BUEN SEXO = BUENA SALUD

Una investigación reciente muestra que la actividad sexual tiene saludables efectos: desde prevenir el infarto hasta curar la jaqueca.

2 de enero de 1995

DESDE LA APARIción del sida el sexo ha sido visto prácticamente como una amenaza de salud pública. Sin embargo, una sexóloga estadounidense ha salido en su defensa, tras asegurar que una buena vida sexual puede ayudar a prevenir las enfermedades y prolongar la vida. Según la doctora Judith Sachs, autora del libro El saludable poder del sexo, éste ayuda a fortalecer el sistema inmune, aliviar los dolores crónicos, curar la migraña y prevenir el infarto. "Podemos vivir más y mejor si echamos mano de la sexualidad", asegura la especialista.
Entre los males que el sexo previene está el infarto. Según la autora, una encuesta entre 100 mujeres pacientes de la unidad de cuidados coronarios de un hospital, mostró que el 65 por ciento reportaban insatisfacción sexual y frigidez. Y en otra encuesta, entre hombres hospitalizados por infarto, dos tercios admitieron haber sufrido en los años anteriores serias dificultades sexuales. No obsante el sexo ayuda a prevenir también las afecciones cardíacas, porque es un gran aliviador del estrés, sostiene la autora. "Durante la actividad sexual, el sistema endocrino libera sustancias que actúan como antidoto contra la respuesta de adrenalina", afirma.
Pero reducir el estrés no es lo único que puede hacer el sexo por la salud. Estudios en ratas de laboratorio han mostrado que ayuda a mejorar la respuesta inmunológica. En el experimento, mientras los animales condenados al celibato eran presa fácil de las infecciones, aquellos que tenían una vida sexual activa mostraban tener mayores defensas para pelear contra los virus.
Y aunque tradicionalmente se ha dicho que el sexo puede empeorar un ataque de migraña, la especialista demuestra lo contrario: 24 de 31 mujeres que hicieron el amor cuando sufrían de un crítico dolor de cabeza aseguraron que, después de ello, habían sentido alivio. "Esto se debe a que las endorfinas, un analgésico natural producido por el cerebro durante la actividad física o la relación sexual, es un efectivo bloqueador del dolor". Como quien dice, aquella vieja disculpa femenina de "querido, tengo jaqueca" ha quedado completamente desvirtuada.