Cambio de hábito

Las preocupaciones de salud han generado grandes cambios en las costumbres alimenticias.

21 de diciembre de 1992

DESPUÉS DE AÑOS DE CAMPAÑA SObre las bondades de la alimentación sana, la nutrición se ha convertido finalmente en un factor que mueve a los consumidores tanto o más que los precios de los alimentos o el gusto por aquellos que han sido calificados como nocivos. Un estudio realizado por el Food Marketing Institute de los Estados Unidos señala que hoy por hoy la gente tiene mucha más conciencia sobre la relación que existe entre buena a limentación y buena salud. Este nivel de entendimiento no sólo afecta las decisiones de compra si no la forma en que se preparan los alimentos.
La mayor preocupación es acerca del colesterol en la dieta. Esto ha llevado a que en los últimos años se haya reducido el consumo de grasas y carnes rojas mientras se ha aumentado el de pollo y pescado. Dos tercios de los entrevistados afirman que consumen hoy más frutas y vegetales de lo que comían hace cinco años. También están cambiando la manera como preparan las comidas en un esfuerzo por limitar el consumo de colesterol y sodio. Este esfuerzo incluye acciones como retirar el exceso de grasa de la carne y la piel del pollo antes de cocinarlo o comerlo. Pero también se ha visto que hoy la gente consume menos alimentos fritos, e incluye en su dieta vegetales crudos con mucha mayor frecuencia que antes.
La conclusión del estudio es que aquellas personas que tíenen una mayor comprensión de los temas nutricionales poseen dietas más saludables. Sin embargo, señala que el tiempo es un factor importante a la hora de balancear las comidas: las mujeres que trabajan y los hombres separados quienes tienen menos tiempo para hacer mercado y preparar los alimentos no están tan dispuestos como los otros a utilizar ingredientes frescos, y de penden más de las comidas preparadas, congeladas y procesadas.
También existe hoy un mayor interés por conocer los componentes de los productos alimenticios. Las mujeres y los ancianos, leen con regularidad la información de las etiqueta, tales como fecha de expiración, contenidos de grasa, de colesterol o de sodio y contenido calórico. El 43 por ciento de los encuestados afirma que una dieta bien balanceada es su más importante preocupación. Los que más cambios han hecho en su alimentación son las personas de mediana edad.
Entre los encuestados cuarentones es alta la proporción de personas que han reducido el consumo de carne de cerdo y huevos mientras ha aumentado el de pastas, arroz y granos enteros.
Los cambios más signiticativos son: comer menos grasa (44 por ciento), limitar el consumo de sal (32 por ciento) y reducir la cantidad de colesterol de la dieta (24 por ciento). Más de la mitad señala que hoy está comiendo mucho menos que hace cinco años.
En cuanto a la preparación de las comidas también hay cambios específicos: 61 por ciento ha cambiado la forma de utilizar la mantequilla, la margarina y los aceites. El 60 por ciento de las personas que consume pollo le retira la piel después de cocinarlo. El 76 por ciento retira la grasa de la carne antes de cocinarla. El 89 por ciento asegura que ha cambiado los productos que integran el desayuno, utilizando más cereales y productos lácteos bajos en grasas. La mitad de los encuestados señala que cocinar " saludablemente", significa que las comidas deben ser preparadas en la casa con ingredientes frescos, mientras el 44 por ciento dice que significa prepararlas en casa incluyendo alimentos procesados. Pero una gran mayoría admite que trata de incluir alimentos frescos en casi todas sus comidas.
Lo cierto es que luego del auge de las comidas rápidas, precocidas y procesadas que ahorran tiempo en los afanes de la vida moderna los consumidores están buscando un equilibrio en sus costumbres alimenticias.