Al rescate

El sol, la polución y el viento, sumados al uso de tintes, pueden dañar el cabello. Consejos prácticos para recuperarlo.

14 de mayo de 2001

El cuidado del cabello depende de cada persona según se trate de seco, graso o normal. Sin embargo hay ciertas pautas que deben respetarse indistintamente en la medida en que todas las personas están expuestas a elementos dañinos o factores contaminantes que pueden atentar contra el brillo, la suavidad y la textura del cabello. Entre los externos se cuentan los factores naturales como el sol, el polvo o el viento. Los otros corren por cuenta de los tintes, los decolorantes y los masajes cuando se emplean sin consejo profesional. Es por ello que resulta importante tener en cuenta algunas pautas para mantener un cabello sano y brillante.

Para recuperar la suavidad del pelo, en especial después de temporadas vacacionales, los expertos recomiendan administrar acondicionadores que, aplicados con cierta regularidad, alisan las escamas del cabello, ayudan a desenredarlo, darle brillo y lo revitalizan combatiendo así la resequedad. Igualmente, se aconseja el uso una vez por semana de una mascarilla. Para obtener mejores resultados se debe aplicar durante 10 minutos, tapando el cabello con papel aluminio pues el calor multiplica el efecto del producto.

Otro de los problemas más frecuentes es el de las puntas abiertas, que se acrecienta con el frío o el calor y puede contribuir a una mayor decoloración del cabello. Para evitarla es aconsejable cortar las puntas después de las épocas de verano e hidratarlas con regularidad. Para ello existen los llamados serums y las lociones específicas para aplicar después de lavarse el pelo. Frente a la pérdida de coloración se recomienda el uso de un protector capilar en spay, gel o aceite. En casos más difíciles, en los que el color se ha perdido casi por completo, es preferible que el peluquero aplique un tono que devuelva el color deseado y de ahí en adelante las mascarillas y los champúes para pelo teñido serán de gran ayuda para mantener el tono y el brillo buscados.