AL ROJO VIVO

La revolucionaria teoría de una joven bióloga acerca de la menstruación desata una polémica científica.

8 de noviembre de 1993

DURANTE SIGLOS, el ciclo menstrual femenino ha estado rodeado de mitos populares que incluso lo han tildado de maldición. Pero desde el punto de vista médico la menstruación hace parte del proceso reproductivo para eliminar la mucosa uterina cuando los óvulos no han sido fertilizados. Ahora, una joven bióloga asegura que su principal función es otra: proteger a la mujer contra las infecciones uterinas. La teoría, que en pocas palabras sostiene que la medicina ha estado equivocada todo el tiempo, fue objeto de un extenso artículo de la revista Quarterly Review of Biology, ha sido acogida en las páginas de las más importantes publicaciones estadounidenses, y también ha desatado una fuerte polémica en los círculos científicos.
La razón para tanto alboroto no radica solamente en que se trata de una hipótesis revolucionaria, sino en que quien la lanza no es propiamente un estudioso ciéntifico sino una joven y poco ortodoxa investigadora, Margie Profet, de 35 años, graduada en filosofía política y quien no ostenta ningún doctorado en biología. Además, la autora ha afirmado que inició sus indagaciones sobre la menstruación porque desde la pubertad detestaba "esos dias", y en uno de esos soñó que era algo más que el aviso mensual de infertilidad.
Pero esta no es su primera teoría novedosa acerca del funcionamiento del cuerpo femenino. También sostiene que los mareos de las embarazadas sirven para prevenirlas de comer ciertos vegetales o condimentos que pueden ser peligrosos para el feto y que las alergias son, en realidad, una defensa del organismo contra las toxinas que se encuentran en los alimentos. En junio pasado, Margie Profet recibió el premio "Gran Genio" de la Fundación MacArthur, cuyos 250 mil dólares le sirvieron para publicar un libro sobre la prevención de los defectos de nacimiento.
Con la idea de que la menstruación tiene un alto costo físico para la mujer, Profet empezó a pensar que, a menos que tuviera una función adaptiva, esta habría desaparecido en la evolución humana. Y llegó a la conclusión de que su verdadera razón es proteger a la mujer contra las infecciones uterinas. Señaló también que por aceptar sin cuestionamientos la visión tradicional, los medicos han saboteado involuntariamente una defensa natural de la mujer.
Aunque la hipótesis ha sido acogida por algunos expertos, no son pocos los que han salido a rebatirla tras aducir que, si bien es una visión novedosa, está cimentada sobre frágiles pruebas.
Según la investigadora, la menstruación es un mecanismo protector de la fertilidad que limpia el útero de los organismos infecciosos que porta el esperma masculino. Estas bacterias potencialmente peligrosas pueden ingresar al útero durante la relación sexual. La menstruación, al desechar mensualmente la mucosa, arroja estos microbios fuera del útero. A los ojos de la medicina, por el contrario, la menstruación hace a la mujer más vulnerable al actuar como vehículo para transportar estos microorganismos. De hecho, dicen los expertos que critican la teoría, la incidencia de infecciones púlvicas aumenta, y no disminuye, después del período menstrual. Igualmente, la investigadora señala que la sangre menstrual es diferente de la que circula a través del cuerpo femenino, pues es más rica en linfositos, los cuales actúan como defensores contra las bacterias. En opinión de sus críticos, no existe nada que demuestre que esta sangre actúa como "lavadora de infecciones".
Aunque el debate científico sobre el papel de la menstruación promete tomarse su tiempo, esta novedosa visión ha conseguido al menos que la comunidad médica le eche una mirada más a fondo al sistema reproductivo femenino.