CIUDAD GOTICA

El antiguo edificio del DAS, abandonado desde hace 10 años, será rescatado como conjunto residencial.

30 de diciembre de 1991

DESDE SU INAUguración como Seminario Mayor de Bogotá a principios de siglo, hasta su abandono por el DAS hace unos 10 años, esta joya arquitectónica ha sufrido toda clase de suertes. Por fin, el antiguo edificio, considerado como patrimonio arquitectónico de la capital, ha sido rescatado por un grupo de inversionistas extranjeros y nacionales para convertirlo en un conjunto residencial.
La enorme estructura, ubicada en la esquina de la carrera 3ª con calle 12, en el sector de La Candelaria, de Bogotá, es una de las principales obras del estilo neogótico que se hizo popular en Colombia y en toda Latinoamérica al iniciarse el siglo XX.
La historia del antiguo edificio está matizada de contrastes. Fue levantado en 1917 bajo el Gobierno conservador de José Vicente Concha, con el propósito de que sirviera de sede al Seminario Mayor de Bogotá. Años más tarde, cuando el Seminario se trasladó de lugar, la construcción se convirtió en el convento de las monjas clarisas. Su estilo arquitectónico, claramente delineado bajo la influencia gótica, no parecía estar destinado para otra cosa que no fuera una sede eclesiástica. Por eso los bogotanos, que ya se habían acostumbrado a verlo como un símbolo estrictamente católico, no dejaron de mostrar su asombro cuando lo vieron transformado en el centro de operaciones del Servicio de Inteligencia Colombiano, SIC, que nació bajo la dictadura del general Rojas Pinilla. Lo que antes fue un apacible refugio de oraciones, se convirtió en un fortín de las fuerzas de seguridad con calabozos incluidos, de los que mucho se ha especulado sobre la posible existencia allí de salas de tortura.Con este precedente y luego de la caída de Rojas, el edificio pasó a manos del nuevo ente administrativo de seguridad, DAS.
Con todo, la historia de alojos y desalojos no termina allí. Cuando el DAS se trasladó a sus nuevas oficinas, hace poco más de 10 años, el edificio quedó abandonado. Ante el peligro de que llegara a ser demolido por no encontrarle un uso adecuado, se vio la posibilidad de instalar allí el Archivo Nacional y encargar de su restauración y adecuación al arquitecto Rogelio Salmona. Sin embargo, la idea fue desechada porque los soportes de la edificación no estaban en capacidad de sostener todo el peso del material del archivo.
Finalmente, en vista de la imposibilidad de adecuarlo como edificio público, una sociedad hispano colombiana decidió meterle el hombro al rescate arquitectónico de la obra, por medio de un proyecto habitacional. El antiguo seminario, convento, y departamento de seguridad, se volverá en menos de tres años un moderno conjunto residencial que no sólo respeta la estructura original del edificio( con lo cual se logra conservarlo como patrimonio arquitectónico), sino que se convierte en otra solución para la campaña de preservación monumental adelantada desde hace unos años por la corporación La Candelaria. -