Para muchos la navidad no representa alegría, ni unión, tampoco armonía, ni paz familiar. | Foto: Pixabay

VIDA MODERNA

Cuando su nido está vacío y triste en la navidad

La Navidad es una de esas épocas en las que se le impone de alguna manera estar feliz, estar con los miembros de su familia en un ambiente de fiesta de celebración y fraternidad. Pero para muchos no representa alegría, ni unión, tampoco armonía, ni paz familiar.

Paula López (*)
22 de diciembre de 2018

¿Lo enviste esta Navidad desprovisto de ese espíritu de alegría y unión con los miembros de su familia?

¿No logra sentir ese espíritu de regocijo?

La Navidad es una de esas épocas en las que se le impone de alguna manera estar feliz, estar con los miembros de su familia en un ambiente de fiesta de celebración y fraternidad.

Para muchos la Navidad no representa alegría, ni unión, tampoco armonía, ni paz familiar.

La Soledad, una enfermedad, una crisis financiera, los conflictos familiares, la pérdida de un ser querido, un divorcio, el nido vacío, la vejez, son todos factores que impiden que la felicidad este implícita en estas épocas.

Le recomendamos: Cómo celebrar bien la navidad

La Navidad le evoca un cierto aire de obligatoriedad a estar feliz, pero es como si aquel espíritu de Navidad no comprendiera que muchos quisieran lograrlo, quisieran dejar atrás la melancolía, el dolor, la soledad, la enfermedad y simplemente vestirse de fiesta para ser sencillamente feliz.

Hace poco tiempo se realizó una encuesta a escritores sobre cuál consideraban "el libro del año", el filósofo Fernando Savater escogió El espíritu de la Navidad, tal vez porque, como señala en el prólogo a esta primera edición española el poeta José Julio Cabanillas, Chesterton afirma que la Navidad no encaja en el mundo moderno y que esto se debe a que se trata de una fiesta que "presupone la posibilidad de que las familias estén unidas, o reunidas, e incluso de que los hombres y las mujeres que se casaron voluntariamente sigan hablándose".

Opuesto a lo que le inspira el espíritu de Navidad, es precisamente todo lo contrario lo que emerge en estas épocas en las que todos los sentimientos que se oponen a la felicidad y a la paz,salen a relucir.

En nuestra infancia comenzamos a vivir una navidad en la que todo es armonía, paz, serenidad, abundancia, amor y fraternidad, sin embargo cuando la vida nos comienza a arrancar violentamente la ingenuidad, se nos comienza a revelar la cruel realidad. Aquella que hace doler el alma y que nos atropella de frente despojándonos del romanticismo de aquella Navidad dibujada en los cuadros de Leonardo Da Vinci y la Sagrada familia, que de sagrada le va quedando bien poco…

Puede leer: ¿La última Navidad? Cómo afrontarla cuando llega el final de la vida

Piense usted en las familias contemporáneas, a los hijos y a los padres les toca pasar dos o tres navidades para poder celebrar como por pedazos con fragmentos de familias que se van formando a lo largo de los años; matrimonios hechos y desechos, hermanos de padre y madre, medio hermanos, hermanastros, las parejas de las nuevas uniones y así sucesivamente; se va necesitando una sobredosis de inteligencia emocional para sobre llevar la Navidad en paz. Comenzando por explicarle a los más pequeños el porqué de tanto caos.

Usted quizá intenta disfrazar sus sentimientos, corriendo de arriba para abajo comprando regalos y adornos navideños envueltos en fiestas, a veces bañadas en licor para anestesiar el verdadero sentimiento de desasosiego que lo embarga, pues en el fondo usted sabe que la Navidad que vive es muy distante de aquella que anhela su corazón.

¿Qué hace usted entonces cuando a todo este torbellino de sentimientos no tan placenteros,  le suma la falta del dinero suficiente que desearía tener para comprar los regalos más lindos para quienes ama?

¿Y si en cambio tiene el dinero, pero sus seres más amados están tan lejos física o emocionalmente, que ni vale la pena gastarlo en esa ilusión efímera de abrazarlos para entregarles los más bellos regalos?   

Que podría hacer entonces, para sobrellevar la Navidad cuando a veces lo que desea es quedarse profundamente dormido y levantarse por ahí el 7 de Enero a desayunar con los Reyes Magos…

Decore su propio jardín e ilumine su alma, no espere a que su corazón se llene solamente de lo que viene de afuera,pues puede correr el riesgo de que se quede vacío.

Aquietar su corazón y rescatar lo bueno de su realidad hoy es la mejor herramienta espiritual para pasar estas fechas, no permita que le contaminen ni las personas, ni las situaciones tóxicas.

Le recomendamos: Diez pueblos pesebre de Colombia que lo harán sentirse en Belén

Si recibe invitaciones a las que no quisiera asistir y que en ocasiones pasadas ha asistido por cumplir con un compromiso social o familiar, que no es genuino ni autentico, le aconsejo que se quede en su casa leyendo un buen libro que le alimente el alma, o viendo una película que le deje un aprendizaje de crecimiento personal.

Obligarse a usted mismo a asistir a lugares que no desea y a compartir con personas que le quitan la paz, solo aumentará su intranquilidad y su sentimiento de aversión por la Navidad.

Diseñe usted su propia Navidad, decore su propio árbol, colgando en el los nombre de las personas, presentes y ausentes que quiere recordar y que son más cercanas a su corazón.

Eleve una oración dando gracias por su vida y por la vida de aquellos a quienes ama.

Suelte y libere su corazón, perdone a quienes lo hayan lastimado, es el mejor regalo que puede darse en esta Navidad. Perdonar a quien lo ha herido nada tiene que ver con el otro, es un obsequio espiritual que usted se da para soltar todo aquello que no necesita en esta Navidad.

Mientras lee estas líneas haga un scanner de su realidad hoy, si está viviendo un momento que le trae tristeza, nostalgia o desolación, la mejor opción es comprender que la vida es una rueda en constante movimiento; que a veces estamos arriba en donde todo es felicidad, éxito y armonía. A veces estamos abajo en donde atravesamos por situaciones de tristeza, división, conflicto, o mal estar físico y emocional.

La rueda de la vida nunca es estática, por eso la inteligencia emocional debe ser el eje de nuestra rueda, para así saber que si estamos arriba, debemos prepararnos para cuando la rueda gire y nos lleve a ese lugar de malestar; y si estamos abajo, esperar con templanza hasta que la rueda gire y nos lleve hasta ese lugar de bienestar arriba.

Puede interesarle: 9 consejos para que los niños tengan una navidad agradable aunque sus padres estén separados

Esta dinámica representa el aprender a vivir, a luchar, a resistir, a existir, es decir a trascender.  

Nunca estaremos eternamente bien, tampoco se está eternamente mal.

El arte de vivir la Navidad o cualquier época memorable del año, requiere que desarrollemos la habilidad del surfista, que aprende a surfear la vida con las olas, cuando vienen olas gigantes desarrolla la habilidad de surfear sobre ellas y cuando cae, resiste bajo el agua hasta que pasa el revolcón; con la plena certeza de que en la próxima ola se levantara hábilmente para seguir surfeando, ola tras ola, caída tras caída, pues ya comprendió que en un océano en calma no tendría la aventura extrema de surfear,  es decir, de vivir intensamente.

No le entregue al mundo el poder de definir su Navidad, esta es una época para conectarse con su Creador, con su alma, con quienes ama, así no estén a su lado.

No caiga en las redes del consumismo ni de la futilidad, aproveche para tener espacios íntimos de reflexión y reconciliación con usted mismo y con los demás, que el amor y la fraternidad sean su lema y su regalo en esta Navidad.

Abrace esta reflexión:

Según el papa Francisco 

La Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma.

El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida.

Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.

La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.

Le sugerimos: El papa Francisco critica el consumismo de la Navidad

Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.

 ¡Esta puede ser una grandiosa Navidad!

Miembro del global council, for coaching consulting and psychology*