Brindis por la menopausia

Un estudio reciente muestra que un trago diario protege a las mujeres contra el infarto y la osteoporosis.

25 de enero de 1993

UNOS POCOS tragos pueden ayudar a las mujeres a detener el creciente riesgo de enfermedad cardiaca y osteoporosis que acompaña a la menopausia. Esto es lo que sostiene un grupo de investigadores de la universidad de Pittsburgh, quienes en un estudio reciente han encontrado que la cantidad de alcohol contenida en tres a seis vasos de vino por semana refuerza los bajos niveles de estrógeno (hormona que protege contra problemas cardiovasculares y pérdida osea) que se presentan después de la menopausia.
Según la doctora Judith Gavaler, directora del estudio, el alcohol estimula el proceso bioquímico que convierte los androgenos -hormonas "masculinas" que la mujer tiene en pequeñas cantidades- en estrógeno. Según la investigadora, el estudio demostro que "los niveles de la hormona eran dos tercios más alto en las mujeres que bebían que en las abstemias". Pero señala que mientras una cantidad moderada como tres a seis vasos de vino por semana aumenta el estrógeno, tomar más de seis no ofrece beneficios adicionales en las mujeres.
En los últimos años, diversas investigaciones han señalado que el alcohol, en moderación, puede ser bueno para la salud. Los cientificos han encontrado que consumir uno o dos tragos al día aumenta los niveles de colesterol bueno o HDL, el cual ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Las cifras que dan los expertos es que el consumo moderado de alcohol puede bajar el riesgo de enfermedad coronaria en un 50 por ciento. De hecho, los grupos de población que beben moderadamente -vino, licor o cerveza presentan menos incidencia de enfermedad coronaria que los abstemios o los alcohólicos. "Incluso teniendo en cuenta todos los otros factores de riesgo, el consumo moderado de alcohol ha mostrado reducir el total de mortalidad en un 10 a un 15 por ciento", señala el doctor Curtis Ellison, investigador de la Universidad de Boston.
En opinión de los especialistas "moderado" es el bebedor que consume no más de dos vasos de vino, dos vasos de cerveza, o dos tragos de un licor fuerte, al día.
El doctor Ellison cita un estudio realizado por la Sociedad Americana contra el Cáncer que hizo un seguimiento acerca de 250.000 hombres durante un período de 12 años, encontrando una incidencia pequeña pero significativa en el total de muertes -por cualquier causa- entre aquellas personas que bebían uno o dos tragos al día.
La pregunta es ¿por qué el alcohol reduce este riesgo? El profesor Curtis Ellison considera que entre quienes beben moderadamente, el alcohol puede producir una inmediata y benigna caída en la presión arterial (en los bebedores fuertes, ese mismo trago aumenta la presión sanguínea). El alcohol también contribuye a levantar el nivel de lipoproteínas de alta densidad llamado colesterol "bueno". Esto hace a los glóbulos rojos menos viscosos, reduciendo las posibilidades de que se formen coágulos que puedan causar un ataque cardíaco.
Estas recientes investigaciones sobre los buenos efectos del consumo moderado de alcohol han ayudado a resolver la famosa paradoja francesa: el hecho de que aunque los franceses consumen una dieta alta en grasas y son grandes fumadores, su incidencia de enfermedad coronaria es muy baja. La respuesta parece estar relacionada con el hecho de que los franceses acostumbran a tomar vino con las comidas. Al parecer, ellos no solamente cosechan los beneficios de un consumo regular de alcohol, sino que contribuyen a disminuir sus altos niveles en la sangre al combinarlo con la comida. Pero también influye el hecho de que la bebida más populal en Francia es el vino tinto. Algunos expertos señalan que provee más protección que otros licores a causa de ciertos químicos -que ayudan a bajar el colesterol contenidos en la piel de las uvas.
Pero si para algunos expertos, el vino puede ser el elemento clave en la paradoja francesa, no es el único. Para los franceses, comer sigue siendo todo un ritual. Ellos no han entrado en la onda de la comida rápida y el estrés. Los franceses acostumbran más que otro pueblo en el mundo, hacer sus tres comidas del día sin estar picando bocados a otras horas. Y consumen una alimentación balanceada y nutritiva que hace que las porciones sean moderadas y satisfactorias.
Pero si uno o dos tragos al día son buenos para los hombres, ¿qué pasa con las mujeres? Los estudios sobre alcohol y mujeres aseguran también que aquellas que beben ocasionalmente o toman un trago diario están menos predispuestas a morir de ataque al corazón que aquellas que nunca toman o lo hacen en exceso. Pero en el caso del sexo débil, el problema está en que otros estudios han establecido una relación entre alcohol y cáncer de seno, aunque ésta no ha sido establecida muy claramente. Mientras unos estudios sugieren que más de un trago al día aumenta el riesgo, ninguna de las nuevas investigaciones realizadas por la Sociedad Americana del Cáncer, confirma esta asociación. Sin embargo, algunos estudios concluyen que el riesgo aumenta al mismo ritmo del consumo: aquellas mujeres que toman de uno a cuatro tragos por día tienen cerca de 20 por ciento más riesgo que las no bebedoras. Pero aquellas que toman más de cinco tragos diarios, el riesgo se incrementa al 90 por ciento. En opinión del doctor Ellison, la consigna es, entonces, la moderación. "En general el pequeño riesgo de aumento en la incidencia de cáncer de seno y otras enfermedades no supera los beneficios del alcohol en la enfermedad cardiaca", dice Ellison. "Estadísticamente, el alcohol en moderación prolonga la vida".
Pero una cosa son las estadísticas y otra la decisión de beber. Y la advertencia de los especialistas es que ésta debe tener en cuenta consideraciones individuales como son: ser miembro de una familia con historia de alcoholismo, si la mujer está embarazada, si está tomando ciertos medicamentos, si tiene enfermedad coronaria crónica o un desorden que impide metabolizar el alcohol o si se tiene muy baja tolerancia al licor. Igualmente, señalan, debe quedar en claro que el punto clave es la moderación. Siete tragos a la semana no significa que se los puede tomar todos en un solo día. Lo que recomiendan los especialistas es un trago diario, preferiblemente tomado con las comidas, para maximizar los benéficos efectos protectores del alcohol.