C I E N C I A

Cerebro de pájaro

Una investigación sugiere que ciertas especies de aves son mucho más inteligentes de lo que se pensaba.

17 de septiembre de 2001

En la literatura infantil han existido pájaros con habilidades para coser, trinar e, incluso, en algunas ocasiones se les ha mostrado como superiores a otros animales, como es el caso de Piolín, el tierno pajarito que se las gana todas al gato Silvestre.

Pues bien, los escritores de estos cuentos pueden no estar muy alejados de la realidad. La revista Nature acaba de publicar un estudio realizado por Nathan Emery y Nicola Clayton, en el cual se demuestra que los pájaros comparten una habilidad con los humanos. Se trata de recordar el contexto social de un evento pasado y usar esa información para planear el futuro.

Los investigadores de la Universidad de Cambridge encontraron que los azulejos, pájaros que pertenecen a la familia de los cuervos, son capaces de robarles la comida a otras aves cuando observan dónde la esconden. Lo curioso es que, basados en esa experiencia, camuflan con mucho más cuidado sus alimentos y se fijan de hacerlo cuando no son observados. Como quien dice, “cada ladrón juzga por su condición”.

Los investigadores comprobaron esa teoría permitiéndoles a los azulejos que escondieran su comida en privado y mientras otros pájaros los observaban. Cuando sucedía esto último, los pájaros ladrones recordaban que habían guardado su alimento frente a extraños y usualmente regresaban para ocultarla nuevamente, esta vez sin la mirada de otros.

Los investigadores encontraron que era la experiencia de ser ladrones —más que ver a otros robar— lo que llevaba a un azulejo a esconder la comida en privado.

Los hallazgos son importantes porque ha habido un debate extenso durante años sobre si los animales pueden demostrar planeación y pensamiento consciente. La investigación tiene implicaciones además en la teoría de la mente, es decir, la habilidad para leer las intenciones de otros, creencias y deseos. Esta habilidad la desarrollan los humanos a los 2 y 3 años. Con esta investigación se sugiere que los azulejos pueden también proyectar sus propias experiencias y memorias en los otros.

Estas investigaciones complementan otras hechas en 1996 y 1998 con pájaros de Nueva Zelanda pertenecientes a esta misma especie. En esas oportunidades se pudo comprobar que eran capaces de recordar dónde habían guardado la comida y qué tipo de alimento era. Aún más, tenían una noción de cuáles eran los artículos perecederos y los recuperaban primero que los otros.