Bajo Control

Un simple chip permitirá a los padres bloquear los programas de televisión que contengan escenas de sexo y violencia.

23 de agosto de 1993


EN UN FUTURO CERcano, los padres no necesitarán de la tutela para evitar que sus hijos sean espectadores de escenas de sexo y violencia en la televisión. Un simple chip de computador les permitirá ejercer directamente la censura sobre este tipo de programas. Con un control similar al que utilizan para cambiar los canales, podrán bloquear automáticamente los programas que transmitan escenas que ellos consideren son demasido fuertes para ser vistas por sus hijos.
La tecnología está disponible y no tendría un costo muy alto. Sin embargo, la posibilidad de ponerla a funcionar ha generado una acalorada polémica en Estados Unidos. En ese país, como en este y en muchos otros, los excesos de violencia y sexo en la pantalla chica ha llevado a un prolongado debate sobre la mejor forma de controlar los programas que ven los menores de edad. Mientras los expertos expresan que la exposición permanente a las escenas de violencia es una de las causas del comportamiento agresivo, y los padres abogan por una forma de controlar tales excesos, los programadores han resuelto pasar una advertencia previa a los padres, para que se hagan responsables de lo que sus hijos ven. Pero ahora, una nueva corriente de censores señala que los programadores y productores de televisión deberían ir un paso más adelante y adoptar un "censor automático". La idea, no representa un reto tecnológico de mayor envergadura. Todo el asunto se basa en que la misma señal que transporta imágenes de televisión puede también transmitir datos. En el video stardard, un cuadro a todo color consta de 525 líneas, de las cuales sólo 483 se usan para crear la imágen. De las 42 líneas que sobran, llamadas el "intervalo vertical", 24 pueden ser utilizadas para otros servicios. Está misma tecnología ya está siendo usada para transmitir información a los telespectadores sordos o desplegar otro tipo de información. Los programadores usan parte de está banda para enviar informaciones de control de señal al set de televisión. Pero la mayor parte de la banda permanece vacía.
En el caso del "censor automático" la idea es utilizar esa porción vacía en la señal de televisión, para transmitir un código especial o "clasificaci162n" que indique cuáles programas contienen escenas de violencia, nudismo o utilizan lenguaje fuerte. Las cadenas de televisión clasificarían cada programa con una V para violencia, una S para sexo o una L para aquellos que utilicen un lenguaje que pueda ofender a los televidentes. Un dispositivo de control podría ser programado para bloquear los programas que tengan alguno de estos códigos. La idea, lógica- mente, no ha llamado la atención de los productores de televisión, pues temen que esto afecte los ratings y asuste a los anunciantes.
Pero lo cierto es que en los últimos años la tecnología ha permitido a los usuarios de la televisión por cable un mayor control sobre lo que entra a sus casas. Ya se han desarrollado sofisticados servicios electrónicos que proveen información sobre la clase de programas que se van a transmitir y evitan a los telespectadores vagar sin rumbo a través de los numerosos canales que se ofrecen y permite a los abonados diseñar los programas que quieren ver o aquellos que quieren grabar y también bloquear, si lo desean, aquellas películas que han sido clasificadas "para adultos". También pueden bloquear un canal particular todo el tiempo o sólo en determinadas horas del día. Para desbloquear un programa, deben usar un código especial de acceso que muchos padres guardarán en secreto ante sus hijos.
Recientemente en los Estados Unidos ha habido presión para la instalación del" V chip" en los programas de televisión, que permita a nivel doméstico bloquear aquellos quc contengan escenas de sexo y violencia. La idea tiene tantos críticos como adeptos. Los primeros alegan que así se bloqueen los programas preclasificados "para adultos", eso no garantiza que los menores no vean violencia, ya que muchas de estas escenas son parte de las noticias. Lo cierto es que aunque la tecnología este disponible, la principal duda acerca de la eficacia del V-chip o S-chip es simplemente si los padres se acordarán de utilizarlo. Para algunos, bloquearlos no garantizaría un mejor control sobre los programas que ven los menores y argumentan que mientras la mayoría de los padres son unos "retardados tecnológicos", las nuevas generaciones manejan la tecnología con propiedad de expertos y, seguramente, encontrarían la forma de sintonizarlos de nuevo. -