EL REINO ANIMAL

Con la apertura de su cuarto parque de atracciones en la Florida, Disney demuestra una vez más porqué es el gigante de la entretención mundial.

1 de junio de 1998

Desde mediados de los años 50, cuando Walt Disney inauguró en California el primero de los parques de atracciones que le significarían su ingreso a la historia del entretenimiento en el mundo, la empresa que creó no ha dejado de crecer y sorprender. Disney tiene hoy, además del ya mencionado, un parque en Francia, otro en Japón y cuatro en la Florida, agrupados en lo que se conoce como el Walt Disney World. El más reciente y ambicioso, el Animal Kingdoom, abrió sus puertas el pasado 22 de abril y fue tal la fiebre que despertó su apertura que a las ocho de la mañana tuvo que ser restringido el acceso de visitantes porque, literalmente, ya no le cabía ni un tinto. El parqueadero, por ejemplo, con capacidad para 6.000 vehículos estaba completamente lleno. Una pareja de jóvenes que pasaron la noche en su carro con el fin de ser los primeros en entrar al parque vieron recompensado su esfuerzo con boletas gratis vitalicias para ingresar a los espacios de Disney.

Recreo y reserva
¿Pero qué es tan novedoso en Animal Kingdoom para justificar tanto alboroto? El parque tiene, entre otras, atracciones como El árbol de la vida _una figura de 14 metros de altura y 15 metros de ancho, tallado con figuras de animales_, Dinoland y el espectáculo en tercera dimensión de los insectos. Sin embargo lo más sorprendente del lugar es el desafío a la naturaleza que significó su construcción. Tres años tardó el acondicionamiento de 202 hectáreas en Orlando, Florida, para que albergara cerca de cuatro millones de árboles, plantas, arbustos y enredaderas, la mitad de ellas provenientes de todos los continentes, salvo la Antártida. Se recogieron semillas y plantas en lugares como Madagascar, Bostwana, Suráfrica, Bali, Tailandia, Nepal, Tasmania y China. Incluso se transportaron dos baobabs, árboles africanos famosos por su tamaño y longevidad, pero sobre todo por su protagonismo en El Principito de Saint Exupery.
La idea era convertir una porción de la Florida en un rincón de las sabanas africanas, de las montañas de Ruanda donde habitan los gorilas y de la jungla asiática. Una vez recreados esos paisajes _salvo el de Asia que sólo estará listo el año entrante_ instalaron en ellos más de 1.000 animales, representantes de 200 especies diferentes. Esta es la gran novedad. Tener la oportunidad de ver en su medio, como si se estuviera en un safari de verdad, jirafas, okapis, rinocerontes, hipopótamos, leones y elefantes. La compañía Disney ha insistido en que el parque no es un zoológico sino una reserva, y por tanto contribuye a la preservación de ciertas especies que están en peligro de extinción. No obstante, algunos grupos ecologistas no piensan lo mismo. El día de la apertura del parque protestaron por la muerte de 12 animales en el lugar y pidieron la liberación del resto.
Aunque una investigación federal determinó que los decesos fueron accidentales, la explicación no dejó satisfechos a los defensores de la naturaleza que, por Internet, están pidiendo a la gente que se manifieste sobre el Animal Kingdoom. Al margen de este hecho, lo cierto es que a falta de oportunidades de viajar al corazón de Africa siempre es bueno tener a mano algo que se le parezca, sobre todo si reproduce fielmente el hábitat y garantiza la supervivencia de las especies.