El 90 por ciento de los hombres que se realizan la prueba del PSA y obtienen resultado positivo se someten a un tratamiento intensivo para atacarlo. Sin embargo, uno de cada ocho casos resulta siendo un tumor fantasma y los efectos secundarios terminan por deteriorar la calidad de vida del paciente.

SALUD

El gran dilema

Un grupo de expertos, con base en dos amplios estudios, señaló que el examen de sangre para detectar el cáncer de próstata puede traer efectos negativos. Sin embargo, otros especialistas creen que es necesario hacerlo. La controversia está que arde.

15 de octubre de 2011

Normalmente, cuando un hombre sobrepasa los 40 años se somete a una serie de exámenes periódicos para evaluar en qué estado se encuentra su próstata. Esto, con el fin de descartar un posible cáncer o detectarlo a tiempo para tratarlo con más probabilidad de éxito. La prueba más utilizada es el análisis del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), el cual mide los niveles de la proteína del mismo nombre, producida por las células de la próstata, hasta ahora el marcador más aproximado para detectar el cáncer en dicho órgano.

A pesar de que este procedimiento se ha realizado desde hace aproximadamente 25 años en el mundo, y existen varios casos de hombres que se han salvado gracias a él, la polémica sobre su efectividad y conveniencia no ha cesado desde el mismo día en que fue aprobado. Este debate volvió a activarse en días pasados cuando un grupo de expertos en Estados Unidos afirmó que este examen no debe ser realizado en hombres que no presenten síntomas de cáncer.

El polémico anuncio fue lanzado por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos. Los expertos llegaron a esa conclusión con base en los resultados de cinco ensayos clínicos y dos estudios amplios realizados en la última década en el país norteamericano y en Europa. “Al tomar ambas investigaciones, que incluyeron a más de trescientos mil hombres, no se evidenciaron beneficios del examen PSA para reducir el número de muertes por cáncer de próstata o cualquier otra causa”, le dijo a SEMANA Virginia Moyer, presidenta del Grupo.

La investigación realizada en Estados Unidos contó con más de 76.000 hombres, mientras que el trabajo hecho en el Viejo Continente incluyó a 182.000 de siete países. Se incluyó a hombres que se hicieron el examen y a otros que no, y la información obtenida reveló que el riesgo de muerte por cáncer de próstata se redujo tan solo en 20 por ciento de aquellos que sí se sometieron a la prueba respecto a quienes no se la hicieron. El problema es que una vez la prueba detecta el riesgo, el hombre puede ser sometido a tratamientos que incluyen biopsias, terapias de radiación o cirugías para extraer la próstata. Estas medidas traen consigo posibles efectos secundarios como incontinencia urinaria, impotencia o complicaciones intestinales, por lo que muchos expertos ponderan si es mejor vivir sin cáncer con todos estos inconvenientes o convivir con la enfermedad pero con una mejor calidad de vida.

Lo más alarmante es que uno de cada ocho exámenes da como resultado ‘falso-positivo’, es decir, que le diagnostican al paciente un tumor fantasma. “El 90 por ciento de quienes hacen la prueba y obtienen resultado positivo se someten al tratamiento de inmediato, y no en todos los casos la enfermedad existe”, dijo a SEMANA Moyer. Además, un hombre sano podría tener un aumento súbito de su nivel del PSA por distintos motivos, como, por ejemplo, una infección en la próstata, la eyaculación o incluso montar a caballo o en bicicleta. Por eso, los médicos recomiendan en los casos en que el examen resulta positivo realizar una biopsia para descartar el tumor.

Sin embargo, allí surge otra preocupación que va a la raíz del problema y que genera otra gran duda sobre el examen del PSA. A diferencia de otras enfermedades oncológicas, el cáncer de próstata es una patología muy compleja. Existen varios tipos de tumores: unos que son malignos pero de desarrollo lento que probablemente no le causarán la muerte al paciente, y otros que son muy agresivos, pueden hacer metástasis y terminan con su vida en poco tiempo. “No existe un marcador que permita señalar cuáles son agresivos y cuáles no, por esa razón no se puede determinar si el riesgo es alto, intermedio o bajo como para someter a un paciente a un tratamiento intensivo”, le explicó a SEMANA el médico Hugo López, de la Sociedad Colombiana de Urología (SCU). Si bien para tratar a tiempo un cáncer de próstata revisar el nivel del PSA permite hacer una aproximación más cercana que la prueba de tacto rectal, el examen no puede evaluar el riesgo y eso conduce a que exista peligro de intervenir a individuos que no lo necesitan.

En Colombia, uno de cada diez hombres mayores de 60 años es diagnosticado con cáncer de próstata. Además, es el segundo tipo de cáncer que causa más muertes en el mundo después del de pulmón. Es raro que la enfermedad aparezca antes de los 50, y la mayoría de muertes ocurren después de los 75. Sin embargo, los tumores más agresivos son más comunes en los jóvenes que en los mayores. Quienes defienden el examen consideran que hay suficiente evidencia de que este ha ayudado a salvar vidas, y un caso conocido es el del exalcalde de Nueva York Rudolf Giuliani. “Creo que se han salvado vidas de hombres menores de 65, gracias al examen”, afirma Eric Klein, un experto de la Clínica de Cleveland, en Estados Unidos.

Aunque los expertos del Grupo de Trabajo, en Estados Unidos, aclaran que la recomendación de no someterse al examen del PSA solo aplica para los hombres sanos que no han sufrido ningún síntoma relacionado con el cáncer de próstata, otros especialistas consideran que sí es importante que se lo hagan mientras se encuentra un método más exacto para determinar el riesgo. “Al igual que con el cáncer de cuello uterino en las mujeres, hay tumores en la próstata que son asintomáticos. Por esa razón es recomendable que los hombres se realicen la prueba anualmente después de que cumplan los 40”, dijo López a SEMANA. Quienes sí deben realizarse la prueba periódicamente son aquellos que tengan antecedentes de la enfermedad en familiares así como los hombres de raza negra, pues se ha comprobado que tienen mayor probabilidad a desarrollar esta enfermedad.

El debate continúa y hasta que se desarrolle un nuevo método para detectar con más precisión el riesgo del nivel de cáncer, no habrá un consenso general sobre el beneficio real del examen del PSA. Como concluye Gerald L. Andriole, jefe de Urología en la Escuela de Medicina de Washington, “en vez de desechar el examen del PSA, se debe hacer un ajuste plausible para determinar cuándo un hombre debe someterse a la prueba”.