EL CAN-CAM

Una sofisticada tecnología sumada al olfato canino se convierte en una gran ayuda en el rescate de víctimas.

25 de septiembre de 1995

CADA VEZ QUE una tragedia ocurre en algún lugar del planeta, sofisticados equipos de rescate son enviados para buscar a las víctimas. Ahora, esa tarea puede ser mucho más efectiva y oportuna gracias a la invención de un policía británico, Gil Boyd, quien desde que vio las angustiosas imágenes del terremoto de Los Angeles, en las cuales los funcionarios trataban infructuosamente de encontrar víctimas en medio de los escombros, decidió idear una forma mejor de ubicar los lugares donde pudiera haber sobrevivientes aprisionados baje toneladas de concreto y acero.
La primera idea fue la de utilizar un robot capaz de deslizarse bajo los escombros y transmitir información a los equipos de rescate. Sin embargo el asunto resultaba demasiado sofisticado. Entonces, con la cooperación de los técnicos de la Policía británica, Boyd ideó un dispositivo que pudiera adaptarse a los perros policías, cuya ayuda ha sido invaluable en las operaciones de rescate en todo el mundo.
El resultado ha sido un equipo de video con una microcámara y un dispositivo de luz infrarroja que pueden llevar los animales, los que logran llegar a lugares a los cuales sus amos no pueden acceder y les transmiten las imágenes en vivo de su exploración. Bautizado como Wolves, por sus sigla en inglés -Wireless Operational Link and Video Exploration Systems-, el procedimiento combina el olfato de los sabuesos con la más alta tecnología de video. Esta nueva ayuda para el rescate de víctimas también ha sido utilizada para perseguir fugitivos ocultos en la oscuridad o en lugares de difícil acceso.