Se estima que una de cada diez muertes en el mundo se produce por la inactividad física

SALUD

El sedentarismo mata

Una serie de estudios reveló que la inactividad física es una pandemia culpable de la muerte prematura de cerca de 5 millones de personas, casi la misma cifra que cobra el tabaquismo.

28 de julio de 2012

Cuando una persona quiere volverse saludable y contrarrestar los malos hábitos, lo primero que le recomiendan es hacer ejercicio, así sea en una mínima dosis. Los médicos lo consideran una 'droga natural' milagrosa y la evidencia científica ha demostrado desde hace varios años sus múltiples beneficios, entre ellos evitar enfermedades y, en consecuencia, aumentar la esperanza de vida. Sin embargo, el sedentarismo sigue siendo una de las cinco causas principales de muerte en el mundo y se estima que uno de cada diez decesos se produce por mantener ese estilo de vida.

Así lo señala una edición especial de la prestigiosa revista médica The Lancet, publicada a mediados de julio, en la que se muestra en detalle el impacto negativo tan grande que produce la inactividad física en la humanidad y sus fatales consecuencias. Un grupo de 33 especialistas internacionales analizó los reportes de actividad física de los adultos de 122 países, que representan el 89 por ciento de la población mundial, y de los adolescentes de 105 naciones. Luego los combinaron con los datos de las muertes causadas por enfermedad coronaria, diabetes tipo II, cáncer de colon y cáncer de seno, enfermedades asociadas con la falta de ejercicio, y así lograron calcular la tasa de mortalidad originada por este factor de riesgo.

Los expertos encontraron que el sedentarismo es responsable de la muerte de 5,3 millones de personas al año, número cercano a los 5,1 millones de muertes por causa del tabaquismo. Dada la magnitud de la cifra, los investigadores aseguran que el sedentarismo es una pandemia con "consecuencias a largo plazo a nivel social, económico, ambiental y de salubridad", tal y como aparece en la portada del especial.

Según I-Min Lee, profesora del departamento de Epidemiología de la Universidad de Harvard y líder de la investigación, las razones por las que la gente es sedentaria son complejas: "Hay factores individuales como la falta de tiempo o la falta de confianza para cumplir una rutina de ejercicio. Otros ambientales, entre ellos el clima y la falta de parques en algunas ciudades, y también están las políticas públicas de los gobiernos que no promueven el ejercicio en la ciudadanía", dijo a SEMANA. Además, la dependencia por el automóvil también contribuye en gran medida a que esta tendencia crezca.

La investigación señala que la zona donde más sedentarismo hay en el planeta es América, con un 43 por ciento de la población que no hace el mínimo de ejercicio, es decir dos horas y media de actividad moderada a la semana. En Colombia, por ejemplo, el 39,7 de los hombres y el 48 por ciento de las mujeres no cumplen con este requisito. "El uso del carro y la motocicleta ha aumentado sustancialmente en los últimos años, mientras que el tiempo libre para caminar, montar en bicicleta o realizar otro tipo de actividad física ha disminuido", señaló a SEMANA Diana C. Parra, fisioterapeuta colombiana que hizo parte del grupo de investigación.

Aunque los males del sedentarismo son conocidos ampliamente por la sociedad, hasta ahora no se habían hecho estudios de esta magnitud que revelaran su alcance en cifras concretas. Los autores del trabajo afirman que debe prestársele más atención a este problema y que deben promoverse actividades que aumenten los niveles de actividad física. Uno de los ejemplos a seguir para cumplir este objetivo es, según la publicación, la ciclovía, una práctica ciudadana creada en Bogotá en 1975 y extendida a más de 100 ciudades del continente. "La ciclovía es un claro ejemplo de cómo los entes gubernamentales pueden ofrecerle a los ciudadanos oportunidades para mantenerse activos físicamente", dijo Lee a esta revista.

La conclusión general del trabajo es que la gente debe moverse, pues si la inactividad física disminuye al menos 10 por ciento, se podrían evitar alrededor de 533.000 muertes al año y la esperanza de vida aumentaría 0,68 años. "No se trata de ir a matarse al gimnasio por horas, sino de empezar por actividades simples como caminar, montar en bicicleta o usar las escaleras en vez del ascensor", concluye Parra.