Desastre animal

Los científicos buscan entender por qué los animales presienten los cataclismos con horas de anticipación. El maremoto de Asia fue un ejemplo.

16 de enero de 2005

LA MAYOR PARTE de los animales se salvó del maremoto en Asia, donde murieron más de 180.000 personas, y ante esta demostración de la eficacia del 'sexto sentido animal', los científicos europeos han pedido más investigación para conocer las claves del cambio de comportamiento animal con el propósito de salvar vidas humanas. Las gigantescas olas penetraron más de tres kilómetros en el parque natural de Yala, en Sri Lanka, y ahogaron a 200 de sus empleados, pero no cobraron la vida de ningún animal y eso que allí vivían elefantes, monos, jabalíes, leopardos, cocodrilos y miles de otras especies. "Los animales perciben 20 horas antes un terremoto de 6,5 grados en adelante y su comportamiento alterado resulta más evidente a medida que se acerca el sismo", dijo a SEMANA el científico Helmut Tributsch, de la Universidad Libre de Berlín, quien decidió dedicar su vida a estudiar este fenómeno luego que su región natal, Friuli (Italia), fue arrasada en 1976 por un terremoto. "Todos los vecinos me dijeron que los animales habían actuado de forma muy extraña en los días y horas previas , y nunca olvidaré lo que me dijo una anciana: "Si sólo hubiéramos comprendido a los animales...". Plinio el Viejo vio los pájaros inquietos antes de la erupción del Vesubio (año 79 ) y Alexander von Humboldt observó en 1797 cómo los animales 'se enloquecieron' antes de un temblor en Cumaná (Venezuela). Se dice que en el cataclismo de Helice (Grecia), 373 años antes de Cristo, las serpientes y los gusanos abandonaron la ciudad antes del desastre, y hay documentos que aseguran que en el terremoto de Nápoles de 1805 los perros, las cabras y los bueyes armaron un escándalo horas antes. El episodio más documentado ocurrió en 1975 en Haicheng (China), donde repentinamente las serpientes abandonaron su hibernación y atravesaron en masa la ciudad. Ante este hecho, las autoridades decidieron evacuar la ciudad, que fue destruida pocos días después por un terremoto que sólo mató cuatro personas. Desde entonces, el gobierno chino tiene por política instruir a la población a estar atenta a las 'señales' de los animales y avisar a las autoridades ante cualquier cambio inesperado del comportamiento. El biólogo Jordi Marrón, de la Universidad de Barcelona, indicó a SEMANA que en Asia, el terremoto se produjo a 40 kilómetros de profundidad, en el lecho marino, y liberó ondas acústicas que viajan más rápido por tierra que por agua. "Los elefantes perciben las mínimas vibraciones del suelo, pues las plantas de sus pies son extremadamente sensibles, y con su carrera para huir del 'tsunami' seguramente alertaron a los demás animales", explicó. Varias teorías sobre el 'sexto sentido animal' han sido publicadas en la Seismological Research Letters de Estados Unidos y en otras publicaciones científicas. En su mayoría afirman que las fricciones de las placas tectónicas de la Tierra liberan en la atmósfera grandes cargas de energía que se muestran como destellos en el cielo y pueden ser vistas por los animales, y Tributsch agrega que estas partículas son semejantes a las de los aerosoles y producen en los animales un aumento de serotonina, que les desata miedo y los hace ponerse a salvo de las catástrofes. "Los seres humanos debemos tener en nuestros genes este sistema de alarma animal, pero hemos bloqueado este mecanismo al perder el contacto directo con la naturaleza", dijo . Los únicos en Asia que supieron comprender la alarma animal fueron las 10 tribus aborígenes de las islas hindúes Andaman y Nicobar, en el golfo de Bengala. De piel oscura y estatura pequeña, han resistido a la 'civilización' y viven como cazadores y recolectores. Científicos de la Anthropological Survey of India comprobaron que muy pocos indígenas murieron por el maremoto y pidieron iniciar una investigación con estas tribus, en cuya tradición oral hay profusas referencias a las 'señales' de los animales y varias leyendas sobre una gran inundación anterior que redujo el tamaño de las islas. Numerosos científicos europeos, entre ellos Tributsch, creen que las evidencias sobre el 'sexto sentido animal' en el maremoto de Asia deben servir para impulsar la investigación de este fenómeno, aunque admiten que estos estudios tardarán decenas de años en ofrecer resultados, porque los terremotos no son tan frecuentes y por la dificultad de seguir el comportamiento de los animales salvajes en su ambiente natural.