EL DOCTOR MENTA

Un periodoncista estadounidense inaugura varias clínicas dedicadas exclusivamente a tratar el mal aliento.

24 de octubre de 1994

MUCHOS NO saben que lo llevan y sus amigos no se atreven a decírselo. Sólo se retiran unos pasos o se van. Es el mal aliento, una condición que ha destruido noviazgos, matrimonios y vida profesional de muchos. El que sabe que lo tiene desarrolla una especie de complejo de dragón que lo cohíbe para hablar o lo obliga a taparse la boca mientras conversa, pensando siempre que está ahí, al acecho. Y tal vez no está. O tal vez es tan fuerte que la simple respiración delata a la víctima y deja sin efectos la artillería de chicles, mentas, semillas de cardamomo y atomizadores para combatirlo.

Consciente de semejante estigma, el periodoncista estadounidense John L. Richter ha abierto en su país varias clínicas especializadas en ese problema. El estudio empieza por lo elemental: un soplo del paciente. Richter -director del Center of Treatment of Breath Disorders- cata el aliento del enfermo y, de acuerdo con el olor, desarrolla su diagnóstico. Un hedor a pescado, puede ser síntoma de un trastorno del hígado; un ligero tufo a orines podría ser señal de enfermedad de los riñones, mientras que un olor a frutas puede ser el indicio de que un diabético está desarrollando ketoacidosis.

La halitosis -que es el pulcro nombre con el que se conoce la enfermedad- puede tener muchas causas. Pero en la mayoría es causado por bacterias anaeróbicas que algunas personas tienden a acumular en su ámbito bucal. Para combatirlas, no emplea un poderoso atomizador que las dispersa y las mata con un germicida leve. Otro, disuelve los gases en los tejidos blandos de la boca. El tratamiento no termina ahí. Los pacientes tienen que enjuagarse la boca a diario con una solución y utilizar una especie de cuchara para raspar la capa de bacterias.

De tanto oler el aliento de sus pacientes, el doctor Richter y sus colaboradores han desarrollado un fino olfato para detectar con las primeras bocanadas en dónde está el dragón. "Esto es algo que se debe tomar en serio -sostiene el gurú de la halitosis-. Hemos visto personas con sus vidas arruinadas por culpa del mal aliento".