 una sonda al enigmático planeta Plutón, en los confines del sistema solar. Entre nueve y 11 años después llegaría a su destino.

28 de abril de 2003

Plutón es algo así como el cuarto de San Alejo del sistema solar. Es el único de los nueve planetas que aún no ha recibido la visita de sondas enviadas desde la Tierra. Misterioso, lejano, demasiado pequeño y una luna de la mitad de su tamaño, por fin está en la mira de los investigadores de la Nasa, que planean lanzar en 2006 una sonda que llegará hasta el misterioso planeta en algún momento entre 2015 y 2017, de acuerdo con el tipo de cohete que se utilice para esta misión. Un viaje que, además, requiere una escala técnica en la órbita de Júpiter (en 2007) para que la fuerza de gravedad del gigante rojo lo dispare hacia los confines del sistema solar.

Descubierto apenas en 1930 por el astrónomo Clyde Tombaugh, desde entonces Plutón se ha dedicado a sembrar toda clase de problemas y dudas entre los astrónomos. Por ser tan pequeño y tan lejano es muy difícil estudiarlo desde la Tierra. Su distancia media del sol es de unos 5.900 millones de kilómetros, es decir, casi 40 veces más que la de la Tierra. Insta al desorden mental. En el sistema solar los planetas más cercanos al sol -entre Mercurio y Marte- son rocosos y pequeños, y los exteriores -Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno- son grandes y gaseosos. Pues bien, Plutón es rocoso y muy pequeño. Su masa es apenas 25 diezmilésimas de la de la Tierra. Ni siquiera es el noveno planeta del sistema solar pues a ratos actúa como el octavo ya que su órbita se traslapa con la de Neptuno y entre 1989 y 1999 Plutón estuvo más cerca del sol que su gigante vecino gaseoso. ¿Es un planeta o un satélite que se escapó presumiblemente de la órbita de Neptuno? ¿O más bien es un protoplaneta que nunca llegó a ser como Marte, la Tierra o Venus, una especie de fósil ambulante de los primeros tiempos del sistema solar? ¿Por qué su órbita es tan excéntrica?

Pero una cosa es querer conocer a Plutón de cerca y otra llegar hasta allá. El proyecto que acaba de anunciar la Nasa y que lidera Thomas Coughlin, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, institución encargada de construir la nave, no sólo toma mucho tiempo sino también unos costos muy elevados. Se calcula que el viaje a esta roca congelada en los confines del sistema solar cuesta unos 500 millones de dólares, y la economía de Estados Unidos no pasa precisamente por su mejor momento. Además el reciente accidente del transbordador Columbia le ha bajado un poco la moral a quienes programan y plantean posibles expediciones interplanetarias.

Sin embargo, el tema de Plutón parece que atrae mucho la atención de la gente de la calle. Cuando este proyecto se canceló en 2000 por sus elevados costos la Nasa recibió más de 10.000 mensajes de protesta en apenas dos semanas.

Así que, si todo sale como está planeado, Plutón se convertirá en el foco de atención del mundo cuando comiencen a llegar fotos e información más detallada acerca de su estructura.

Y si es cierta la tesis de que Plutón es un planeta que nunca terminó de formarse, este también sería un viaje al pasado. Y no sólo por Plutón. También por el cinturón de Kuiper, aún más allá, donde la sonda también enfocará sus cámaras y sensores para detallar esa extraña región del cosmos donde giran centenares de millones de pequeños objetos que, en teoría, han debido formar un planeta gigante gaseoso como Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno.

Un viaje al futuro, es cierto, pero también un viaje a los orígenes del sistema solar.