Comunicaciones

Cuelge y maneje

Un nuevo estudio sobre el riesgo de manejar y hablar por teléfono celular al mismo tiempo enciende otra vez la polémica.

7 de diciembre de 2002

La polemica por el uso de los celulares en el carro va para largo. Ya se había limitado el uso del celular en el vehículo al manos libres en algunos países, incluyendo Colombia. La discusión ha ido más lejos hasta prohibirle rotundamente a los conductores el uso del aparato. Ya desde el año pasado en el estado de Nueva York (Estados Unidos) se puso en marcha esta norma y a partir de entonces en otros seis estados han empezado a aplicarse restricciones tales como prohibírselos a los choferes de buses escolares.

Los defensores de estos aparatos no se han quedado callados y argumentan que el beneficio económico de poder contactar a alguien o recibir una llamada mientras se desplazan en un vehículo supera las pérdidas materiales de los accidentes a causa del celular. Entre las ventajas de hablar en el carro citan situaciones como tranquilidad para comunicarse así como mayor productividad (se puede seguir trabajando en el carro), privacidad y también rapidez a la hora de reportar un accidente de tránsito o un crimen. Según ellos esto representa mucho más dinero que los accidentes causados, los cuales se valoran en cuentas médicas y daños a propiedades.

Pero un reciente estudio del Centro de Riesgo de Harvard encontró que esas ventajas igualaban los costos de accidentes. El centro, que hace parte de la Universidad de Harvard, dio a conocer la semana pasada un estudio en el que las cuentas médicas y las pérdidas en vidas humanas por accidentes que se producen por manejar mientras el conductor habla por teléfono ascienden a 43.000 millones de dólares al año. Lo interesante es que esa suma es igual al valor estimado por quienes usan el celular en el carro para trabajar medido en las ganancias que les traen los negocios mientras conducen.

Aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos accidentes son causados por manejar y hablar al tiempo el estudio estima que esta cifra asciende a 6 por ciento de todos los impactos que se producen en Estados Unidos, en los que cada año mueren 2.600 personas y resultan heridas otras 330.000. Aunque el riesgo de involucrarse en un accidente por culpa de alguien que habla mientras maneja es mucho menor, comparado con otras causas de colisión, como manejar borracho, el estudio encontró que ese riesgo era mayor de lo que se había establecido en otras oportunidades. Anteriormente se manejaba una cifra según la cual una persona en seis millones tenía probabilidades de morir en un accidente mientras manejaba y hacía una llamada. Ahora esa proporción es de 13 en un millón. En Estados Unidos se calcula que el número de personas que los utilizan es de 128 millones. Quienes no usan cinturón de seguridad tienen 49 probabilidades más de morir en un millón que los que lo usan y la probabilidad de morir por un embriagado al volante es de 18 en un millón.

Los celulares distraen a los conductores en tres formas. Visualmente, porque el chofer por lo general tiene que mirar al teléfono ya sea para marcar o para contestar y esto hace que tenga que desviar la vista hacia otro lado diferente de la calle o la autopista. También interfiere físicamente, pues mientras sostiene el aparato o llama no puede tener el control del timón. Estas dos interferencias se solucionan en gran medida con el manos libres. Pero hay otra manera en que el conductor se distrae y es la cognitiva. "Los conductores se distraen mentalmente mientras hablan", dijo a SEMANA David Ropeik, vocero del Centro de Riesgo de Harvard. "La evidencia sugiere que la distracción cognitiva es la peor y los teléfonos con manos libres no ayudan a solucionar esta parte del problema", agregó.

Los defensores del dúo celular-auto aseguran que los estudios no son sustanciales como para que se establezcan políticas más restrictivas. Pero como van las cosas es muy probable que pierdan la batalla y terminen haciendo sus negocios sólo desde la oficina.