El síndrome del 'lobo solitario'

En la era del divorcio, los sociólogos aseguran que el matrimonio es el mejor tónico para conservar la salud y prolongar la vida.

26 de diciembre de 1994

UNA PAREJA es lo que los SiCOlogos le están recetando hoy a sus pacientes solitarios. Como si la soledad no fuera ya suficiente dolencia, ahora existe evidencia científica para poderse afirmar que la carencia de relaciones afectivas es la mayor amenaza para la salud y la longevidad.

Con sólidos datos, el sociólogo James House, de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, ha publicado un estudio en el que asegura que la "carencia de una relación afectiva y las relaciones sociales débiles constituyen un gran factor de riesgo para la salud. Tan peligroso como el fumar, la presión arterial alta, el colesterol, la obesidad y el sedentarismo". A esta conclusión llegó el investigador luego de revisar la salud y los hábitos de vida de 7.000 hombres y mujeres en un período de nueve años.

El científico encontró que la gente con menos relaciones sociales presentaban el doble de probabilidades de morir pronto que aquellos más sociables. Sus conclusiones fueron confirmadas por los resultados de un estudio sueco, entre hombres de 50 años, quienes recientemente habían sufrido alto estres emocional. Aquellos que no habían tenido apoyo presentaban tres veces más riesgo de morir en los siguientes siete años que los que habían experimentado similar estres pero tenían fuertes relaciones de apoyo en sus vidas.

La conclusión de House es que las políticas de salud pública deben alentar la formación y el mantenimiento de buenas relaciones y tratar de desestimular los divorcios. "El matrimonio es la relación más importante si se quiere mantener la salud y prolongarla vida".

Estos son, en opinión de House, los puntos a favor de la unión de las parejas:

El matrimonio implica el apoyo emocional de una pareja íntima, lo cual hace mucho más fácil para la persona adaptarse al estres.

Estar casado promueve y estimula la actividad física e intelectual, lo cual es bueno para la salud.

Al casarse se ejerce un mayor control sobre los comportamientos de riesgo, tales como fumar, y promueve hábitos más saludables, como el ejercicio.

La presencia de una pareja, el contacto físico y el mutuo afecto, desarrollan un sentido de bienestar que ayuda a combatir los estragos causados por la tensión de los problemas cotidianos.

CONVIVIR NO ES LO MISMO
Pero quienes están pensando que todo lo que necesitan es una novia consentidora se equivocan. Según un reciente estudio inglés, convivir con una pareja no confiere los mismos beneficios de salud que el matrimonio. Cuando el profesor Duncan Cramer, sociólogo de la Universidad de Loughborough, en Inglaterra, comparó las historias clínicas de parejas que vivían juntas con las de aquellas que estaban casadas, encontró que las personas que apenas cohabitaban tenían una salud más precaria que la de los casados, aunque estaban mucho mejor que las personas que vivían solas. Y, como cualquier casamentero, concluyó: "Hay algo especial en el matrimonio".

No obstante el apoyo emocional no significa una oportunidad de longevidad igual para los dos sexos. Estar casado es más benéfico para la salud de los hombres, y llegar a enviudar o divorciarse les causa mayor detrimento. "Las mujeres tienden a dar más apoyo a sus parejas del que ellas consiguen de ellos", afirma el sociólogo House. La buena noticia para las mujeres solitarias es que ellas tienden a beneficiarse más de las relaciones de amigas y parientes de su mismo sexo. Pero, para reforzar la tesis de las ventajas de salud del matrimonio, House señala que, a pesar de las relaciones sociales "no hay ninguna relación, aparte del matrimonio, que sea esencial para evitar la enfermedad y prolongar la vida". Así que, ¡a casarse!-