Cuestión de piel

Una nueva generación de cremas "ácidas" promete ser el mejor antídoto contra el envejecimiento.

16 de agosto de 1993

SON LA REVOLUción en el mundo de la cosmética. Desde hace unos años los investigadores los han catalogado como sustancias milagrosas. Son los antioxidantes. Las investigaciones han relacionado una dieta alta en ellos (vitamina C, vitamina E y beta caroteno) con un bajo riesgo de cáncer y enfermedades crónicas. Ahora, una nueva evidencia empieza a surgir de los estudios recientes: los antioxidantes pueden tener similares superpoderes cuando son aplicados en la piel. Administrados en determinadas dosis, pueden dar excelentes resultados no sólo como "borradores" de arrugas o como cura contra el acné sino como sustancias que regeneran la piel deteriorada.
La función natural de los antioxidantes es la de interrumpir la oxidación, ese proceso que hace que el hierro se corroa, el aceite se ponga rancio y las manzanas se vuelvan negras. Pero esta reacción química es también el principal culpable del envejecimiento de la piel, la oxidación es responsable del debilitamiento del colágeno, que conduce a la pérdida de elasticidad. Esta no sólo se deteriora por el envejecimiento natural. Varios factores ambientales -como la exposición al sol, el humo del cigarrillo y la polución- aceleran el proceso de oxidación de la piel.
Hoy los antioxidantes y los llamados ácidos alfahidróxidos son las estrellas de la industria cosmética. Prácticamente todas las casas fabricantes de productos de belleza han concentrado en sus laboratorios a los investigadores en busca de mejores fórmulas que los contengan. Y en este momento una nueva generación de cremas "ácidas" o "antioxidantes" prometen ser el mejor antídoto contra el envejecimiento.
Se les conoce también como "frutos ácidos", pero no necesariamente vienen de las frutas. Aunque los más conocidos se obtienen de las cítricas, de las uvas y las manzanas, también hay ácidos extraídos de la caña de azúcar y de la leche agria. Y si bien son una novedad en la industria cosmética, la verdad es que los beneficios de estas sustancias habían sido reconocidos por las mujeres desde hace siglos. La misma Cleopatra conocía el valor de los baños de leche y del jugo de limón para suavizar su piel. Ahora, dermatólogos y cosmetólogos están utilizando esta efectiva arma que, para muchos veteranos en la industria de la belleza, es el ingrediente más prometedor de las últimas décadas.
Y sus sorprendentes efectos en la piel están ahora bien documentados: ellos regeneran la piel al atacar y remover las células muertas, dando paso a una piel de apariencia más joven. Aplicados en altas concentraciones logran alisar la piel áspera y eliminar las arrugas y las manchas. Pero además de su acción exfoliante, se ha dicho que pueden mejorar la estructura de la capa superior de la piel al estimular la producción de nuevas células que la ayudan a permanecer hidratada, incluso cuando es sometida a temperaturas extremas.
Pero no todos los ácidos trabajan en la misma forma. Algunos actúan solamente en la superficie de la piel mientras otros, que poseen moléculas más pequeñas, penetran más profundamente. Las concentraciones que están siendo utilizadas en las fórmulas comerciales van desde el uno hasta el 20 por ciento, pero la mayoría de las preparaciones contienen un cinco por ciento. Y aunque la concentración utilizada en las cremas está aún muy lejos de ser la misma que ha mostrado asombrosos resultados en los laboratorios, lo cierto es que sus beneficios son reales. Al decir de muchos, finalmente, la industria cosmética parece haber descubierto el verdadero antídoto contra el envejecimiento.