DICIEMBRE ME GUSTO PA' QUE TE VAYAS...

En opinión de terapistas y abogados, durante la época de fin de año se agudizan las crisis de pareja.

17 de enero de 1994

LOS ACORDES DE "Noche de paz, noche de amor" dan la impresión de acrecentar la sensibilidad a tal punto que los terapistas de pareja y los abogados parecen no dar abasto. Como señalaron a SEMANA una sicóloga y una abogada, por estos días aumentan de tal forma las consultas, tanto en los bufetes como en los consultorios, que bien podrían dar citas hasta la medianoche del 31 de diciembre. Y si no fuera porque los juzgados cierran el 15 de diciembre, muchos pasarían la noche de Navidad o de Año Nuevo con la solicitud de divorcio de sus cónyuges.
La pregunta es: ¿Qué puede llevar a que el espíritu navideño produzca este efecto? Hay varios factores que hacen que durante el fin de año la susceptibilidad esté a flor de piel. "En primer lugar, está el aspecto económico que, aunque no es esencial, ejerce una gran presión -dice la sicóloga Nelly Rojas de González, especialista en terapia de pareja-. Las vacaciones, los regalos y compromisos generalmente ocasionan un desfase en el presupuesto familiar que puede conducir a una depresión". Así las cosas, la simple decisión de dónde pasar la noche del 24 y del 31, o qué regalarle a la suegra, puede actuar como detonante que convierta la Novena de Aguinaldos en un indefinido "hablar y no contestar" o dar al traste con la esperada unión familiar de la Nochebuena.
En opinión de los especialistas, la Navidad está perdiendo su condición de remanso anual de paz y des- canso, para convertirse en una fuente de estrés. Y en medio de esa falsa "alegría navideña', salen a flote las crisis que durante el año han estado camufladas por el agite de la vida cotidiana. "El final del año es una época en que toda persona, consciente o inconscientemente hace un balance -dice la sicóloga-, y es entonces cuando se sienten más profundamente las carencias afectivas". En esto coincide la abogada María Victoria Gómez Vélez, especializada en derecho de familia, quien anota que durante esta época recibe un mayor número de casos de demanda de divorcio. "Esto se explica porque la Na- vidad es como un gran domingo, es decir, una época de descanso en que la gente hace un inventario de su vida. Y si a esto se suman la presión económica y las tensiones que se han guardado durante el año, muchos cónyuges pueden explotar".
De la misma forma que para quienes están bien con su pareja la Navidad es una ocasión propicia para manifestar sus sentimientos de afecto y reforzar la relación, para aquellas que llevan una mala relación esta época se convierte en una disculpa para las peleas. "Las crisis se agudizan -señala la sicóloga-. Las carencias afectivas se sienten con mayor gravedad. De hecho, también los duelos afectivos, como la muerte de un ser querido se reviven con mayor intensidad por estas fechas".
La abogada y la sicóloga coinciden en que no es extraño que la noche del 24 o del 31 de diciembre las parejas, en forma impulsiva, decidan separarse. Para muchas este bajonazo navideño es un campanazo de alerta que las lleva a hacer contrición de corazón y propósito de enmienda. Para unas, es un síntoma recurrente: cada Navidad deciden separarse, pero luego vuelven a la cotidianidad y no hacennada para mejorar la relación ni para acabarla. Para otras cuantas, la relación toca fondo en diciembre y, dicho y hecho, empiezan el año con los trámites del divorcio. Igualmente, aquellas que lo han estado pensando durante el año, deciden que llegó el momento y escogen la epoca navideña para abandonar el hogar.
Quienes atienden estos casos agudos de separación navideña -amigos, sacerdotes, terapistas o abogados- suministran entonces una especie de primeros auxilios, pensando especialmente en el bienestar de los hijos. "Muchas parejas toman la determinación en forma tan impulsiva que no caen en la cuenta de que para los niños es peor hablar de separación en esta epoca", agrega la sicóloga. Por su parte, la abogada afirma: "Uno les dice que traten de mantener la calma para que los niños tengan una Navidad en paz, y que después, con cabeza fría, tomen una determinacion". Pero infortunadamente no siempre sucede así. "En las parejas que tienen una relación muy agresiva, esta actitud parece acentuarse en diciembre por las fiestas y el mayor consumo de alcohol", explica Nelly Rojas. Y advierte: "Así como se hacen campanas para proteger a los niños de los peligros de la pólvora, se deberían hacer para evitarles el sufrimiento de una Navidad amarga por las peleas de sus padres".
Así, de la misma forma como se piensa en los detalles de la decoración, las parejas deben tratar de que la "noche de paz" no sea solo un villancico sino una realidad.