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Cacería humana

Berlín será testigo del Reality Run, un excéntrico juego en el que un hombre es perseguido por las calles como si fuera un fugitivo.

11 de septiembre de 2000

En Alemania el popular juego del escondite sufrió una drástica variación: los jugadores se cansaron de corretearse por las aulas de clase y decidieron tomarse las calles de Berlín para dar rienda suelta a la persecución más exhaustiva de la historia. El próximo 14 de agosto un individuo se convertirá en el primer Reality Runner (corredor real), quien durante 24 días tendrá la misión de esconderse día y noche.

Lo anterior no será nada fácil pues, además de los ‘cazadores’ reales que recorren la capital germana, en la búsqueda también participan miles de personas de otros países que siguen paso a paso la persecución vía internet. Para validar sus acciones los jugadores virtuales cuentan con la colaboración de Jack Black, el Reality Hunter (cazador real), un ex paracaidista especializado en rescate de soldados perdidos en combate que se encargará de ejecutar las órdenes que se dictan a través de la red.

Las reglas del juego son precisas. El Reality Runner permanecerá todo el tiempo conectado a un micrófono que transmitirá constantemente las conversaciones y el sonido ambiente del lugar en el que encuentra para luego divulgar esa información en la página www.RealityRun.com. Este mecanismo le brindará pistas a los cazadores para tratar de determinar el paradero del esquivo corredor. Para darle mayor emoción al juego la ‘presa’ deberá estar en continuo movimiento y a lo largo del día tendrá que realizar diversas misiones como ir a cine, entrar a restaurantes, comprar objetos y visitar museos sin ser descubierto. Para demostrar que cada prueba ha sido superada el Reality Runner debe captar un registro sonoro en su micrófono y tomar una fotografía del lugar en el que estuvo. Durante las semanas que dure el juego el protagonista no podrá comunicarse con su familia ni dormir en la misma casa por más de dos noches. Los gastos de manutención corren por cuenta de los organizadores del juego, que le entregan al participante 2.500 dólares al iniciar la competencia.

Los cazadores, entretanto, pueden solicitar por Internet los servicios de la Reality Babe (Nena real), una joven de 22 años que hace las veces de espía y aporta datos clave para capturar al fugitivo.

En caso de localizar a la presa el cazador debe acercarse al Reality Runner y decirle que ha descubierto su identidad. Acto seguido dice su nombre y número telefónico en voz alta para que el micrófono que lleva el corredor pueda captarlos y de esta forma los organizadores se enteren de que existe un ganador. La recompensa por capturar a la presa es de 10.000 dólares pero si al finalizar los 24 días nadie lo ha podido atrapar el Reality Runner se lleva a casa el dinero y automáticamente pasa a la gran final de Reality Run que se llevará a cabo en Nueva York en 2001 y cuya bolsa ronda los 100.000 dólares.

Aunque es imposible medir las repercusiones sociales del juego, las 6.000 solicitudes para optar por el título de corredor son la prueba fehaciente de que se trata de un fenómeno en materia de entretenimiento. Como dirían los organizadores, llegó el momento de hacer las apuestas.