El sacerdote español Miguel Pajares es llevado de un avión a una ambulancia, a su llegada a España, el 7 de agosto. El hombre de 75 años contrajo el virus del ébola en Liberia y está bajo aislamiento en el Hospital Carlos III de Madrid. | Foto: AP

SALUD PÚBLICA

Por qué temerle y no temerle al ébola

Mientras en África Occidental aumentan las víctimas y las precauciones, expertos dicen que hay que poner la situación en contexto.

11 de agosto de 2014

Con más de mil personas muertas y unas 2.000 infectadas en África Occidental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote actual de ébola una emergencia internacional de salud pública. Al mismo tiempo, otros organismos, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), incrementaron sus esfuerzos y describen al virus como "doloroso, terrible y despiadado".

Eso es alarmante y grave, pero hay que poner esta situación en contexto.

Tan sólo el sida se cobra más de un millón de vidas al año en África, mil veces más que las muertes que ha causado el ébola desde su descubrimiento en 1976 hasta la fecha.

Las infecciones pulmonares, como la neumonía, le siguen de cerca al sida como las segundas que causan más fallecimientos. La malaria y la diarrea afectan cada año a cientos de miles de niños africanos.

En Estados Unidos, donde se encuentran los dos trabajadores de salud de ese país quienes contrajeron el virus en África, los ataques al corazón y el cáncer son las principales causas de muerte y el riesgo de contraer el virus es casi de cero.

¿Por qué causa miedo?

Los estadounidenses a quienes preocupa su salud deberían concentrarse mejor en conseguirse antes de fin de año una vacuna contra la gripe, informa la agencia The Associated Press. Esta enfermedad causa alrededor de 24.000 muertes cada año en Estados Unidos, en especial en personas con factores de riesgo de presentar complicaciones, como niños, ancianos o quienes ya tienen otras enfermedades pulmonares previas.

A fin de poner el peligro del ébola en perspectiva, he aquí algunas razones para estar preocupados por el brote, así como razones para no temerle:

No hay cura para la fiebre hemorrágica generada por el ébola.

Más de la mitad de las personas infectadas en este brote han fallecido. En brotes anteriores, las tasas de mortalidad alcanzaron el 90 %.

Es un final cruel que ocurre en cuestión de días. Los pacientes padecen fiebre y debilidad que va en aumento, sufren dolores en el cuerpo, vómito, diarrea y hemorragia interna. En ocasiones, hay sangrado por la nariz y los oídos.

Y los peligros no quedan circunscritos solo a los pacientes.

Debido a que se propaga mediante contacto directo con los fluidos del organismo de los enfermos, el ébola cobra un número especialmente alto de víctimas entre los médicos y las enfermeras, de quienes ya hay escasez en zonas de África azotadas por la enfermedad.

Los brotes causan temor y pánico.

Los trabajadores de salud y las clínicas han sido objeto de ataques de residentes locales, que en ocasiones, culpan de las muertes a los médicos extranjeros.

En Libia, por ejemplo, han incendiado centros de salud y amenazado con sacar a los enfermos. En otra ocasión, una enfermera le dijo a una multitud que el ébola había sido "inventado" para ocultar los "rituales caníbales" que se practicaban allí.

Por ello, las personas infectadas o con otras enfermedades podrían temer acudir a los centros médicos.

Dos de los países más afectados por el virus —Liberia y Sierra Leona— enviaron soldados a zonas en cuarentena con casos de ébola. El propósito era frenar la propagación de la enfermedad, pero la medida también derivó en penurias para muchos habitantes.

¿Dónde se ubica?

El brote comenzó en marzo en Guinea antes de que se propagara a los países vecinos de Sierra Leona y Liberia. Recientemente, un viajero infectado llevó el virus más allá, a Nigeria, donde se han registrado algunos casos en la gigantesca ciudad de Lagos.

El ébola fue detectado por primera vez en 1976. Se le había confirmado en diez naciones africanas, pero nunca antes en la región occidental del continente.

La falta de experiencia para hacer frente a la enfermedad en la zona ha contribuido a su propagación. La región tiene escasez de personal y materiales médicos; pobreza generalizada e inestabilidad política.

Sierra Leona continúa recuperándose de una década de guerra civil en la que niños fueron obligados a participar en el conflicto. Liberia, fundada originalmente por esclavos estadounidenses que fueron puestos en libertad, también fue escenario de una guerra civil en la década de 1990. Guinea intenta establecer una joven y frágil democracia.

Nigeria, el país más poblado de África, tiene gran riqueza petrolera, pero la mayoría de sus habitantes viven en la pobreza. El gobierno combate en el norte a extremistas islámicos que han dado muerte a miles de personas y, además, secuestraron en abril a más de 200 alumnas de una escuela.

El brote actual ha sido más difícil de controlar que los anteriores debido a que la enfermedad ha cruzado las fronteras nacionales y se ha propagado a más zonas urbanas.

Tom Frieden, director de los CDC, augura que en unas cuantas semanas aumentará el número de personas infectadas por el ébola a cifras que rebasarán a la suma de todos los brotes previos. A la fecha, se han reportado más de 1.700 casos.

Las autoridades mundiales de salud afirman que tardarán meses para contener totalmente el brote, incluso si todo sale bien como puede esperarse.

Por qué no tener miedo

El ébola tiene efectos devastadores en las personas infectadas. Pero la mayoría de la gente no debe tener miedo. Estas son las razones:

El ébola no se propaga con facilidad como los virus que causan el resfrío o la gripe. Solo se extiende mediante contacto directo con fluidos corporales de los infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina y las evacuaciones diarreicas. Los miembros de las familias de los enfermos de ébola han contraído el virus porque atendían a su pariente o porque manipularon un cadáver infectado para un sepelio.

Una persona infectada no es contagiosa sino hasta que muestra los síntomas, expresó Frieden. Estos pueden no presentarse sino hasta 21 días después de la exposición al virus. Antes, el microorganismo está presente en la sangre del paciente, pero no en la cantidad suficiente para producir malestar ni ser contagioso.

"La gente no debe temer a una exposición casual en el metro o un avión", dijo el doctor Robert Black, profesor de salud internacional en la Universidad Johns Hopkins, EE. UU.

Asimismo, el Ministerio de Salud colombiano informó el pasado 8 de agosto que "la única posibilidad de llegada del virus a Colombia es por el tránsito de viajeros. No hay vuelos directos con los países con brote de ébola".

El viceministro de Salud, Fernando Ruiz, señaló que la probabilidad de que el virus llegue a Colombia es de una en un millón. También informó que grandes murciélagos, reservorios del ébola, no están presentes en el continente americano.

Ricardo Amórtegui, del Ministerio, también asegura que "la única posibilidad de que se presente un caso es por tráfico humano. Un viajero tendría que pasar por un tercer país, donde sería detectado, antes de llegar a Colombia".

En el peor escenario, si dicho viajero se desplaza durante el periodo de incubación de la enfermedad en el que la persona no presenta síntomas y que fluctúa entre dos y 21 días (en la epidemia actual, se ha registrado un promedio de ocho a diez días), el país cuenta con la infraestructura para aislar y contener un eventual brote como se ha hecho en África en años anteriores, en países con condiciones de salubridad más precarias.

Las autoridades de salud en el mundo desarrollado saben cómo frenar al ébola. Frieden describió las medidas probadas y comprobadas: encontrar y aislar a todos los posibles pacientes, seguir la pista a las personas que hayan estado expuestas a los enfermos y garantizar estrictos procedimientos para el control de infecciones mientras se atiende a los infectados. Todos los brotes anteriores de ébola fueron controlados.

Los CDC decidieron el envío de al menos 50 miembros de su personal a África Occidental para que ayuden a combatir la enfermedad, mientras que más de 200 trabajan en el problema desde la sede de la agencia en Atlanta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha exhortado a las naciones de todo el mundo a que ayuden con el envío de dinero y otros recursos.

Es cierto que el ébola podría llegar a Estados Unidos por un viajero infectado, lo que posiblemente pondría en peligro a integrantes de su familia o a quienes lo atiendan en el sector de la salud. Esto nunca ha ocurrido antes. Pero si la enfermedad se presentara en territorio estadounidense, según Frieden, los médicos y hospitales saben cómo contenerlo rápidamente.

"Somos optimistas de que no ocurrirá un brote de ébola en gran escala en Estados Unidos", declaró Frieden el jueves ante una audiencia en el Congreso.

Otras cosas por qué preocuparse

La cifra de víctimas del ébola es minúscula comparada con las de otras enfermedades por las que han muerto millones de personas en períodos de tiempo menores.

"La diferencia es que las enfermedades por las que mueren muchas personas —malaria, diarrea, neumonía— han sido problemáticas a lo largo del tiempo", dijo Black. "No son epidémicas en general. No corresponden al tipo de brote súbito de enfermedad y muerte que suscitan temor como el actual".

Las enfermedades comunes tienen tasas de mortalidad mucho más bajas, pero causan la muerte de muchas personas porque enormes números son infectadas.

En comparación, el ébola es controlable.

"La magnitud de los recursos para controlar el ébola en pequeñas comunidades en tres o cuatro países es muy pequeña en comparación con lo que se requiere para controlar la malaria en toda Asia y África", declaró Black.

"No creo para nada que debamos restringir los recursos para controlar el ébola, sino que necesitamos más recursos para controlar las principales enfermedades mortales de niños y adultos contra las que emprendemos muy pocos esfuerzos", agregó.

Con información de
AP.