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Salud mental

¿Las sustancias psicoactivas generan psicosis?

Si el consumo de cannabis, alcohol o anfetaminas lleva a sufrir psicosis o si por el contrario es la psicosis la que lleva al consumo de estas drogas, es uno de los grandes dilemas de la psiquiatría. El médico psiquiatra José A. Posada Villa revela una investigación que podría aclarar el asunto.

15 de mayo de 2018

Se ha discutido mucho sobre la relación entre el consumo de sustancias psicoactivas y la psicosis, sobre todo ahora que hay una creciente tolerancia al uso de cannabis de parte de los gobiernos y de la sociedad en general.

El problema más común que relaciona los trastornos mentales y el consumo de sustancias es la intención de las personas que buscan aliviar síntomas mentales que resultan molestos o incómodos. Algunos ejemplos incluyen la persona con depresión que usa marihuana para sentirse mejor, el individuo que sufre de ansiedad social y bebe para sentirse más cómodo en situaciones que implican interacción con otras personas, el que lucha contra los ataques de pánico y toma ansiolíticos para calmar los síntomas o detener los ataques antes de que comiencen o aquel que siente poca energía y falta de motivación y consume cocaína o anfetaminas para aumentar el ánimo.

Una experiencia psicótica se describe como pérdida de contacto con la realidad, generalmente con delirios y alucinaciones. Desde hace algún tiempo se tiene evidencia científica de que entre el 5 y el 10 % de la población general presenta en algún momento alteraciones de la sensopercepción (alucinaciones) y del pensamiento (delirios) sin que necesariamente evolucione a una verdadera psicosis en términos psiquiátricos. En este contexto, se puede hacer la diferencia entre el tener una experiencia psicótica y sufrir esquizofrenia, con tener tristeza y sufrir un trastorno depresivo mayor.

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Existen dos hipótesis. La primera es que el consumo de sustancias desencadena síntomas psicóticos en aquellas personas que tienen una predisposición genética subyacente y la segunda es que la exposición al consumo de estas es suficiente en sí misma para llevar a la psicosis, independiente de esa predisposición. La posición dominante hasta la fecha ha sido que el consumo de sustancias dispara la psicosis.

La edición de mayo de Addiction Journal,  una de las revistas científicas internacionales más reconocidas sobre el tema, acaba de presentar nuevos datos que hemos generado con los colegas de la Encuesta Mundial de Salud Mental de la OMS, la Universidad de Harvard y la Universidad de Michigan, sobre la compleja relación entre psicosis y consumo de sustancias psicoactivas, que busca identificar si el consumo de estas sustancias lleva a sufrir psicosis o por el contrario, es la psicosis la que lleva al consumo, pregunta de gran importancia para los programas de prevención y rehabilitación.

En una muestra representativa de la población general, compuesta por 30.902 adultos encuestados en 18 países con diferentes niveles de desarrollo, incluido Colombia, se encontró en primer lugar, que el consumo de alcohol, tabaco y medicamentos controlados tomados sin indicación médica, predice la posterior presencia de psicosis. Pero la historia no termina allí. Según la misma investigación, tanto el consumo de alcohol como de tabaco predicen un efecto bidireccional en relación con la psicosis. En otras palabras, se observa que, si bien el consumo de alcohol y el tabaco predicen la aparición de psicosis, también se encuentra que la psicosis lleva al consumo posterior de alcohol y tabaco.

Pero quizá lo más notable de los hallazgos del estudio es que se encontró que la experiencia psicótica predice el consumo posterior de marihuana, pero que el consumo de esta sustancia no predice la experiencia psicótica subsecuente. Esto va en contravía de muchas publicaciones que apoyan la relación entre consumo de cannabis y psicosis.

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Estas nuevas evidencias científicas se alejan de la percepción simplista de que el consumo de este tipo de sustancias lleva inexorablemente a la psicosis, pues la evidencia disponible muestra efectos bidireccionales.

La investigación plantea también otros interrogantes, pues las personas con psicosis usan el cannabis como una forma de automedicación para los síntomas angustiantes. En este sentido, vale la pena mencionar publicaciones recientes sobre el primer ensayo de tratamiento de la esquizofrenia con canabidiol, el componente de la marihuana que tiene actualmente más usos terapéuticos, que muestra un (modesto) beneficio en la reducción de los síntomas psicóticos.

Es difícil determinar si las personas en las que aparecen los síntomas iniciales de psicosis se auto medican o más bien consumen sustancias psicoactivas por sus rasgos de personalidad o cambios en el estilo de vida relacionados con la aparición del trastorno mental.

Algunos investigadores han sugerido que los individuos en los que la psicosis tiene un inicio relacionado con el consumo de sustancias sufren un subtipo distinto de trastorno psicótico. La psicosis inducida por fármacos todavía se considera una categoría diagnóstica distinta de los trastornos psicóticos de carácter estrictamente psiquiátrico, ya que, en los primeros, los síntomas disminuyen cuando se suspende el uso de sustancias, mientras que, en los últimos, los síntomas persisten.

Si bien la gran mayoría de las personas que fuman cannabis no desarrollan trastornos psicóticos, desafortunadamente las sustancias psicoactivas y el alcohol aportan poco para manejar los síntomas mentales subyacentes y, en última instancia, pueden llegar a generar nuevos problemas o aumentar la gravedad de otros síntomas mentales.

En conclusión, se puede afirmar que la asociación entre la psicosis y los trastornos por consumo de sustancias psicoactivas a menudo son bidireccionales, pero que no todos los tipos de consumo están asociados con psicosis.

Por ahora, el desafío para los investigadores es buscar respuestas concluyentes a estas preguntas y encontrar una forma práctica y honesta de comunicar esta información a los gobiernos y a la ciudadanía.