En Google, cada cual le imprime un toque personal a su puesto de trabajo. La mayoría tiene dos monitores, pues ello incrementa la productividad. Para el descanso hay salas de masajes y otras de juego

Tendencias

El placer de trabajar

Las empresas cada vez le dan más importancia al diseño de sus oficinas para reflejar el espíritu de la marca. Cubículos, puertas y jerarquías están mandadas a recoger.

5 de julio de 2008

En el lugar hay gimnasio, piscina, comedores con comida gratis, servicio de lavandería, bicicletas disponibles para trasladarse de un lado a otro, cancha de voleybol, salones de juego, conexión inalámbrica a Internet en todas partes y zonas verdes. En una de las salas, con una tenue iluminación, la gente puede recostarse en un cómodo sillón que hace masajes y descansar mientras observa peces de todos los colores que se encuentran en un acuario alrededor de toda la habitación. Ah, y las mascotas están permitidas.

No se trata de un hotel de cinco estrellas, sino de las oficinas de Google en California. Sus instalaciones han llamado la atención en todo el mundo porque rompen con el esquema de la oficina tradicional, jerárquica y con escritorios que anclan a los empleados a un solo sitio. Por el contrario, los puestos de trabajo allí son flexibles y hay espacios para que todos, no sólo los directivos, se sientan cómodos. La sede principal, en Mountain View, California, fue diseñada como un campus universitario a propósito: el promedio de edad de los trabajadores es 23 años, acaban de graduarse y aún no tienen otra responsabilidad que el trabajo, por lo que la empresa les provee todo lo que necesitan, incluidas dos camisetas gratis a la semana.

Aunque todo esto parezca loco, el ejemplo de Google refleja las nuevas tendencias en el diseño de oficinas. Aquellos espacios en los que los empleados trabajan a puerta cerrada, sin moverse y separados de sus jefes, están mandados a recoger. Así mismo, creer que amoblar la oficina es colgar cuadros y acomodar unos escritorios es un concepto equivocado. Para los expertos, se trata de un proceso complejo de introspección en el que la empresa debe saber cuál es su sistema de trabajo, cuál es el negocio, quiénes necesitan concentración y quiénes no, quiénes reciben visitas y quiénes trabajan con quién. “Todo esto define los tipos de puestos que se requiere”, dice Juliana Fernández, directora de Arquitectura e Interiores.

Por eso las tendencias varían de un negocio a otro. Si bien en Google es perfectamente natural tener toboganes en lugar de escaleras, una oficina de abogados requerirá de espacios más serios que les den seguridad a los clientes. El lugar de trabajo también debe responder al carácter de la compañía, pues lo que hoy se necesita es que la oficina sea coherente con la marca. Un negocio de telefonía no puede darse el lujo de tener un espacio donde la comunicación no fluye. El diseño ha cobrado importancia desde que estudios han mostrado que el tema tiene un impacto en la productividad de las empresas. Una investigación realizada por Gensler, una firma de diseño, encontró que los empleados serían 21 por ciento más productivos si tuvieran un buen ambiente de trabajo. Además estableció un vínculo entre una buena oficina y el mejoramiento de procesos como innovación, colaboración y creatividad.

Por ello, las tendencias de hoy apuntan a que las oficinas sean más flexibles, transparentes y abiertas. “Esta apertura va en pro de la comunicación entre los empleados”, dice Fernández. Así mismo, buscan que el empleado encuentre allí un espacio agradable que le permita ser más eficiente, y ciertas comodidades que le hagan atractivo llegar más temprano y salir más tarde. En Google, por ejemplo, el desayuno gratuito se ofrece sólo hasta las 8 y media de la mañana, y la cena, a las 6 y media.

La era digital ha hecho que las jerarquías se desdibujen, y ello se ha visto reflejado dentro de las empresas. Según Fernández, hoy los puestos de trabajo son más estandarizados y flexibles, lo cual ayuda a economizar recursos, pues si llega un nuevo jefe, se puede ubicar en cualquier cubículo. “Antes tocaba hacerle la gran oficina a ese nuevo directivo”.

En las oficinas de Tigo, por ejemplo, los puestos de trabajo de los gerentes no tienen puertas, para facilitar la comunicación entre ellos y sus subalternos. Y las de los que las tienen por tener un rango mayor, como es el caso de los vicepresidentes, son transparentes. “Esto facilita el trabajo en equipo, la cercanía, el acceso a los jefes”, afirma José Manuel Astigarraga, presidente de la compañía.

Algunos se resisten a que no haya jerarquías en los puestos de trabajo. “Los jóvenes entienden más que eso del rango y la jerarquía está pasado de moda”, dice Trino Sánchez, diseñador de interiores, quien asegura que en Colombia, donde pesan mucho las clases sociales, todavía el jefe pelea por más privacidad y una oficina más grande. “Sin puertas se siente muy expuesto”, asegura Sánchez. Pero la tendencia de la oficina abierta, según el experto, es muy fuerte porque es más rentable, ya que se puede ampliar fácilmente. Además, la tecnología actual ha hecho que los puestos de trabajo no sean tan complejos: sólo se requiere de un computador y un teléfono. “Y los puestos pequeños hacen que la gente tenga menos basura”, agrega.

Un inconveniente de los espacios abiertos es el ruido. “El iPod se ha convertido en la puerta de las oficinas modernas”, dice Fernández. Para mejorar este problema, los arquitectos hoy usan materiales de construcción que mejoran la calidad acústica. Pero además de esto, los trabajadores se han autorregulado para bajar la voz y silenciar los celulares mientras trabajan. En Diageo, una multinacional que produce y distribuye bebidas alcohólicas premium, cuentan con una variedad de salas de reunión con capacidad para desde dos hasta 20 personas y en las que hay teléfonos y conexiones a Internet que se usan para entrevistas con clientes, para trabajos en grupo o para empleados que vienen de fuera. Funciona como un hotel. Hay que ver el listado de salas, seleccionar la más adecuada y reservarla por el tiempo que se necesite, a través del Outlook. “Así la gente tiene mayor libertad y puede cambiar de ambiente en su propia oficina”, dice Ximena Renjifo, gerente de relaciones corporativas de Diageo.

Lo más llamativo, sin embargo, es todo lo que las empresas hacen hoy para dar comodidad, relajamiento y diversión dentro del sitio de trabajo. En Tigo hay enfermería, tienda de celulares para los empleados y un espacio para que puedan pagar sus servicios públicos sin salir de la oficina. En Bavaria se construyó un Pub donde los empleados, entre las 5 y media de la tarde y las 7 y 30 de la noche, pueden consumir de manera gratuita cualquiera de los productos de su portafolio. “La idea no es emborracharse, y para eso tenemos una política de consumo responsable”, dice Liliana Jaramillo, relacionista pública de la compañía.

Es una política de Saab Miller en el mundo y el objetivo es ofrecer un lugar de esparcimiento a los empleados al final de la jornada. Con algo parecido cuenta Diageo, cuyo lema es ‘Celebrar la vida desde cualquier lugar del mundo’. En su segundo piso hay un bar con amplios sofás rojos para eventos especiales, y como no está abierto todo el día, los empleados pueden ir allí a trabajar. En España, según relata Trino Sánchez, hay empresas en las que se puede pedir “un masaje como si fuera un café”, dice. Otros tienen un salón de billar o una sala de ping pong para sacudirse el estrés en cualquier momento.

“Las empresas quieren que los empleados tengan sentido de pertenencia porque saben que cuanto mejor esté, mayor será su compromiso”, dice Sánchez. La tendencia de consentir al empleado en el sitio de trabajo tiene que ver con que las corporaciones quieren asegurarse de que los mejores se queden con ellos. Además, busca fomentar la generación de ideas, la creatividad y la productividad, pues está confirmado que las mejores ideas no ocurren en la oficina sino en la ducha, en una caminata por un jardín o simplemente echando globos en un sillón.