Turismo

Alcanzar una estrella

Los hoteles se deberán ajustar a requisitos de excelencia ambiental, arquitectónica y de seguridad, si quieren brillar en el negocio.

8 de diciembre de 2006

Durante años, los hoteles determinaron de manera arbitraria las estrellas que adornaban su nombre. Sin embargo, su posición estelar está siendo reevaluada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Icontec. Ahora, mediante la norma sectorial Ntsh- 006, los establecimientos que quieran seguir utilizando las estrellas que han portado hasta el momento deberán obtener un certificado de calidad turística. Hoy por hoy, ya muchos han empezado la carrera por certificarse y dar la talla a la competencia extranjera.

Esta nueva exigencia les ha producido más de un dolor de cabeza a los hoteleros colombianos. Trescientos noventa y un ítems por cumplir se han convertido en un gran reto para mantener su categoría en el mercado. Y es que estos requerimientos no son fáciles de cumplir. Muchos de ellos tienen que hacer grandes inversiones de dinero para estar a la altura de las normas, pues con el cumplimiento de éstas todo hotel categorizado podrá anunciar sus estrellas en anuncios y mensajes publicitarios; si lo hace sin haber sido aprobado, estará violando la ley.

"La mayor dificultad fue actualizar equipos para que nuestros espacios estuvieran a la altura de hoteles internacionales", explicó a SEMANA Martha Helena Ferreira, gerente comercial del Hotel Irotama, que recientemente recibió la categorización cinco estrellas.

En este momento hay 22 hoteles que han cumplido el propósito de responder a las exigencias de categorización y 200 más están en el proceso, en ciudades como Barranquilla, Bogotá, Cartagena, Medellín, Melgar, Paipa, Santa Marta y Tuluá. Esta medida, además de reglamentar la adjudicación de categorías para los hoteles, determinó destinar el 40 por ciento de los recursos parafiscales provenientes del fondo de promoción turística para quienes adelanten el proceso.

Alcanzar cinco estrellas se ha convertido para los empresarios hoteleros en un reto que cada vez más parece un reality. Este proceso de certificación empieza muchas veces con la transformación de su propia estructura. Según la norma, sus edificaciones no deben romper la armonía del entorno, deben contar una señalización arquitectónica que le permita al usuario ubicarse en el espacio, y tener vías de acceso para discapacitados.

A cada hotel se le exige tener jardines de plantas nativas y áreas verdes que recreen la flora del sector donde se encuentra ubicado. Pero esto sólo es el comienzo, mientras más avanza el listado de las exigencias, se va intensificando su dificultad, por ejemplo, se le exige tener 161 luces en cada pasillo, sin contar las luces de emergencia y la señalización de evacuación. Las puertas deben tener un espesor de 4,5 centímetros de ancho y 2,1 metros de alto. Además, se le exige tener una ventilación de 1,41 metros cúbicos por minuto.

Según los hoteleros, las anteriores no son las pautas más difíciles de cumplir. Aquellas que parecen más insignificantes son las más complicadas de satisfacer.Un ejemplo de ello es el caso de las toallas para cuerpo y manos, que deben tener medidas, color y peso específico para cada uso.

En cada habitación los huéspedes deben encontrar condones, kit de costura, jabón y material de aseo personal. De igual manera, los tocadores deben estar acondicionados con secador de cabello y un espejo de aumento fijado a la pared, para que las mujeres puedan ver los detalles a la hora de maquillarse.

Y más allá de lo aparente, la ley exige que cada colchón muestre su fecha de rotación, las cabeceras de las camas deben estar sujetas al cuerpo de las mismas, y todas las habitaciones deben tener un objeto decorativo en la pared. Al llenar los 391 ítems que ordena esta nueva exigencia, y como si fuera una prueba de colegio, la previa hotelera será calificada de cero a cinco, esta vez, sin décimas ,pero con estrellas.