DOBLE RIESGO

Según una reciente investigación, la mujer que ha sufrido un aborto tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de seno.

5 de diciembre de 1994

EL CONTROVERTIdo tema del aborto ha vuelto a levantar polvareda en Estados Unidos a raíz de un estudio sobre su relación con el riesgo de sufrir cáncer del seno. Los datos, recogidos con el seguimiento que se le hizo a 1.800 mujeres durante siete años, llevaron a los científicos del Centro de Investigación de Cáncer 'Fred Hutchinson', de Seattle, a concluir que la mujer que ha sufrido un aborto tiene un riesgo mayor que el promedio de desarrollar cáncer de seno.
A partir de la investigación se descubrió que el riesgo era mayor para aquellas mujeres que habían tenido un aborto después de la octava semana de embarazo y eran menores de 18 años en ese momento. El riesgo de tener cáncer antes de los 45 años aumentó en un 800 por ciento.
Durante años los investigadores han sabido que las mujeres que se convierten en madres antes de los 30 años parecen disfrutar de cierta inmunidad contra el cáncer de seno. Pero lo que nadie sabía era cómo el embarazo produce esa protección. Según los investigadores de Seattle, el número de nuevas células en el seno aumenta dramáticamente en las primeras etapas del embarazo. Si estas crecientes células son dejadas a la deriva, llegan a ser vulnerables a la malignidad. Sin embargo, en los últimos meses de la gestación, el cuerpo de la mujer libera hormonas que pueden ayudarlas a madurar, haciéndolas menos susceptibles a los agentes cancerígenos. Un aborto, por tanto, puede impedir la producción de esas hormonas protectoras.
El estudio arrojó otro dato sorprendente. Los científicos encontraron que cuando una mujer sufre un aborto espontáneo no se incrementa el riesgo de cáncer del seno. "Aun cuando una persona pueda espontáneamente abortar a las seis o siete semanas de gestación, el feto puede haber muerto mucho antes", explicó la doctora Janet Daling, una de las investigadoras. "Además, algunos abortos espontáneos son producidos porque la persona no tiene suficientes hormonas para mantener un embarazo". En este caso el desarrollo de las células del seno durante el embarazo no tendría posibilidad de crecer como lo haría en una preñez saludable.