salud

El regreso del deseo

Un parche de testosterona en proceso de aprobación podría convertirse en el viagra femenino.

10 de octubre de 2004

Para algunas mujeres tener relaciones sexuales puede ser un tormento. Casi nunca sienten deseo, no fantasean con la idea de estar en la cama con un hombre, mucho menos propician estos encuentros ni buscan ser estimuladas. Y ya entradas en materia, cuando llega el momento de desplegar toda su pasión, sienten que no pueden involucrarse en la actividad sexual. Estas mujeres sufren de desorden de bajo deseo, la disfunción más común entre las mujeres, equivalente a la impotencia masculina.

Hasta el momento no existía ningún producto para ellas. Este año Pfizer, una compañía farmacéutica en la que muchas de ellas tenían cifradas sus esperanzas, anunció que había detenido los estudios clínicos con viagra en mujeres por falta de buenos resultados. La semana pasada, sin embargo, el sol volvió a iluminar este oscuro panorama. La Food and Drug Administration (FDA), entidad de Estados Unidos encargada de regular y aprobar nuevos medicamentos, anunció que aceleraría la revisión de un parche de testosterona que, según estudios clínicos, incrementa la frecuencia de las relaciones sexuales satisfactorias en mujeres con este problema. De ser aprobado, el medicamento estaría a la venta en abril en ese país.

En una mujer la baja libido se debe a problemas emocionales o a bajos niveles de una hormona, la testosterona. Esta situación se presenta sobre todo en mujeres cuyos ovarios han tenido que ser extirpados quirúrgicamente debido a condiciones específicas como pólipos, cáncer, endometriosis avanzada o enfermedades inflamatorias graves.

Los ovarios son fábricas de hormonas, especialmente estrógeno y progesterona. Pero también producen en cantidades mínimas testosterona, la hormona masculina que tanto en hombres como en mujeres está estrechamente relacionada con el apetito sexual. Una mujer sin ovarios, según la ginecóloga María Cecilia Arturo, entra de inmediato en una menopausia precoz y siente los mismos síntomas que aparecerían a los 48 ó 50 años si sus ovarios hubieran envejecido normalmente: calores, depresión, resequedad vaginal y disminución de la libido. "Si es una mujer sola no importa tanto, pero si tiene una pareja es un problema para ambos porque la falta de deseo va deteriorando la relación", explica.

Uno de los estudios del parche, conocido como intrinsa y desarrollado por Procter and Gamble, fue hecho con 533 mujeres de 49 años en promedio y con relaciones afectivas estables a quienes se les habían extirpado ambos ovarios. Las participantes fueron divididas en dos grupos y a uno de ellos se les suministró un parche que liberaba 300 microgramos de testosterona al día. A las otras se les dio un parche placebo. Luego de 24 semanas con el parche transparente en el abdomen, los expertos comprobaron que 50 por ciento de las mujeres que habían recibido testosterona no sólo tenían más encuentros sexuales satisfactorios sino una mejoría en variables como nivel de excitación, orgasmo, placer, respuesta sexual, imagen personal y estrés.

Los investigadores no observaron incremento del vello en el cuerpo ni engrosamiento de la voz, que son los más preocupantes efectos secundarios adversos de suministrar testosterona. En muchos países, incluido Colombia, los especialistas prescriben testosterona para mujeres mayores de 50 años que ya han pasado por la menopausia. Este parche está pensado para mujeres menores que tuvieron una menopausia precoz.

La gran pregunta que se hacen muchas es si este producto va a ser efectivo en aquellas que, si bien tienen sus ovarios intactos, han perdido el interés sexual. No hay una respuesta concluyente. Según Óscar Aguirre, ginecólogo de la Universidad de Colorado, quien participó en los estudios, por ahora los resultados son sólo en mujeres menopáusicas quirúrgicas o naturales, pero cree que podría ayudar a mujeres con poca libido que tienen niveles bajos de testosterona. Esta hormona también puede fluctuar por problemas en las glándulas suprarrenales o enfermedades metabólicas.

Pero para poder recetar el medicamento es necesario hacer un buen diagnóstico, "porque la sexualidad femenina no es tan simple como la del hombre", afirma el ginecólogo Manuel Antonio Plata, y si el problema es de índole emocional -por ejemplo, que la mujer ya no quiere a su marido o está deprimida-, no hay parche que valga. Según Plata, el deseo de las mujeres se ve afectado por muchos más factores. "Además de deseo ellas necesitan cariño, estimulación, calentamiento, tiempo para llegar al orgasmo", dice. Aun si la causa es fisiológica y se debe suministrar testosterona, es importante que la mujer reciba apoyo sicológico. Según el ginecólogo Germán Salazar, la gran ventaja de un parche es que la administración no es oral, lo cual significa que no hay paso por el hígado, de manera que implica menos riesgo para la salud.

Procter and Gamble sostiene que sólo en Estados Unidos hay 10 millones de mujeres con menopausia precoz, un tercio de ellas presenta baja libido y la mitad de este grupo se siente irritada por esta situación. Pero la compañía también espera que se prescriba para mujeres que tuvieron menopausia natural. Así mismo creen que muchas mujeres que no presentan estas condiciones, pero sienten baja libido querrán experimentar con el parche de la misma forma como sucede hoy con el viagra entre los hombres. No en vano, intrinsa ya se conoce como el viagra femenino.

En todo caso, las expectativas son altas y muchas mujeres no ven la hora en que la FDA apruebe el parche para pasar de ser mansos corderos a tigresas en la cama.